Ryan escuchó los sollozos de Vanessa, entendía la angustia que estaba pasando, era la misma que él percibía con la desaparición de su hija. —¿Cómo estás? —averiguó Vanessa ahogada en llanto—, quise ir a verte, pero…—Tranquila, estoy mejor, no te preocupes por mí, ahora lo importante es recuperar a nuestras hijas, ¿qué noticias tienes?Vanessa sorbió la nariz se aclaró la garganta. —Recibí una llamada, un hombre me pidió ir a New York —comunicó. Ryan en el hospital sintió una punzada en la cabeza, apretó los ojos. —¿Te encuentras bien? —indagó Jordan. Ryan le pasó el móvil a él, veía borroso, y la habitación se movía. —Vanessa, Ryan no se siente bien, dame unos minutos. —¿Qué tiene? —investigó con la voz angustiosa—, por favor dile que se calme, que no se agite. —Ya lo está revisando una enfermera —comunicó Jordan, y le iba avisando a Vanessa lo que sucedía en la habitación, al cabo de unos minutos Ryan de nuevo se comunicó con ella. —Sé que mi abuela contrató gente especiali
Al día siguiente Raúl volvió a llevar a las niñas al hospital, decidido a encontrar la manera de que le practicaran los exámenes a Ava, y comprobar si la niña era compatible con Noah. Alejandra se acercó a él con los ojos rojos e hinchados. —Ya no se puede hacer nada por nuestro hijo, si no se realiza el trasplante se muere. —Gimoteó llorando con desespero. Raúl palideció por completo, el rostro se le desencajó, los labios le temblaron. —¡No! ¡Yo no voy a permitir que mi hijo se muera! —vociferó. Ava y Hope se sobresaltaron, y volvieron a abrazarse entre ellas; sin embargo, Ava sintió una punzada en su pecho, a pesar de todo era una niña noble, sintió mucho pesar por su hermano. —Dejaré que me hagan los estudios, y si puedo salvarle la vida hablaré con mi mamá para que autorice —dijo la niña, apretaba sus labios. Alejandra parpadeó conmovida, se acercó a ella y se inclinó a su misma altura. —¿Harías eso por mi niño?Ava asintió.—Solo por él —respondió y miró con profundo rese
Ryan estrechó a Ava en sus brazos, había llegado minutos antes, había estado observando con profunda ira como Raúl consolaba a su hijo enfermo y para Ava no tenía una frase de cariño. —Ya estoy con ustedes —susurró, de inmediato, buscó a Hope con sus ojos, respiró aliviado, se puso de pie y junto con Ava se acercó a su hija, la abrazó bien fuerte. —¿Cómo están? —Las miró a ambas—, ¿se encuentran bien? Hope se aferró al cuerpo de su tío, empezó a llorar desahogando todo el miedo y el nerviosismo que el secuestro le causó. —Ese hombre es muy malo…Ryan miró con profunda seriedad a Raúl, plantó su vista en él. «Te vas a arrepentir, infeliz»—Ya volví y no voy a permitir que nadie les haga daño —enfatizó, y de inmediato se aproximó a Vanessa. Vanessa se lanzó a sus brazos. —Gracias por venir —sollozó en su cuello, permaneció abrazada a él por segundos. —¿Estás bien? —Es un necio, el médico no autorizó el viaje —intervino Jordan—, pero tú sabes que nadie puede detenerlo. —Debe revi
—A nadie tío —contestó Hope, entonces compraron la malteada y regresaron al área de oncología. Entre tanto Vanessa besaba la frente de Ava. —Todo va a salir bien cariño, yo estaré afuera con Hope, Ryan no tarda en venir. —Lo sé mami —contestó la pequeña—, te quiero mucho. —Yo te amo más que a mi vida —respondió Vanessa, le acarició la mejilla. —En diez minutos empezamos —dijo el médico. Vanessa inhaló profundo, asintió, entonces la puerta se abrió y Ryan ya listo con el traje especial entró de la mano de Hope. —Hay alguien que desea darte buena suerte —comunicó Ryan mirando a Ava. —¡Hope! —exclamó la niña. Enseguida Hope se aproximó a la camilla, agarró de la mano a su amiga. —¿Vas a estar bien? —preguntó con la mirada llena de angustia. —Sí, el médico dijo que no me dolerá, y que todo saldrá bien —contestó Ava. Hope suspiró aliviada. —Qué bueno, te estaré esperando afuera, eres valiente —expresó y le sonrió—, dile a tu hermano que deseo que se recupere y que todo salga b
