Ryan la miró con atención, era físicamente idéntica a Paige, su ex novia, jamás le interesó conocer a su sobrina, pues era la viva imagen de la traición, pero ahora que la tenía frente a él, y cuando sus ojos se reflejaron en los de la pequeña, en esa mirada llena de desconcierto, de miedo, y desesperación, algo en él cambió. Rememoró como se sintió el día que murió su madre, y por muy extraño que pareciera se identificó con Hope, ambos habían quedado desprotegidos, siendo aún niños.
Entonces por un extraño impulso, quizás el llamado de la sangre, extendió su mano a Hope, pero para la niña, su tío era un perfeto desconocido, minutos antes había visto frialdad en su mirada, tembló de miedo, se aferró a la abuela, escondió su cabeza en el pecho de la señora.
«Ven pronto Ava» suplicaba en su mente, anhelaba escapar de ahí, no se sentía a gusto ante la presencia de ese desconocido. «Quiero irme contigo Ava, llévame con tu mamá» rogaba en su interior y no paraba de llorar.
Ryan no quiso incomodar más a la niña, decidió alejarse, y fue y tomó asiento en las sillas que estaban vacías en el medio del salón, tampoco quería tener contacto con nadie, no deseaba que le dieran el pésame, no era bueno recibiendo condolencias.
Instantes más tarde, mientras chateaba con su asistente y le daba órdenes acerca de su negocio, alzó la cabeza, y miró a Hope acompañada de una mujer y una niña, eso captó su atención.
La dama era joven, de largo cabello castaño claro, piel blanca, su rostro era muy bello, se hallaba inclinada junto a su sobrina y otra niña, él no lograba distinguir que era lo que le decía, pero notaba que hablaba con Hope, pues sus labios se movían. Ese rostro se le hizo familiar, pero no logró distinguir en dónde había visto a esa mujer.
Notó que su sobrina se aferró al cuerpo de esa mujer, y luego a la niña que la acompañaba.
«¿Quiénes serán»? se cuestionó, pues percibió que había mucha conexión entre ellas.
Y mientras se hallaba contemplando la escena no se percató de la presencia de su abuela, quién se sentó a su lado, mientras la mujer que estaba con su sobrina y la otra niña se acomodaban en las sillas junto a la pequeña, y le brindaban consuelo.
—Ahora que tu hermano ha fallecido, espero que por fin te hagas cargo de los negocios familiares —habló en un susurró.
Ryan rodó los ojos, bufó con incomodidad.
—No es el lugar adecuado para eso.
—Tienes razón cariño —dijo la abuela, y soltó un bufido—, ahora que me haga cargo de Hope, la cambiaré de escuela. —Miró con desdén a la mujer que acompañaba a su nieta en la salita.
Ryan giró su rostro y miró con seriedad a su abuela.
«Siempre quieres controlar la vida de los demás» apretó los puños.
—¿Por qué? —cuestionó Ryan.
—No me agrada la amistad que tiene Hope, con la hija de esa… mujercita, es madre soltera, sabe Dios con cuántos hombres habrá estado, esa chiquilla es muy mala influencia para mi nieta, además esa…—Rose la señaló con la mano—, trabaja para nuestra competencia, tiene un cargo importante en B&G —habló la anciana con desdén.
«¡Interesante!» pensó Ryan, y supo de inmediato quién era la hermosa dama: Vanessa Johnson, pues se había grabado su nombre. Entonces de nuevo la contempló, esta vez Vanessa ya estaba erguida, era una mujer alta, estilizada, lucía un vestido de diseñador negro, discreto, entallado a su elegante figura, su cabello estaba recogido en una cola alta, y miraba a Hope con dulzura.
Me recuerdas a alguien, pero no distingo a quién» pensó intentando hacer memoria.
Ryan sacudió la cabeza, salió del salón a la terraza, necesitaba tomar aire.
Entre tanto la señora Knight aprovechó para acercarse a Vanessa, arrugó el ceño, y golpeó el piso con el bastón, para captar su atención
Vanessa contempló con seriedad a la señora, plantó su vista en ella sin dejarse intimidar.
—Le exijo que se vaya de esta casa, usted y su hija no son bienvenidas —espetó con su áspera voz.
Vanessa apretó los puños.
—Mire señora este no es momento para rencillas, su nieta necesita de la compañía de mi hija, mírela. —Señaló con la mano, como Ava abrazaba a Hope y la consolaba.
