Queridos lectores, espero que hayan disfrutado de estos extras, ¿qué tal ese encuentro entre Jordan y Karol? ¿Se imaginaron que era Karol Duque? ¿Les gustaría una historia de ellos dos? Leo sus reseñas, a la vez agradezco infinitamente todo su apoyo, estamos en tendencia y por eso quise compensarlas con estos extras, quizás les escribo otro más.
Tiempo después, la casa de Fresno de Caroline la madre de Vanessa había sufrido algunas remodelaciones, ahora era una hermosa finca, con exhuberante vegetación alrededor, había una pérgola en donde las niñas, que ya prácticamente eran adolescentes, solían jugar y divertirse. Además, habían ampliado el vivero, en donde cultivaba las más hermosas rosas junto a su pareja Harrison. Luego de tres años de relación, por fin Caroline le dio el sí a su novio, y ese día se iba a celebrar su boda. Varias carpas blancas estaban acomodadas afuera cubriendo las mesas de los invitados que lucían hermosos manteles dorados, y fina vajilla, la mesa principal mostraba exquisitos bocaditos, postres, el pastel de los novios era de tres pisos. En una de las habitaciones Vanessa ayudaba a su madre a colocarse el vestido de novia, era blanco marfil, Caroline jamás pensó casarse y ahora que lo iba a hacer por primera vez quería una boda de ensueño. —Te ves preciosa mamá. —La voz de Vane se entrecortó—
New York City, Usa. —¡Debes abortar! —ordenó el hombre con voz enérgica. Aquella frase retumbó en el corazón de la mujer. —¿Perdona? —Vanessa no podía creer lo que escuchaba. La chica había viajado durante casi cinco horas, desde el hospital de la universidad, donde se había ganado una beca para estudiar Administración de Empresas, hasta la oficina de su novio. De camino hacia allá, fue pensado dedicar más tiempo al cuidado de su bebé. Vanessa creía que su novio Raúl Bautista, que decía amarla, estaría encantado con la noticia, después de todo parecía tan enamorado de ella que la instó encarecidamente a no usar protección esa noche y ella aceptó vacilante, pensando que él sería responsable, ya que había jurado hacerlo. —¡Yo no me puedo hacer responsable de una criatura en este momento! —exclamó contrariado, y continuó—: Mira, Vanessa, eres demasiado joven, vas a truncar tus estudios. —Se llevó la mano a la frente—, además, estoy en el mejor momento de mi carrera, un bebé solo b
Once años después. San Francisco, California. —¿Ava Jonhson, quieres llegar tarde de nuevo a la escuela? —cuestionó Vanessa a su hija de diez años—, tardas horas en ponerte el uniforme —rebatió, mientras colocaba unos documentos en su portafolio—, date prisa niña, yo tengo una junta importante en la empresa. La pequeña salió de la alcoba, resopló. —No quiero ir a la escuela —dijo la niña, apareciendo en pijama—, lo que yo deseo es conocer a mi papá —reclamó—, mi mejor amiga: Hope Knight, tiene una familia, su padre siempre va por ella, y en las reuniones escolares están todos juntos —refutó y mordió sus labios. Vanessa volvió a sentir aquella punzada en su pecho, el corazón le sangraba cada vez que su hija reclamaba por su padre. «¿Cómo le digo que ese hombre no quiso que naciera? ¿Cómo le cuento que fui una ingenua que caí en las garras de un hombre casado?» se cuestionó y su pecho ardió. —Hemos hablado sobre esto Ava, tu papá tiene mucho trabajo, vive en Europa, no puede venir
Ryan la miró con atención, era físicamente idéntica a Paige, su ex novia, jamás le interesó conocer a su sobrina, pues era la viva imagen de la traición, pero ahora que la tenía frente a él, y cuando sus ojos se reflejaron en los de la pequeña, en esa mirada llena de desconcierto, de miedo, y desesperación, algo en él cambió. Rememoró como se sintió el día que murió su madre, y por muy extraño que pareciera se identificó con Hope, ambos habían quedado desprotegidos, siendo aún niños. Entonces por un extraño impulso, quizás el llamado de la sangre, extendió su mano a Hope, pero para la niña, su tío era un perfeto desconocido, minutos antes había visto frialdad en su mirada, tembló de miedo, se aferró a la abuela, escondió su cabeza en el pecho de la señora. «Ven pronto Ava» suplicaba en su mente, anhelaba escapar de ahí, no se sentía a gusto ante la presencia de ese desconocido. «Quiero irme contigo Ava, llévame con tu mamá» rogaba en su interior y no paraba de llorar. Ryan no quiso
