¿Qué estará pasando con Ryan? ¿Habrá abandonado a Vanessa y a las niñas? Leo sus comentarios.
Vanessa desayunaba en profundo silencio, su mente estaba ausente, la ausencia de Ryan le dolía en el alma. Caroline la observaba con melancolía, de pronto el móvil de Vanne vibró, era una alerta de mensaje, los ojos se le iluminaron al ver que era Ryan, como un resorte se puso de pie y corrió a su alcoba. Frunció el ceño cuando abrió el mensaje: “Vanessa he decidido quedarme en Europa, tengo asuntos importantes que no puedo descuidar. Mi abuela se hará cargo de Hope, y para evitarte más problemas con mi familia, es mejor que renuncies a la empresa” —¿¡Qué!? —Las manos de Vanessa temblaron, su rostro se desencajó, y palideció. —¿Quién te crees que eres Ryan Knight? —rugió con las mejillas encendidas y la respiración agitada—, esto no se puede quedar así. Lo llamó y no esperaba pedirle una explicación, simplemente quería decirle todo lo que le estaba oprimiendo el pecho, pero recibió un nuevo mensaje. «El número al que marcaste ha sido desconectado permanentemente» —¡Infeliz! —g
Vanessa mantenía su mirada fija en el computador, otra vez buscaba empleo.«A empezar de cero» se dijo así misma; sin embargo, no tenía referencias de sus empresas anteriores, y no pensaba humillarse ante Rose Knight. —¿Podemos hablar? —cuestionó Caroline, y colocó frente a su hija un vaso con jugo de naranja y un emparedado—, debes comer mejor —recomendó. Vanessa suspiró profundo, miró la comida, y no sentía ni ánimos de alimentarse.—Sí vas a interceder por Ryan, pierdes el tiempo, April tenía su móvil, Rose me mostró fotos de ellos en la cama, y ahora…Caroline la observó con profunda seriedad. —Eres muy inteligente para cuestiones laborales, pero para las sentimentales me dan ganas de darte un par de bofetadas para que reacciones —expresó con firmeza, agitó ambas manos.—¡Mamá! —exclamó Vanessa, se puso de pie. —¡Me desesperas hija! —rebatió, caminó por la sala—, entiendo que te sientas dolida por lo que viste, y que eso te haya bloqueado el cerebro, pero nosotras conocemos a
Vanessa llegó agitada, corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían al parque en donde Caroline la esperaba, sollozante. —¿¡Cómo que no aparecen las niñas, mamá!? —indagó agitada. El corazón le palpitaba con gran fuerza, sus ojos estaban anegados de lágrimas. Caroline se cubrió el rostro con ambas manos. —Estaban aquí en los columpios, un muchachito me robó el bolso, me levanté para seguirlo, fueron segundos…—¡Ella es la principal sospechosa! —vociferó Rose, apuntó con el bastón a Vanessa—, esa mujer siempre se ha querido quedar con mi nieta, hoy la rescaté de sus garras, pero no se conformó y la secuestró. —¿Qué? —Vanessa apenas podía reaccionar, su mente era un completo caos, las niñas estaban desaparecidas y lo único que le importaba en ese momento era conocer su paradero. Uno de los agentes que investigaba se aproximó a las mujeres. —¿Qué tiene qué decir al respecto?—Nada —contestó Vanessa—, no se ha dado cuenta de que mi hija también está desaparecida —vociferó, o
Vanessa caminaba de un lugar a otro por la sala de su apartamento, parecía que iba a abrir un hueco, la desesperación que sentía no le permitía respirar con calma, percibía un ahogo, como si un nudo le oprimiera la garganta. —Han pasado más de seis horas mamá, nadie llama, nadie se comunica con nosotros —sollozó y habló con la voz trémula—, qué voy a hacer, sin Ava mi vida no tiene sentido. —Se dejó caer al piso y empezó a llorar con desesperación. Caroline no dejaba de sentirse culpable, también percibía esa opresión en el pecho, se aproximó a su hija la abrazó. —Perdóname todo es mi culpa, debí estar más atenta. Vanessa negó con la cabeza. —No digas eso mamá, seguramente querían llevarse a Hope, para pedir rescate, porque para qué se iban a llevar a mi hija, yo no soy una mujer rica —expresó aclarándose la garganta—, o talvez para… —No, no pienses cosas malas, no traigas la mala suerte, por favor —suplicó Caroline. ****—¿Cómo que no tiene noticias, investigador? —refutó enfu