Vanessa sentía el estómago revolverse, le parecía sarcástico que la pequeña Hope, luego de haber perdido a sus padres, buscara refugio en ellas, quienes eran unas desconocidas, mientras a su abuela, lo único que le interesaba era mantener su estatus de la matriarca de la familia, imponiendo su voluntad, ignorando por completo el sufrimiento de su biznieta, quién lloraba desconsolada.
La abuela bufó con incomodidad, arrugó la nariz.
—Esta es una casa de gente decente, no de mujerzuelas baratas, que tienen hijos sin padre —espetó, se aproximó a Ava y la agarró del brazo. —¡Suelta a mi nieta! —vociferó.
Vanessa abrió sus ojos de par en par, la sangre hirvió en las venas, se aproximó a la mujer y la tomó con rudeza del brazo, y la alejó de su hija.
—¡No se atreva a tocar a mi hija, o no me va a importar que es usted una anciana! —vociferó.
Ryan había regresado al salón, al ver aquella discusión y escuchar a las niñas llorar atemorizadas se acercó de inmediato:
—¿Qué está ocurriendo? —cuestionó con voz varonil.
Vanessa volteó respirando agitada, alzó su rostro y sus ojos se cruzaron con los de aquel hombre de mirada fría, su piel se erizó ante la profundidad con la que él la observaba.
Ryan se reflejó en esos pozos color esmeraldas, esa mirada le estremeció, y no supo el motivo.
—¡Esta descarada, me ha golpeado Ryan! —Sollozó Rose, agarrándose el brazo.
La voz de la abuela, lo hizo sacudir la cabeza, y observar como la señora Knight se sobaba el brazo.
—No es cierto, usted maltrató a mi hija primero —susurró Vanessa—, y yo no le permito a nadie…
—Señora, por favor —intervino Ryan—, esto es funeral, le exijo respeto, además la discusión está alterando a las niñas —espetó y volvió a mirarla.
Vanessa plantó sus ojos en él, arrugó el ceño, y pensó que este desconocido hombre, que no sabía quién si era parte de la familia Knight, era igual o peor que Roger y Rose.
—También exijo lo mismo señor…
—Knight, soy Ryan Knight —enfatizó.
«¡Tenía que ser un Knight!» pensó Vanessa, resoplando.
—Nosotras solo venimos a acompañar a Hope, la queremos mucho —dijo con seguridad y miró a Rose y Ryan con seriedad.
—Pues mi nieta no necesita esa amistad —vociferó Rose, y elevó su mano para llamar a sus guardias y sacar a Vanessa a la fuerza.
—Abuela —intervino Ryan al ver las intenciones de la anciana—, no es necesario, yo me encargo de sacar a la señora y su hija de la casa.
Rose sonrió, pensó que estos años lejos de la familia le habían servido a Ryan para reflexionar, y darse cuenta que eran ellos lo único que tenía.
—Gracias, hijo.
Ryan agarró del brazo a Vanessa, y ella lo fulminó con la mirada.
—¡No me toque! —masculló, su pecho subía y bajaba agitado.
—Es mejor que se vaya, hágalo por las buenas—solicitó.
—Mire señor Knight, no me amenace que no estamos haciendo nada malo. —Resopló, lo miró a los ojos. —¡Tiemblo al pensar lo miserable que se volverá Hope estando al cuidado de parientes tan indolentes como ustedes!
—Señora si no deja de decir disparates, le echaré a la fuerza.
—¿¡Usted creen que quiero quedarme aquí más tiempo!? —Colocó sus manos en la cintura con altivez—. Yo que soy una extraña puedo darme cuenta que todos ustedes son tan negligentes con Hope que sólo necesita a mi hija cerca. ¡Su sobrina sólo se enfadará más si intenta echarnos a mí y a Ava! —Luego miró a las pequeñas que sollozaban como un par de Magdalenas—. Niñas, no ha pasado nada, no lloren —solicitó, suavizando el tono de voz, enseguida se aproximó a Hope—, no te asustes, siempre vas a contar con nosotras. —Besó su frente.
—¡No toques a mi nieta! —gritó Rose y separó a la fuerza a Hope de Vanessa, y empujó a la mujer, la apuntó con el bastón, mientras los ojos se le saltaban de ira.
Ryan al ver que las cosas se ponían intensas, agarró del brazo a Vanessa, y junto a su hija las sacó de la casa.
Vanessa caminaba refunfuñando de ira, intentando soltarse del agarre de él.
——Señor Knight usted es igual de hipócrita que esa vieja en la mansión, no me importa a mi como me traten, pero no se dio cuenta como su sobrina lloraba desesperada, no la atienden a ella, ¡ni mucho menos les importa!
