—Si Edward, soy yo. — Responde Leonor temblorosa.—Estoy realmente impactado de verte, además no entiendo qué haces aquí en mi oficina. — El corazón de Edward va a mil por hora, ella le ha dado una tremenda sorpresa con su presencia.—Sé que resulta incómodo que yo esté aquí, pero tenía que venir, quiero saber la verdad sobre tus sentimientos. — Le dice temerosa de su respuesta.—¿Por qué mis sentimientos?, si tú fuiste la que se alejó de mi lado, la que me dejó por otro hombre, acaso lo olvidaste. — Reclama dolido.—Esa no es la verdad Edward. — Lo mira nerviosa.—Ahora me dirás que te obligaron a mentir. — Se queda pensativo.—Si, nunca me fui con nadie, me llevaron a la fuerza, intentaron matarme. — Le habla ella con clara ansiedad y la cara de él cambia abruptamente.—No te creo nada, te mirabas muy convencida de estar enamorada de ese hombre con el que te fuiste. — Él insiste.—Sé que es difícil de creer, pero te estoy diciendo la verdad, Nicholas sabe todo por lo que pase, es mi
Silencio incómodo.—Buenas noches, Betty. — Saluda Leonor dulcemente.—No comprendo que haces aquí, después de todo el daño que le has hecho a mi hijo, y tu Edward acaso estás mal de la cabeza, ¿por qué la has traído? — Ella aprieta los labios y niega.—Madre es una historia muy larga, debemos sentarnos y platicar. — Edward le habla pasivamente.—Esto es en serio hijo, platicar, no lo puede creer, después de todo lo que ha pasado solo te presentas aquí con esta mujer, es increíble, qué desfachatez. — Sentencia con malestar.—Sé que es difícil de entender, pero cuando nos escuches sabrás la verdad y comprenderás por qué estamos aquí. — Él intenta calmar la situación, sonríe levemente.—No quiero entender nada, adónde dejas a Sheyli en todo esto, ella si es una buena mujer, no como está, mejor no digo lo que pienso porque sonaría horrible. — Le responde con agresividad mirando de mala manera a Leonor.—Madre ya habíamos hablado sobre Sheyli, pensé que había quedado claro que no estoy in
—Hija cálmate un poco. — Betty consuela a la pobrecita Sheyli.—No puedo Betty, mira lo que acaba de suceder, esa mujer ha regresado y Edward ha caído derretido a sus pies como si nada, es injusto conmigo. — Zapatea fuerte y su rostro se sonroja de enojo.—Lo sé hija, pero si te exaltas así no vamos a lograr nada.Tenemos que ser más inteligentes que ella, mi hijo tiene que recapacitar y darse cuenta de que esa no es la mujer que el ama sino tú. — Se nota pensativa.—¿Y como haremos para que él cambie de opinión y la olvide? — Pregunta Arrugando el ceño.—No lo sé, pero debemos pensar en algo pronto, antes de que él decida casarse con ella. — Le dice con dureza en sus ojos. — Mi hijo me ha decepcionado.—No, eso no, él no puede casarse con aquella mujer.— Da un grito desesperado.—Ya Sheyli, no te alteres que eso no va a suceder, no dejaré que mi hijo cometa ese error tan grave de casarse con esa mujerzuela traidora. — Le habla endurecida.—Gracias Betty por apoyarme, no sabes el amor
Dos horas después en algún lugar del país.—¿Por qué tarda tanto?— Dice ella impaciente.—Debe estar escogiendo el anillo más bonito para ti, de verdad que ese hombre resulta verse muy enamorado. — Le dice pensativo.—Te lo dije cojoncio, Edward es bueno, es caballeroso, noble, es el hombre perfecto. — Le habla maravillada.—Tienes razón, pero no exageres, para verse perfecto debería ser guapo físicamente. — Le dice con seriedad.—Eso no es importante, es lo de menos, hay mucha gente linda superficialmente, pero por dentro son malos y eso no es lindo. — Se molesta.Prefiero mil veces a mi Edwuar.—Si tú lo dices, dicen que el amor es ciego y veo que sí. — Le habla seco tomando un sorbo de café.—Más que ciego, creo que se trata de descubrir que más ahí en el fondo de cada persona, el amor no es un simple físico, son sentimientos, respeto, amor, cariño, aunque lo dudes.— Le da una reflexión.—Te creo, tú eres muy linda Leonor, y tu corazón es más grande que toda está mansión, eres únic
