Dos semanas después. —La, la, la, la, e, e, la, la, la, Lala. — Tararea en su habitación de manera apacible. —Hija, ¿y eso?, ¿por qué estás tan contenta el día de hoy? —Madre por las noticias, no pueden ponerse mejores, no sabes lo dichosa que me hace la desgracia de Edward. — Sonríe de oreja a oreja. —Pero hija, no debemos ser tan rencorosas, además aún no creo que Leonor le haya hecho eso a él, es imposible, ella siempre decía estar muy enamorada. — Se asombra. No lo entiendo. —A la final Leonor esta demostrando lo que en realidad es, una mosca muerta capaz de hacer hundir el barco sin importar ahogarse ella misma, es una m*****a buena. — Sonríe maldadosa. — Es aún mejor que yo para la maldad. —No digas eso, sé que algo no está bien, mi corazón me lo dice. — Frunce el ceño. —¿Y qué vamos a hacer?, ya ella decidió su destino, es mejor dejar que sea feliz, tu corazonada debe estar equivocada madre, ya ves que Betty envío el video y todos pudimos ver qué nunca quiso al horripila
Algunos meses después.—Por fin ha nacido mi nieta, es una niña muy hermosa, la más bonita. — Se regocija satisfecha.—Mamá no es para tanto, solo es una bebé llorona, ya quiero irme a mi casa para no tener que escucharla nunca más. — Le dice ella de mal humor.—Hija no tengas ese corazón tan duro, los hijos son una bendición, y mírale los ojitos. — Ella voltea la cara con desagrado para el otro lado.— Ya madre no intentes meterme a esa mocosa por los ojos, muy bien sabes que no quiero saber nada acerca de ella, si no sigues lo que te pedí la regalaré o la enviaré a un orfanato, lo que sea, pero ya no la verás más nunca.En ese instante entra la enfermera a la habitación.—Señora es hora de alimentar a su pequeña. — Le dice mientras le acomoda la almohada.—No la voy a alimentar, no voy a dejar que dañe mi cuerpo, más de lo que ya lo ha hecho, usted puede darle la fórmula y déjeme dormir, para eso estoy pagando tanto dinero, estoy muy cansada de cargarla nueve meses. — Se relaja en l
—Dime hija, ¿qué es lo que sucede entre tú y Edward? — Pregunta pensativa.—Nada realmente, es solo que, señora Betty, seré sincera con usted porque lo merece. — Tiembla un poco al hablar.—¿Qué pasa Sheily?—Señora Betty, lo diré sin anestesia, estoy enamorada de Edwuard. — Se confiesa.—¿Qué?, ¿y desde cuándo?, ¿él lo sabe?, niña me has impactado. — Abre sus ojos grande.—Yo sé que solo soy la niñera, pero no pude evitar sentir tantas cosas por él, él es demasiado bueno y caballeroso, es imposible no enamorarse, hace más o menos un mes he venido sintiéndome más cómoda de lo normal con él, y él no lo sabe, solo me gusta acercarme y ayudarlo en lo que él necesita. — Lo ha dicho todo.—Ay mi niña, el que seas niñera no es ningún problema, lo que me preocupa es que mi hijo no te corresponda y que aún siga enamorado de ella. — Se muestra ansiosa.—¿Y si hago que se enamore de mí?, usted me apoyaría señora Betty.— Pregunta sonriendo con gentileza.—No lo sé, primero debemos saber si él ya
—¿Cómo te sientes Helena? — Pregunta kristel un poco incómoda de ver el rostro de malestar de Helena.—Bien, supongo, ya que por fin me sacaron a esa niña, ahora por fin me puedo sentir yo misma otra vez, aunque me molesta un poco que no he podido descinchar mi estómago por completo, esto es una tragedia. — Respira profundo.—Hija ya bajará, espera unos días más y lo verás. — La consuela.—Esperaré, pero si no sucede tendré que tomar cartas en el asunto, no sé, me haré una liposucción, no voy a andar de gorda, eso jamás. — Le dice preocupada.—Ya no te inquietes por eso, todo estará bien, siempre debe pasar más o menos dos meses o tres para que regreses a la normalidad.—No, no puedo esperar tanto, me volveré loca con esta barriga. — Se mira su vientre con molestia.—Pero si está superchiquita, no es nada hija, no hagas berrinches por eso tan insignificante. — Mueve su cabeza en negación.—¿Nada mamá?, esto no es una barriguita, es una montaña de grasa.Es más, ahora mismo iré para qu