Ryan escuchó los sollozos de Vanessa, entendía la angustia que estaba pasando, era la misma que él percibía con la desaparición de su hija. —¿Cómo estás? —averiguó Vanessa ahogada en llanto—, quise ir a verte, pero…—Tranquila, estoy mejor, no te preocupes por mí, ahora lo importante es recuperar a nuestras hijas, ¿qué noticias tienes?Vanessa sorbió la nariz se aclaró la garganta. —Recibí una llamada, un hombre me pidió ir a New York —comunicó. Ryan en el hospital sintió una punzada en la cabeza, apretó los ojos. —¿Te encuentras bien? —indagó Jordan. Ryan le pasó el móvil a él, veía borroso, y la habitación se movía. —Vanessa, Ryan no se siente bien, dame unos minutos. —¿Qué tiene? —investigó con la voz angustiosa—, por favor dile que se calme, que no se agite. —Ya lo está revisando una enfermera —comunicó Jordan, y le iba avisando a Vanessa lo que sucedía en la habitación, al cabo de unos minutos Ryan de nuevo se comunicó con ella. —Sé que mi abuela contrató gente especiali
Al día siguiente Raúl volvió a llevar a las niñas al hospital, decidido a encontrar la manera de que le practicaran los exámenes a Ava, y comprobar si la niña era compatible con Noah. Alejandra se acercó a él con los ojos rojos e hinchados. —Ya no se puede hacer nada por nuestro hijo, si no se realiza el trasplante se muere. —Gimoteó llorando con desespero. Raúl palideció por completo, el rostro se le desencajó, los labios le temblaron. —¡No! ¡Yo no voy a permitir que mi hijo se muera! —vociferó. Ava y Hope se sobresaltaron, y volvieron a abrazarse entre ellas; sin embargo, Ava sintió una punzada en su pecho, a pesar de todo era una niña noble, sintió mucho pesar por su hermano. —Dejaré que me hagan los estudios, y si puedo salvarle la vida hablaré con mi mamá para que autorice —dijo la niña, apretaba sus labios. Alejandra parpadeó conmovida, se acercó a ella y se inclinó a su misma altura. —¿Harías eso por mi niño?Ava asintió.—Solo por él —respondió y miró con profundo rese
Ryan estrechó a Ava en sus brazos, había llegado minutos antes, había estado observando con profunda ira como Raúl consolaba a su hijo enfermo y para Ava no tenía una frase de cariño. —Ya estoy con ustedes —susurró, de inmediato, buscó a Hope con sus ojos, respiró aliviado, se puso de pie y junto con Ava se acercó a su hija, la abrazó bien fuerte. —¿Cómo están? —Las miró a ambas—, ¿se encuentran bien? Hope se aferró al cuerpo de su tío, empezó a llorar desahogando todo el miedo y el nerviosismo que el secuestro le causó. —Ese hombre es muy malo…Ryan miró con profunda seriedad a Raúl, plantó su vista en él. «Te vas a arrepentir, infeliz»—Ya volví y no voy a permitir que nadie les haga daño —enfatizó, y de inmediato se aproximó a Vanessa. Vanessa se lanzó a sus brazos. —Gracias por venir —sollozó en su cuello, permaneció abrazada a él por segundos. —¿Estás bien? —Es un necio, el médico no autorizó el viaje —intervino Jordan—, pero tú sabes que nadie puede detenerlo. —Debe revi
—A nadie tío —contestó Hope, entonces compraron la malteada y regresaron al área de oncología. Entre tanto Vanessa besaba la frente de Ava. —Todo va a salir bien cariño, yo estaré afuera con Hope, Ryan no tarda en venir. —Lo sé mami —contestó la pequeña—, te quiero mucho. —Yo te amo más que a mi vida —respondió Vanessa, le acarició la mejilla. —En diez minutos empezamos —dijo el médico. Vanessa inhaló profundo, asintió, entonces la puerta se abrió y Ryan ya listo con el traje especial entró de la mano de Hope. —Hay alguien que desea darte buena suerte —comunicó Ryan mirando a Ava. —¡Hope! —exclamó la niña. Enseguida Hope se aproximó a la camilla, agarró de la mano a su amiga. —¿Vas a estar bien? —preguntó con la mirada llena de angustia. —Sí, el médico dijo que no me dolerá, y que todo saldrá bien —contestó Ava. Hope suspiró aliviada. —Qué bueno, te estaré esperando afuera, eres valiente —expresó y le sonrió—, dile a tu hermano que deseo que se recupere y que todo salga b