Início / Romance / Una falsa esposa. / Capítulo 7. Dudas.
Capítulo 7. Dudas.

Capítulo 7.

Dudas.

Gildris respira aliviada, sabiendo que ha recuperado la desaprobación. Al parecer ellos no están acostumbrados a ser muy amables, o se la pasan discutiendo, ya que se tratan con indiferencia, algo que ella va aprendiendo y que le cuesta entender. Tratando de ser profesional, Gildris lo cubre con la toalla intentando no verlo desnudo; es algo incómodo para ella, intenta reprimir sus pensamientos y enfocarse en que es un trabajo, un trabajo más de enfermera como en casa. Aunque suena a ironía, ella debería estar con su madre ahora y está cuidando del esposo de Brittney, quien no se ha reportado por nada.

—Ponme el mono sin ropa interior. —Le pide él a ella terminar de secarlo.

Gildris se acerca a él y, sin quitar la toalla, empieza a vestirlo, pero él, sintiéndose fastidiado, quita la toalla, acción que la hace caer de golpe sobre el suelo, tratando de no verlo. Su cabello cubre su rostro, su pecho emite un vaivén desenfrenado que extraña a Bastián, al ver que ella está muy nerviosa.

—Cúbrete, por favor, cúbrete.

—¿Es un chiste? Me has visto desnudo muchas veces, ¿qué demonios te pasa?

Gildris cierra los ojos incómoda una vez más, tratando de recuperarse.

—Por favor, cúbrete. —Vuelve a pedir una vez más.

—Joder, no te entiendo, actúas como si no me conocieras. —Gildris pasa saliva incómoda sin darle respuesta. —Ya, voltea.

Ella voltea, mirándolo incomoda. Gildris, sin espera alguna, se mueve hacia él y le coloca el mono, ayudándolo a subírselo. Una vez más la toalla cae al suelo; ella trata de no verlo y culmina colocando el mono, para luego seguir con la cura.

—Cueste la herida, permanece en la cama, por favor.

—No puedo moverme, no me levantaré sin tu ayuda.

Ella se aleja, tú buscas la hoja y los medicamentos, y con un bolígrafo empiezas a hacer cálculos de la hora, marcando las cajas de los medicamentos como toda una experta en cuidados. Bastián la observa a la distancia, su postura; ella se mantiene encorvada sobre la mesita con su pierna derecha sobre su pie izquierdo en una postura que resalta su figura, mientras juega concentrada en lo que está haciendo con el lapicero, deslizándolo por sus labios de manera delicada, una postura que la hace lucir muy tierna. Su cabello largo reposa en su trasero y parte de él recae por su hombro, dejando ver uno de los aspectos que la hacen lucir atractiva. A Bastián le encanta su cabello.

—Te tocan dos pastillas, y en la madrugada tendré que despertarte por las otras dos; he marcado cada indicación en las cajas, con ella sabremos cuál toca y a qué hora, pondré la alarma de mi celular… —Ella programa las alarmas en su celular para despertar a la hora y en la descripción coloca los nombres de las pastillas. —Con esto sabré la hora y qué pastilla te toca.

Él permanece en silencio, mientras ella se mueve buscando todo para curarlo, primero revisando su herida. Primero coloca Herdez para desinfectar, ella se coloca los guantes y procede a colocar la cura, agregando un atomizador que le causa ardor.

—¡AHH! —se queja él, lo que la pone nerviosa.

—Lo siento, lo siento… —Ella sopla de manera delicada la herida, causando alivio al dolor.

Bastián la mira de reojo. Ella lo trata con tanta delicadeza, después de que hace unos días solo discutían con constancia; todo le irritaba, pero ahora, ella simplemente ha cambiado, algo que lo pone tenso. Cuando ella es amable con él, siempre se espera que le pida algo a cambio. Se ha dado cuenta de que Brittney siempre tiene un interés de por medio; esta amabilidad que ofrece ahora no es más que una farsa, algo que lo devuelve a su estado de irritación.

—Disculpe… —La sirvienta toca la puerta.

—Adelante —le dice Gildris, terminando con la cura.

—Señora, no teníamos la sopa, por eso la demora; la hicimos para usted, espero que no se moleste, lo hicimos lo más rápido que pudimos.

—No te preocupes, te lo agradezco, déjala en la mesa.

