—Así se habla Leonor, debes hacerle pagar a tu hermana por todo lo que te ha hecho pasar, es hora de que todos vean que tú no te dejas de nadie. — Le dice sonriendo maldadosamente. —Ya basta Cojoncio, no alteres a la señorita. — Él interviene. —Él tiene razón, siempre todos, todos han querido hacer conmigo lo que se les ha dado la gana, estoy cansada, ya no más Leonor la buena, me van a conocer. — Frunce el ceño. —¿Y qué harás? — Pregunta a la expectativa. —Por ahora nada, pero ya se me ocurrirá algo. — Le dice pensativa con desconcierto en sus palabras. Un mes después. —Ya miraste la prensa madre. — Helena le dice mientras calva sus ojos en el periódico. —No, hija, que noticias tenemos para hoy. — Le habla tejiendo un pequeño saquito de hilo para la bebé. —No te imaginas lo que está sucediendo. — Abre sus ojos grande. —¿Qué?, muéstrame, quiero saber de qué se trata. — Pregunta con curiosidad. —Te voy a leer para que no te fatigues. — Sigue sorprendida con la lectur
En algún lugar del país.—Buenos días, bella, durmiente, aquí está tu desayuno. — Él le hace una venía y sonríe.—Buenos días cojoncio, el día está hermoso hoy, saldré a tomar el sol. — Se desespereza levantando sus brazos.—Por supuesto, iré contigo al jardín, mira aparte lo que te traje. — Le muestra un hermoso diario, con una portada de flores en alto relieve y mariposas a su alrededor.—Mi diario, es hermoso, ese jefe tuyo tiene muy buen gusto, este libro se parece mucho a mí, su portada es dulce y romántica. — Lo mira por todos lados mostrándose feliz.Dile que gracias.—Tu siempre tan cursi, pues tendrás que darle las gracias tú misma, él vendrá para la hora del almuerzo, estamos preparando un banquete para ustedes dos. — Le dice mientras mira por la gran ventana.—Es verdad, ¿seguro él vendrá?, ¿y como debería tomar eso?, debería estar nerviosa o preocupada?— Tiembla un poco.—Sí, seguro lo hará, hablé con él y está en camino, supongo que deberías sentirte tranquila, él no es u
—Sí, soy yo Leonor. — Responde aliviado.—Pero porque todo esto, no comprendo, esto no me gusta nada. — Reclama con enojo.—Sé que lo estás viendo turbio en este instante, pero todo tiene una explicación. — Dice él con seguridad.—Bueno supongo que tenemos toda la tarde y la noche para que me la des. — Seriedad en su rostro y desconcierto en sus palabras.—Seguro que sí, toma asiento Leonor.—Prefiero quedarme de pie, realmente estoy muy enojada, no esperaba que fueras tú quien ha hecho tantas cosas para que yo esté aquí encerrada. — Le dice y su cara cambia abruptamente a malestar.—Lo sé. Ella lo interrumpe.—¿Qué te pasa?, acaso estás obsesionado conmigo, ¿entonces hiciste un trato con Helena para que no me matara y así quedarte conmigo?, qué retorcidos son. — Le habla con furia en sus palabras.—No, no estoy obsesionado, no es así, deja te explico cómo son realmente las cosas. — Insiste él.—Te escucho, espero sinceridad completa de tu parte. — Se cruza de brazos.—Así será, pero
Días después.—Eres un maldito mentiroso Phill, me engañaste, Edward no se casó con esa mujer, no te daré nada de lo que te había prometido, quien te crees para venir a decirme tantas falsedades. — Vocifera furiosa.—Supuse que era verdad, los escuché hablando en el comedor sobre ese tema y la novia de Edward estaba muy segura de que sería así. — Le habla acelerado.—Pues todo resultó ser una completa falacia, sabes que, no vuelvas a llamarme, no resultas útil para nada. — Sentencia fuerte.—Pero tú me debes de otras situaciones y debes pagarme.— Le advierte con seriedad.—No te daré nada, déjame en paz, solo eres un completo inepto e idiota. — Sus gritos se pueden oír en toda la casa.—Pero. — Le cuelga el teléfono.—¿Qué pasa hija?, ¿por qué estás tan alterada? — Pregunta agitada.—Porque como sabes Phill me mintió, Edward y esa mujer no se casaron y tenía que decirle sus verdades, que se burle de otra, es un completo imbécil mira que querer engañarme a mí. — Da vuelta en la sala a