—Así se habla Leonor, debes hacerle pagar a tu hermana por todo lo que te ha hecho pasar, es hora de que todos vean que tú no te dejas de nadie. — Le dice sonriendo maldadosamente. —Ya basta Cojoncio, no alteres a la señorita. — Él interviene. —Él tiene razón, siempre todos, todos han querido hacer conmigo lo que se les ha dado la gana, estoy cansada, ya no más Leonor la buena, me van a conocer. — Frunce el ceño. —¿Y qué harás? — Pregunta a la expectativa. —Por ahora nada, pero ya se me ocurrirá algo. — Le dice pensativa con desconcierto en sus palabras. Un mes después. —Ya miraste la prensa madre. — Helena le dice mientras calva sus ojos en el periódico. —No, hija, que noticias tenemos para hoy. — Le habla tejiendo un pequeño saquito de hilo para la bebé. —No te imaginas lo que está sucediendo. — Abre sus ojos grande. —¿Qué?, muéstrame, quiero saber de qué se trata. — Pregunta con curiosidad. —Te voy a leer para que no te fatigues. — Sigue sorprendida con la lectur
En algún lugar del país.—Buenos días, bella, durmiente, aquí está tu desayuno. — Él le hace una venía y sonríe.—Buenos días cojoncio, el día está hermoso hoy, saldré a tomar el sol. — Se desespereza levantando sus brazos.—Por supuesto, iré contigo al jardín, mira aparte lo que te traje. — Le muestra un hermoso diario, con una portada de flores en alto relieve y mariposas a su alrededor.—Mi diario, es hermoso, ese jefe tuyo tiene muy buen gusto, este libro se parece mucho a mí, su portada es dulce y romántica. — Lo mira por todos lados mostrándose feliz.Dile que gracias.—Tu siempre tan cursi, pues tendrás que darle las gracias tú misma, él vendrá para la hora del almuerzo, estamos preparando un banquete para ustedes dos. — Le dice mientras mira por la gran ventana.—Es verdad, ¿seguro él vendrá?, ¿y como debería tomar eso?, debería estar nerviosa o preocupada?— Tiembla un poco.—Sí, seguro lo hará, hablé con él y está en camino, supongo que deberías sentirte tranquila, él no es u
—¡¡Este no es mi hijo!!, es un bebé horrible, ¡Es imposible!, esto es una aberración que sobrepasa mis límites, ¿acaso me has engañado Betty?, es inverosímil que este adefesio sea sangre de mi sangre.— Repetía el señor Henry Fuller enojado e irritado, su cara pasaba de rosa a roja en un instante, y con razón ese bebé no se parecía en nada a él. —Pero es tuyo Henry, jamás te engañaría, por quien me tomas, toda la vida te he sido leal, jamás he mirado a otro hombre que no seas tú, ni con la esquinita de mi ojo.— Exclama la señora Betty de Fuller, triste y acongojada al escuchar las acusaciones de su esposo, ella solo agacha su cabeza y respira profundo, parece que quisiera explotar de desolación. —¡No!, no lo es.— Refunfuña gritando por toda la habitación, no puede evitar sentirse airado. Si este, no sé ni como llamarlo, si esto fuera mi hijo seria demasiado guapo, pero es el bebé más feo que mis ojos han mirado, es que la palabra feo le queda corta, es monstruoso, no quiero verlo, ¡¡
Cómo un hombre puede despreciar tanto a su hijo solo porque no es guapo como sus otros dos hijos, y ese es el señor Henry, un hombre de carácter autoritario, nada modesto, un multimillonario que se había hecho a el mismo, a pesar de llevar una buena relación con casi todo el mundo a su manera, el hecho de que su hijo no es atractivo lo ha destruido y vuelto frío e intolerante.Toda su fortuna la ha adquirido el mismo, él sabe que cuando un hombre se ve bien y es atractivo también puede lograr llegar a la cima más rápido y su miedo era ese, el que su hijo mayor no lo iba a poder lograr, y le iba a tocar más arduo, se sentía impotente.Él siempre quería que todo se haga a su antojo, ahora sufría porque Edward por ser el mayor debería administrar toda su riqueza hasta que sus otros dos hijos crezcan, le preocupaba que con esa cara nadie se lo quisiera tomar en serio. Sobre todo en los negocios, todos eran unos tiburones, capaces de devorar todo a su paso.Quizás seria una burla para tod