Bastián la mira y la sirvienta también, ambos sorprendidos.

—¿Desea algo más?

—No, no te preocupes, puedes descansar.

—Ok, señora, muchas gracias. Permiso.

La mujer se retira; Bastián permanece en silencio, en la espera de que ella por fin termine su teatro.

—Ven, primero el brazo con el yeso. —Ella le coloca la camisa, la manilla y con un cepillo le cepilla el cabello.

Al terminar, ella se sienta a su lado con el plato de sopa, toma una cuchara y le sopla a temperatura tenue.

—¿Me vas a dar la comida también? —pregunta él y ella se sonroja sin saber qué hizo mal.

—¿Puedes hacerlo por tu cuenta?

—Sabes que no me gusta comer en la habitación; hubiera preferido reunirme en el comedor, y sí, puedo comer, aún tengo la mano libre, la misma que usé para protegerte a ti, ¿lo olvidas?

Gildris no entiende nada, ¿Brittney también iba en el auto con él?

—Lo siento, ahora mismo bajaré la comida a la mesa, llamaré al chófer para que te ayude a bajar; quise ser amable, no pensé incomodarte.

Ella sale de la habitación; ya no aguanta la tensión, se mueve en busca del chófer para que lo ayude y le deja la comida en la mesa.

—Señorita, ¿va a cenar?

—No tengo hambre, gracias.

Ella se retira, encerrándose en su habitación, toma su celular llamando a Brittney, pero esta no responde, lo que le causa más ansiedad; continúa por más de una hora hasta que por fin responde.

B: Demonios, no llevas ni cinco horas y ya me estás explotando el celular.

G: Regresa, no puedo hacer esto, tú me mentiste, no me explicaste la situación y menos que estaba tan mal.

B: Te dije que estaba enfermo, tiene a su enfermera, no te preocupes.

G: Brittaney, él corrió a la enfermera, ahora debo atenderlo yo.

B: No, no deja que lo resuelva; él siempre lo resuelve por su cuenta. Tú enciérrate y no le prestes atención.

G: —No puedo, Brittney, dijo que llamaría a su mamá, me asusté y… —Ella interrumpe.

B: Te ofreciste a cuidarlo, por Dios, te dije que no te expongas a que te descubran. Yo jamás lo cuidaría, le dije que no sabría cómo hacerlo, por eso contratamos a una enfermera. Eres una tonta.

G: Tuve que bañarlo, y debo curarlo, darle medicamento; tiene mucha fiebre y no quiere que nadie lo atienda. La herida se le va a infectar. Además, esa tensión entre ustedes, ¿están peleados? ¿Qué hiciste? Dijo que te intentó proteger en el accidente; tú estuviste ahí, Brittney, no me lo dijiste.

B: Ay ya, deja el drama, cálmate, escucha, sí, estuve ahí. Íbamos discutiendo por lo del viaje; él no quería pagar el viaje y yo necesitaba dineros. Discutimos y una discusión llevó a la otra. Él no vio un camión que venía y nos chocamos. Intentó protegermey ahora me culpa porque dice que fui egoísta y bla, bla, bla. Tú solo sigue el juego.

G: No entiendo, entonces, qué le voy a decir si me descubre?

B: No lo hará, tú solo ignora a todos, no es difícil, sé indiferente y haz algo para distraerte, cuídalo, eres buena en eso, ya te ofreciste y debes seguir, pero no seas dócil con él, no es que nos llevemos mal, es que en la cama nos llevamos mejor, pero no te preocupes, está enfermo, solo avísame cuando se cure y volveré.

G: ¿Qué? No, Brittney, vuelve, no puedo hacer esto, ven con tu esposo.

B: No te preocupes, yo pensaré en algo si nos descubren. Tú solo haz lo que tengas que hacer, sé indiferente con todos, no seas amable y haz tu trabajo, cuídalo. Si llama a su madre, estaremos perdidas. Haz esto bien, Gildris, y te aseguro que en unas semanas tendrás dinero suficiente para ti y para tu madre. Piensa en ella, en su salud. Ahora no me llames tanto, haz lo que tengas que hacer, pero no dejes que nos descubran.

G: —Britt… —Brittney cuelga antes de que ella pueda reaccionar; su corazón late muy rápido, está asustada y atrapada en una ciudad que no conoce, con un extraño. Esto sí que será un reto para ella.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App