No darse por vencido
Si Katherine estaba devastada. No era que Daniel estuviese mejor, esa noche al ver a su esposa salir del baño en casa de su padre, había perdido todo el valor para silenciar a Ivette, ella no importaba. Él sabía que después de lo que su esposa escuchó, no tenía mucho para defenderse. Odió todavía más a Ivette y se sintió cobarde.

Se odiaba a sí mismo por no haber hecho nada. No todo lo que dijo aquella loca mujer era verdad. No obstante, el dolor en los ojos grises de Katherine, le helaron la sangre y le cortó la respiración. No sabía cómo, pero necesitaba que ella lo escuchara, lo perdonara por no haber puesto un alto a aquellas palabras de Ivette, que ahora sentenciaban el amor de ambos.

No creyó ser capaz, de amar a alguien luego del daño ocasionado por Ivette, mas, Katherine se fue colando bajo su piel, calando hasta los huesos, se metió tan dentro que no había lugar de él que no le perteneciera. Esa primera noche en la que llegó y ella se había marchado en medio de aquella emerg
Emma Richardson

Los amigos leales son escasos, cuando tengas uno, consérvalo.

| 2
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App