Ryan miró a la mujer, se fijó en la ira de los ojos de ella, se dio cuenta que a Vanessa le importaba su sobrina, más que a él y su abuela. Si la niña no fuera idéntica a Page, quizás él…
—¡Suélteme, atrevido! —rugió Vanessa, él se había quedado unos minutos pensativo, lo observó a los ojos con absoluta seriedad. —¡En su vida vuelva a tocarme!
—Mire señora más bien le estoy evitando problemas con mi abuela, pero haga lo que le dé la gana —vociferó él— Mire ahí viene su taxi, váyase ya.
Vanessa bufó.
—¡Insolente! —lo insultó—, yo tengo mi propio auto, y no necesito nada de usted, menos que me defienda, lo sé hacer sola. ¿Entendió? —Dos de sus dedos se colocaron en el pecho de Ryan y lo golpeó con ellos.
El hombre la miró a los ojos, la contempló, era muy bella, y de mucho carácter. Entonces agarró la mano de Vanessa, y sintió su piel suave, parecía que esa calidez ya la había percibido antes, pero era imposible, jamás había conocido a una fiera como Vanessa Johnson, aunque ese nombre seguía rondando en su mente.
Vanessa sintió un extraño cosquilleo en el cuerpo, de inmediato se soltó del agarre de él.
—No vuelva por aquí, o le aseguro que le sacaran a los perros.
Vanessa bufó al escucharlo.
—No les tengo miedo —declaró, agarró de la mano a Ava, y se dirigió hasta donde estaba aparcado su Lexus.
Ryan se quedó de pie, contemplando el bamboleo de las caderas de Vanessa, ladeó los labios, sonrió al recordar como enfrentó a su insoportable y controladora abuela.
*****
Dos días después del entierro de los padres de Hope, en el despacho principal de la mansión, estaban reunidos Ryan, y su abuela, se iba a dar lectura al testamento de Roger.
El abogado empezó a enumerar la repartición de bienes.
—Quiero que a mi muerte mi hermano Ryan se hago cargo de los negocios familiares —solicitaba Roger en una de las cláusulas de su testamento.
—Imposible —refutó Ryan, deslizó sus dedos por su cabello, contrariado.
—Prosigamos dijo la abuela.
—Por pedido de mi esposa Page, hemos decidido que, si algún día llegamos a faltar, la persona que se haga cargo de Hope, sea mi hermano Ryan.
Ryan se puso de pie de un solo golpe.
—¿Se volvieron locos? —vociferó, sus pupilas estaban dilatadas—, yo no tengo tiempo de criar niños, soy un hombre de negocios, y muy ocupado —vociferó, frunció el ceño contrariado, no comprendía por qué Page había dispuesto que se hiciera cargo de la niña.
—Cálmate hijo —recomendó la abuela—, puedes buscar una niñera que te ayude con Hope, o yo podría ayudarte —propuso.
Ryan bufó con enojo, observó a la abuela con profunda seriedad.
—Más sencillo me resulta enviar a la niña a un internado en Europa.
***
—¡Un internado! ¡Europa!
Hope se hallaba escuchando todo desde afuera, mantenía su cabeza pegada a la puerta, tembló al escuchar las amenazas de su tío, abrazó contra su pecho a su muñeca favorita.
—No, yo no me quiero ir lejos, no deseo estar lejos de Ava —sollozó. —¿Por qué se tenían que morir mis papitos? —cuestionó y ahogó su llanto con su pequeña mano, entonces se alejó de la puerta subió a la alcoba—, debo escapar, huir, irme a vivir con Ava y su mamá, sí eso haré.
La pequeña empacó en su mochila un par de prendas, rompió su alcancía y sacó todos sus ahorros, se aseguró que nadie en la mansión la viera escabullirse por los frondosos árboles, entonces salió de la casa, corrió por las calles sin saber qué hacer, iba llorando en el camino.
—No tengas miedo Hope, piensa que haría Ava en tu lugar.
Entonces recordó el nombre de la empresa en la cual Vanessa la madre de su amiga trabajaba, hizo parar un taxi, el conductor le preguntó si tenía dinero, ella le mostró un fajo de billetes, entonces la llevó hasta B&G Motors.
***
En la mansión de los Knight
—Tienes que razonar Ryan, yo soy una anciana, no puedo hacerme cargo de los negocios y la niña —rebatió Rose la abuela.
—Pues busca alguien más que lo haga, porque yo no, yo tengo mi propia empresa, mi vida, no necesito complicaciones —rugió Ryan.