Un día antes de volver a San Francisco, Vanessa junto con Ava y Hope fueron al hospital a despedirse de Noah. El niño se hallaba aislado en una habitación especial, y podía ver a sus visitas y escucharlas a través de un cristal. —Vinimos a despedirnos —dijo Ava, y agitó su mano para saludarlo. Noah le sonrió, y le devolvió el saludo también moviendo sus dedos. —Gracias por todo, cuando me recupere mi mamá me va a llevar a visitarlas —comunicó sonriente. —Serás bienvenido —añadió Vanessa, lo miró con ternura. —Gracias —repitió el niño, y luego miró a Hope—, espero seamos amigos. Hope apretó sus labios, sus mejillas volvieron a enrojecerse. —Claro, seremos buenos amigos —expuso con timidez. —Vanessa, quisiera hablar contigo a solas —propuso Alejandra, la esposa de Raúl. Vanessa asintió, observó a las niñas. —Se quedan aquí charlando con Noah, yo estaré en la sala de espera —informó. Las niñas asintieron, Vanessa esperó que Alejandra saliera de la habitación y juntas se dirigi
San Francisco, California. Ryan ingresó con paso firme a la mansión Knight, en el amplio salón lo esperaba su abuela. La anciana lo miró con seriedad. —Hasta que por fin te dignas en aparecer —recriminó, con ayuda del bastón se puso de pie. Ryan enfocó su gélida mirada en la abuela. —¿Y se puede saber por qué tomaste decisiones en la empresa en mi ausencia? —reprochó él—, apenas supiste de mi accidente empezaste a manejar las cosas a tu antojo. ¿Para qué quieres que me haga cargo, si a la final eres tú la que quiere tener en control? —refutó la observó con seriedad. —Porque eres mi único nieto, el heredero universal, porque te quiero cerca, estoy vieja, y enferma. Ryan puso los ojos en blanco y resopló. —Ahora sí me necesitas porque Roger murió, pero cuando él vivía jamás te acordaste de mi existencia —bufó—, en fin no vine a hablar del mismo asunto, sino a decirte que las cosas en la empresa volverán a la normalidad, y que puedes ir preparando la cena para anunciar mi compromi
Ryan se hallaba de pie en la sala de juntas, observaba por una abertura de las persianas si Vanessa ya estaba libre, sus pupilas se dilataron cuando la vio avanzar hacia la oficina, caminando con esa seguridad que siempre proyectaba. Enseguida se alejó de la ventana, y apenas ella giró la cerradura, y entró, él la tomó entre sus brazos, la recargó en la puerta, y se apoderó de sus labios, besándola con ansiedad. Vanessa se estremeció, jadeó bajito dentro de la boca de Ryan, enredó sus dedos en el espeso y castaño cabello de él, lo atrajo más a ella, profundizando aquel beso. —Te he extrañado todo el día —susurró él. —Yo más, mucho —contestó ella, suspiró y volvieron a fundir sus bocas en un apasionado beso. Las manos de Ryan le recorrieron el talle, bajaron por sus firmes glúteos. —Ryan —gimió ella percibiendo como su cuerpo se iba encendiendo, y una cálida energía le recorría la piel—, no podemos hacerlo aquí, nos pueden descubrir. —Frunció los labios en una línea. Ryan resopl
—No sé si Roger estaba al tanto, o no se daba cuenta de lo que firmaba —explicó Jordan—, pero la situación es grave, la empresa se puede ver envuelta en un escándalo de gran magnitud y esto puede llevarlos a la ruina. Ryan inhaló profundo, miró a Vanessa quién estaba pálida, la situación era extremadamente difícil, sintió un escalofrío. —Debemos ser cautelosos con esta información, y reunir más pruebas para enviar a prisión a los culpables —aseguró Ryan.—¿Le dirás a tu abuela? —investigó Vanessa. —Por ahora no —contestó Ryan, inhaló profundo—, les pido su discreción. —Cuenta con ello —dijo Jordan. —Sabes que tienes mi apoyo —respondió Vanessa, salió de la oficina sintiendo una gran intranquilidad en su pecho. ****En la noche Ryan se miraba al espejo pensativo, le preocupaba la situación de la empresa, una extraña sensación recorría su médula espinal, a manera de mal presentimiento. Inhaló profundo, y bajó al apartamento de Vanessa, antes de su cita con April, tenía que hablar