—Es un audio. — El mira a Leonor curioso.—Sube el volumen para que podamos escuchar. — Ella se acomoda en la silla.—Es Edward, es su voz.—¿El feo? — Pregunta admirado.—Escucha, dice que me odia y que me aborrece. — Ella se ha quedado en silencio.—Si, y está hablando con una mujer, ¿quién creas que sea? — Le sube más el volumen.—No sé oye como su madre o alguien que conozca. — Intenta poner toda su atención.—¿Y qué piensas después de escucharlo hablando así de ti? — Le pregunta a la expectativa.—Quizás ya lo esperaba, que él pensara así de mí, solo que nunca imaginé escucharlo de su boca. — Lo mira entristecida.—¿Y qué piensas hacer, ¿o como te sientes? — Le pregunta con suavidad.—Me siento triste sabes, amaba a ese hombre, me enamoré de él, de su forma de ser, de cómo es, pero de nada sirvió porque al final él solo me odia y quiere que me muera. — Se le encoge el corazón.—¿Y si solo es un malentendido?, que tal que por lo que enviaste cuando apenas te trajeron aquí, por el
Más tarde ese día.Ella habla por teléfono.—Maldito horrible, aún está enamorado de esa mujer, tengo que matarla, ella no puede estar viva, solo está arruinando mis planes, debo acabarla. — Su ira se ha desbordado, tiembla ante el teléfono.—Cálmate Sheyli, ¿qué te pasa?—Los planes están saliendo muy mal, como voy a dejar en la quiebra al horripilante de Edward Fuller si no está loco por mí, no está enamorado. — Le habla con rabia.—Ese era tu trabajo Sheyli, solo tenías que hacer que se enamore de ti, nada más eso, ¿qué paso? — Pregunta con voz profunda y misteriosa.—No lo sé, he hecho de todo para que piense que lo amo y que estoy loca por él, he sido dulce y comprensiva hasta el punto de darme asco a mí misma y nada ha funcionado, él nunca va a soltar a esa mujer, debemos eliminarla pronto. — Furiosa.No quiero que aparezca por aquí, necesito acabarla ya mismo.—Sí, tienes razón, pero me extraña que no hayas podido realizar el trabajo que se te dio, se supone que iba a ser muy f
—Entonces hijo dime, ¿te casarás con Sheyli? — Pregunta confiada.Él se queda en silencio por unos minutos mirando por la ventana pensativo gira y mira a Betty con seriedad en sus ojos.—No mamá. — Le responde crudamente.—Pero porque hijo, ella te ama. — Se inquieta.—No, no voy a volver a cometer el mismo error dos veces, no me voy a casar con una mujer que no amo, eso no saldrá bien y lo sabes. — Ruge él.—Pero hijo, ella está enferma y te adora, se ve que es sincera, seguro te quiere más de lo que crees. — Intenta convencerlo.—Por favor madre entiende, no voy a casarme con ella, yo hago lo que sea por ti, pero no voy a cometer ese error dos veces, eso no, no voy a volver a arruinar mi vida por una mujer que no consideró como para tener esa responsabilidad tan grande de casarme y verla todos los días. — Sentencia el decidido.—Hijo yo sé que las cosas no salieron bien con Helena, pero sé que está vez es diferente, hable con ella y de verdad está más que enamorada de ti.Dale una o
—Es Leonor. — Le dice suavemente.—¿Qué pasa con ella?, ¿al fin murió? — Pregunta con una sonrisita sin dientes.—No, no digas esas cosas tan horribles, es tu hermana. — Le dice desconcertada.—Entonces dime, deja el misterio mamá. — Responde de forma desinteresada.—Ella acaba de llegar, está en el comedor esperando por las dos.—¿Y por qué vino?, ¿Qué quiere? — Pregunta molesta.—Dice que quiere hablar contigo y conmigo, bueno vamos, no dejemos que siga esperando. — Le dice conmovida.—Está bien, me intriga saber por qué regreso, seguro no tiene adónde vivir y quiere venir a meterse acá, por cierto ella no tienen cabida aquí mamá, ni por error vamos a dejar que se quede. — Niega con su cabeza.—Pero hija, es tu hermana. — Se entristece.—Mejor vamos a ver qué quiere, espero se vaya pronto. — Hace gestos de desagrado.Bajan las escaleras y Leonor las espera de pie a lado del comedor.—Hola Helena, te extrañé hermana. — Ella se estira a abrazarla, pero no es correspondida.—No puedo d