—¡Señora Rose! —exclamó agitada una de las empleadas que interrumpió en el despacho.
—¿Qué quieres? ¿Por qué entras así? —cuestionó con seriedad La Sra Knight.
—La niña Hope, no está en casa, se ha escapado.
—Hace algunos días que estás bajo mi mando y ahora eres tan lenta para hacer tareas básicas y tan sencillas. ¿Qué tipo de trabajo se le puede encomendar a alguien como tú? El hombre interrogó en un tono de voz provocativo, se reclinó en su sillón de cuero, en el puesto de jefe, cruzó las piernas, ladeó la cabeza y miró de arriba abajo a la atractiva mujer de vestido corto, que tenía delante. —Vengo por el reporte de ventas. La mujer que estaba frente a él, miró directo al hombre a los ojos, apretó los labios, intentando mantener la calma mientras pensaba como responder. No es que no le convenciera este nuevo jefe que había llegado en paracaídas, es que realmente: Caleb Bosch Jr. el sobrino del fundador de la empresa, no tenía mucha experiencia en el campo automotriz, hasta el punto de que sus compañeros hablaban de la inhabilidad de este nuevo CEO. —¿Me estás escuchando? —elevó el tono de voz—. No creas que porque lleves unos años de vicepresidente puedes pasar por encima de mí, ¡
Al escuchar el silencio, Ryan volvió a cuestionar. —¿Algún problema señorita Johnson? El hombre pensó que la asistente ya se había puesto en contacto con ella y, aún descontento al oír su tono, preguntó con discreción. —Señorita: ¿No está satisfecha con el pago que ordené entregarle como agradecimiento? —¿Qué pago, de qué habla? —cuestionó Vanessa, resoplando—. Escuche, señor, no enviaré a Hope de vuelta de esta manera, y si no la recoge usted mismo, Hope permanecerá a mi cuidado. —Vanessa contestó reprimiendo su ira—. Antes que llegue a mi apartamento, necesito hablar acerca de Hope a solas con usted. Vanessa le dio la dirección de una cafetería que quedaba frente a su casa. —Señora, o señorita Johnson, a mí solo me interesa recuperar a mi sobrina, no veo que tengamos que hablar usted y yo —refutó con seriedad. —Pues no le entregaré a Hope, si no acepta hablar antes conmigo —rebatió con firmeza Vanessa. —La acusaré de secuestro —rebatió él. Vanessa resopló. —Haga lo que le
—Niña, estás confundida, yo no soy…—Pausó, y se quedó en silencio cuando intentó explicarle que no era su papá, antiguos recuerdos de su niñez golpearon su mente y encogieron su corazón. Rememoró el día que fue presentado con su legítimo padre: Ryan los llamó papá, y el hombre no respondió como el niño esperaba. Pensando en eso, su cuerpo tenso se relajó y se dio la vuelta, observó los ojos de Ava, iluminados y pareció verse él de niño, no tuvo el valor de romperle el corazón a la pequeña, extendió los brazos hacia Ava, y dijo:—Sí, soy tu padre, buena hija, ven aquí, deja que papá te abrace.—¡Qué! ¿Se volvió loco Sr. Knight? —exclamó Vanessa.Ryan en ese instante fue consciente de su grave error. «¿Cómo lo remediaba?» se cuestionó, observó la mirada brillante de Ava, y luego miró el rostro desencajado y lleno de sorpresa de Vanessa; frunció los labios, resopló y negó con la cabeza.Hope por su parte se quedó estática con los labios abiertos, observó con melancolía esa muestra de ca
Ryan observó a Vanessa, y ella negó con la cabeza, siempre fue de la idea de que las mentiras eran un círculo vicioso, decías una y debías inventar unas cuantas más, y eso no le agradaba.—Ava, es tarde, ya tendrás tiempo de hablar con el señor Knight, deja que se vayan.Ava frunció los labios con desdén.—Está bien, nos vemos pronto —expresó.—Así será —contestó Ryan, tomó de la mano a Hope y abandonó el apartamento.—¡Va a venir! ¡Va a venir! —exclamó Ava una vez que la puerta se cerró—. Mi papá va a venir —repitió dando saltos de alegría.Vanessa cerró los ojos soltó un suspiro lleno de tristeza, pensó que debía hablar a primera hora con la terapista de su hija, para enfrentar el momento más doloroso de sus vidas, decirle a Ava que su verdadero padre, nunca quiso que naciera, y las abandonó a su suerte.—Vamos a dormir —solicitó a Ava, la voz se le cortó.—¿Ya no quieres a mi papá? ¿Por qué no te alegra que vaya a venir? —reclamó Ava, colocando sus manos en la cintura, observando c