Mansión Fuller.—Me ha colgado el teléfono, mi hijo me ha hecho una grosería, nunca en la vida había hecho tal cosa, esa mujer está haciendo lo que le da la gana con él. — Reclama con dolor.—Te lo dije Betty que no le digas nada, él no me quiere, además ella se está aprovechando de la bondad de Edward, no podemos hacer nada. — Expone Sheyli con enojo.—Todo por culpa de esa mujer, maldita la hora que regreso, desearía que desapareciera. — Se enfurece y tira el teléfono.—No lo digas en voz alta, a veces los deseos se hacen realidad. — Le dice reflexiva.—¿Tú crees?, espero que suceda entonces, no quiero ver a mi hijo perdido por esa mujer, eso no. — Confirma Betty.—Anhelo lo mismo que tu Betty, ojalá ella dejara de existir de un momento a otro y nos dejara en Paz, para yo poder ser feliz a lado de mi único amor, Edward. — Suspira.—Si hija, ella se ha encargado de arruinar todo lo que teníamos planeado, pero tú no te inquietes, haré que Edward entre en razón, él no va a hacer lo que
Horas más tarde.Mansión Fuller.—Betty tardaste varias horas, ¿cómo te fue con Nicholas? — Pregunta Sheyli poniendo un bocado de dulce de arándanos en su boca.—Sheyli, mi hijo me dijo todo lo que pasó con Leonor todo esté tiempo y realmente ellos tenían razón, tenía que haberlos escuchado. — Le dice pensativa.—¿Qué dices Betty?, ¿Qué ha pasado? — Suelta el plato del postre y se pone nerviosa.—Resulta que Leonor solo fue una víctima de todo esto, alguien se la llevó y quiso matarla, ella no es la mala de la historia como yo lo estaba pensando. — Agacha su cabeza.—Entonces a ti también te engañaron con esa falsa historia. — Risa nerviosa.—Nicholas me mostró pruebas de todo lo que ha pasado y es el quién se ha encargado de proteger a Leonor mientras está corriendo peligro.— Explica Betty aturdida.Es una pena, pobre chica.—¿Y qué piensas hacer ahora Betty?, ¿La recibirás aquí de nuevo?, ¿me echarás de aquí? — Pregunta inofensiva.—No lo sé hija, estoy tan confundida, no quiero qu
Al otro día.—Joven Nicholas, que bueno que está aquí, su madre se fue ayer en la noche con la señorita Sheily y no ha regresado, ya es medio día, me preocupa. — Le dice nerviosa.—¿Cómo es eso?, ¿y la llamaste? — Pregunta intranquilo.—Si, señor, pero su teléfono está apagado, no hemos podido comunicarnos con ella. — Habla con temor.Estoy muy angustiada.—Espera, llamaré a Sheyli, ella nos dirá adónde se encuentran. —Toma su teléfono.—Si señor.—El teléfono está apagado, es muy extraño todo esto, porque mi madre no nos avisó que se iba con ella. — Se agarra la cabeza y empieza a desesperarse.—Hermano dónde está mi mamá, no nos saludó como todas las mañanas. — Felipe indaga ansioso. —No lo sé hermanito, estoy tratando de averiguar adónde se fue y por qué no dijo adónde iba a estar. — Le dice desconcertado.—¿Cómo así?, no sabes adónde está mi madre. — Le pregunta intranquilo.—No Lorenzo, se fue desde anoche y no sabemos adónde, pero si sabemos con quién, solo no comprendo por qué
—¡¡Este no es mi hijo!!, es un bebé horrible, ¡Es imposible!, esto es una aberración que sobrepasa mis límites, ¿acaso me has engañado Betty?, es inverosímil que este adefesio sea sangre de mi sangre.— Repetía el señor Henry Fuller enojado e irritado, su cara pasaba de rosa a roja en un instante, y con razón ese bebé no se parecía en nada a él. —Pero es tuyo Henry, jamás te engañaría, por quien me tomas, toda la vida te he sido leal, jamás he mirado a otro hombre que no seas tú, ni con la esquinita de mi ojo.— Exclama la señora Betty de Fuller, triste y acongojada al escuchar las acusaciones de su esposo, ella solo agacha su cabeza y respira profundo, parece que quisiera explotar de desolación. —¡No!, no lo es.— Refunfuña gritando por toda la habitación, no puede evitar sentirse airado. Si este, no sé ni como llamarlo, si esto fuera mi hijo seria demasiado guapo, pero es el bebé más feo que mis ojos han mirado, es que la palabra feo le queda corta, es monstruoso, no quiero verlo, ¡¡