—Hace algunos días que estás bajo mi mando y ahora eres tan lenta para hacer tareas básicas y tan sencillas. ¿Qué tipo de trabajo se le puede encomendar a alguien como tú? El hombre interrogó en un tono de voz provocativo, se reclinó en su sillón de cuero, en el puesto de jefe, cruzó las piernas, ladeó la cabeza y miró de arriba abajo a la atractiva mujer de vestido corto, que tenía delante. —Vengo por el reporte de ventas. La mujer que estaba frente a él, miró directo al hombre a los ojos, apretó los labios, intentando mantener la calma mientras pensaba como responder. No es que no le convenciera este nuevo jefe que había llegado en paracaídas, es que realmente: Caleb Bosch Jr. el sobrino del fundador de la empresa, no tenía mucha experiencia en el campo automotriz, hasta el punto de que sus compañeros hablaban de la inhabilidad de este nuevo CEO. —¿Me estás escuchando? —elevó el tono de voz—. No creas que porque lleves unos años de vicepresidente puedes pasar por encima de mí, ¡
Al escuchar el silencio, Ryan volvió a cuestionar. —¿Algún problema señorita Johnson? El hombre pensó que la asistente ya se había puesto en contacto con ella y, aún descontento al oír su tono, preguntó con discreción. —Señorita: ¿No está satisfecha con el pago que ordené entregarle como agradecimiento? —¿Qué pago, de qué habla? —cuestionó Vanessa, resoplando—. Escuche, señor, no enviaré a Hope de vuelta de esta manera, y si no la recoge usted mismo, Hope permanecerá a mi cuidado. —Vanessa contestó reprimiendo su ira—. Antes que llegue a mi apartamento, necesito hablar acerca de Hope a solas con usted. Vanessa le dio la dirección de una cafetería que quedaba frente a su casa. —Señora, o señorita Johnson, a mí solo me interesa recuperar a mi sobrina, no veo que tengamos que hablar usted y yo —refutó con seriedad. —Pues no le entregaré a Hope, si no acepta hablar antes conmigo —rebatió con firmeza Vanessa. —La acusaré de secuestro —rebatió él. Vanessa resopló. —Haga lo que le
—Niña, estás confundida, yo no soy…—Pausó, y se quedó en silencio cuando intentó explicarle que no era su papá, antiguos recuerdos de su niñez golpearon su mente y encogieron su corazón. Rememoró el día que fue presentado con su legítimo padre: Ryan los llamó papá, y el hombre no respondió como el niño esperaba. Pensando en eso, su cuerpo tenso se relajó y se dio la vuelta, observó los ojos de Ava, iluminados y pareció verse él de niño, no tuvo el valor de romperle el corazón a la pequeña, extendió los brazos hacia Ava, y dijo:—Sí, soy tu padre, buena hija, ven aquí, deja que papá te abrace.—¡Qué! ¿Se volvió loco Sr. Knight? —exclamó Vanessa.Ryan en ese instante fue consciente de su grave error. «¿Cómo lo remediaba?» se cuestionó, observó la mirada brillante de Ava, y luego miró el rostro desencajado y lleno de sorpresa de Vanessa; frunció los labios, resopló y negó con la cabeza.Hope por su parte se quedó estática con los labios abiertos, observó con melancolía esa muestra de ca
Ryan observó a Vanessa, y ella negó con la cabeza, siempre fue de la idea de que las mentiras eran un círculo vicioso, decías una y debías inventar unas cuantas más, y eso no le agradaba.—Ava, es tarde, ya tendrás tiempo de hablar con el señor Knight, deja que se vayan.Ava frunció los labios con desdén.—Está bien, nos vemos pronto —expresó.—Así será —contestó Ryan, tomó de la mano a Hope y abandonó el apartamento.—¡Va a venir! ¡Va a venir! —exclamó Ava una vez que la puerta se cerró—. Mi papá va a venir —repitió dando saltos de alegría.Vanessa cerró los ojos soltó un suspiro lleno de tristeza, pensó que debía hablar a primera hora con la terapista de su hija, para enfrentar el momento más doloroso de sus vidas, decirle a Ava que su verdadero padre, nunca quiso que naciera, y las abandonó a su suerte.—Vamos a dormir —solicitó a Ava, la voz se le cortó.—¿Ya no quieres a mi papá? ¿Por qué no te alegra que vaya a venir? —reclamó Ava, colocando sus manos en la cintura, observando c