Vanessa llegó a su importante cita, enfundada en una elegante falda tipo lápiz en tono marrón, combinaba su elegante atuendo con una blusa de seda blanca, y un blazer ejecutivo del mismo tono.Caminaba con seguridad sobre sus stilettos de tacón de aguja sobre la baldosa de la empresa exportadora de alimentos: Best food, cuando llegó al piso donde la esperaban se anunció con la asistente del gerente.—Señorita, buenos días: Soy Vanessa Johnson tengo una cita con el señor Kraft, soy la vicepresidente comercial de Bosch Motors. —Sonrió.La joven asintió, miró en el computador y luego elevó su rostro para mirar a Vanessa.—Lo lamento, la cita fue cancelada, ¿no le informaron?El rostro de Vanessa se desencajó, frunció el ceño.—Tal vez mi asistente se confundió, de todos modos, me gustaría entrevistarme con su jefe.—Lo lamento señorita Johnson, el señor Kraft se encuentra en una reunión importante.Vanessa inhaló profundo, irguió su barbilla.—Espero a que se desocupe —informó y justo cu
Las palabras de Henry Bosch fueron como puñaladas para el corazón de Vanessa, ella apreciaba mucho a ese hombre, sus ojos se llenaron de lágrimas, había dado la vida por esa empresa, y no era justo que la trataran de esa forma, cuando ella sabía que era inocente.—Voy a demostrar mi inocencia, y se va a arrepentir de haberme tratado de esta forma. —Reprimió su ira, su dolor, giró sobre sus tacones y salió de la empresa.Vanessa observó cómo sus compañeros la observaban con lástima y susurraban entre ellos.—¡Soy inocente! —gritó—. ¡Juro que lo demostraré! —Apretó sus puños, y fue hasta su oficina, recogió las cosas que más valor sentimental tenían para ella, las fotos de su hija, de su madre, sus libros, se llevó su agenda con los contactos de los clientes, y varias cosas más.—¡Te dije que te iba a desenmascarar! —dijo Caleb Bosch entrando de nuevo con las manos en los bolsillos y una sonrisa en los labios.Vanessa lo observó con profunda ira.—¿Fuiste tú, cierto? —vociferó, respirab
Vanessa solo lograba escuchar murmullos, pues su mente se hallaba dispersa en su actual situación laboral, y la injusticia que cometieron en su empleo.«Debo limpiar mi nombre, no puedo salir por la puerta de atrás, no es justo» pensó y resopló.Entonces notó como unos fríos ojos la observaban, no supo cuánto tiempo Ryan Knight la había estado contemplando. Sacudió su cabeza y plantó su vista en aquel hombre, se vio tentada a reclamarme y preguntarle acerca de los artilugios que su empresa utilizaba para quitarle las ventas a la competencia, pero prefirió morderse la lengua y callar, estaban las niñas presentes.—Parece que no te agradó la comida —dijo Ryan al notar que ella no había probado bocado.—No tengo hambre. —Lo miró con seriedad, y luego observó que las niñas ya finalizaron su almuerzo—, vayan un rato al parque del frente, pero no se alejen de nuestra vista —solicitó.Ava y Hope se observaron entre ellas, y sonrieron divertidas, les fascinaba jugar en aquel sitio.—Estaré pe
Ambas pequeñas saltaron del juego y corrieron hacia el caballero, lo agarraron de las manos y lo arrastraron al parque.—¿A qué juegan? —indagó él.—Estábamos aburridas, pero ya que llegaste podemos jugar a las cogidas.Vanessa negó con la cabeza.—Niñas, el señor Knight no está vestido para la ocasión. —Miró al caballero, lucía un impecable traje de diseñador gris, su camisa era negra al igual que la corbata, sus zapatos brillaban de relucientes.—No hay problema, vamos a jugar —mencionó, se quitó el saco, y se aproximó a Vanessa—. Se lo encargo —le entregó la prenda, y le sonrió.Vanessa parpadeó, tomó la prenda, y pudo inhalar su varonil aroma a cedro, entonces se sentó en una banca, y los observó jugar, reía con las ocurrencias de las niñas, y del propio Ryan, parecía un niño más, compartiendo con las chiquillas; sin embargo, ver a Ava feliz con aquel hombre que era un desconocido, le estrujó el corazón.«Si no hubiera sido tan ingenua, jamás me habría fijado en Raúl, seguramente