En un feo y frío lugar.—¿Adónde estoy?, Sheyli, Sheyli hija, ¿Estás aquí?, ¿estás bien?, ¿porque tengo vendados los ojos?, lo último que recuerdo fue el té que tomamos y me quedé profundamente dormida. — Somnolienta y confundida habla Betty entre dientes.—Cállate vieja infeliz, debo informarte que está secuestrada, pero no te preocupes, ya tus hijos están enterados y están recogiendo el dinero para tu rescate. — Una voz gruesa y ronca como de un viejo responde agresivamente.—¡Que!!, ¿y adónde está Sheily?, ¿qué hicieron con ella, malditos? — Intenta zafarse de las sogas que la atan.—Ja, ja, ja, ja. — Se carcajea.—¿De qué te burlas infeliz?, espero no le hayan hecho nada, es una mujer indefensa. — Respira fuerte.—Aquí estoy Betty, te ves muy mal así toda amarrada y vendada, hasta lástima me das, le quita la venda de los ojos. — Se sonríe con maldad.—¿Por qué me hablas así Sheyli?, ¿qué está sucediendo? — Confundida y asustada pregunta.—Betty, Betty, adorable anciana, ¿nunca te
En algún lugar del país.Al otro día.—Mi madre se encuentra muy mal, ¿Qué haremos?, le acabamos de dar un calmante, la perdida de la niña la está acabando. — Suspira con tristeza.—Lo sé Leonor, todo está muy mal y ahora que a mi madre también se la llevaron, esperemos a Edward para ver qué podemos hacer por la niña.Por mi madre no hay que preocuparse, yo la sacaré de dónde la tengan. — Dice seguro.—Espera, está entrando una llamada a mi teléfono, es un número que no conozco. — Se inquieta.—Responde, a lo mejor son noticias de la niña.—Sí, hola. — Contesta nerviosa.—Leonor, soy yo Helena, te llamo de mi nuevo número, tuve que cambiarlo porque un loco desquiciado me llamo para pedirme rescate por la mocosa. — Le dice aburrida.—Tu hija, Helena, no seas así. — Voltea sus ojos.—Ya cállate y escucha, mira yo no voy a pagar nada para que me la devuelvan, para mí está mejor lejos, o donde sea que la tengan, te aviso porque mi madre debe estar sufriendo por la mocosa y si deciden paga
Esa noche.—Ya tenemos a su madre y a la señorita a salvo Nicholas, los dos hombres que estaban cuidándolas están sobre el suelo lamiendo la mugre. — Le anuncia por el teléfono.—Gracias Roy, ya vamos para allá, estamos entrando a la cabaña. — Nicholas camina junto a Edward.—¡¡¡No dejen que se vaya!!!, ¡¡¡ella hace parte de la banda!!! — Betty grita angustiada.—¿Qué dice mi madre? — Pregunta inquieto.—No lo sé, espera Edward.—Vamos pronto Nicholas, mi madre está gritando desesperada, algo está sucediendo.— Ellos corren hacia dentro de la cabaña.—No perdamos el tiempo entonces.Cuando ellos entran ya es demasiado tarde, la maldita Sheyli ha escapado con su cómplice sansón.Nunca imaginaron que ella era la que había perpetuado todo.—Hijo Sheyli era la que me tenía secuestrada, tenías razón es mala, además de que está desquiciada. — Le habla agitada, a punto de quedarse sin respiración.—Madre no te preocupes, calma, lo importante es que tú estés bien y a salvo.—¿Te hicieron daño
—¿Dime quien tiene a la niña? — Pregunta Edward pensativo.—Un tal Russell, ya lo tenemos rodeado, en cuanto cuelgue la llamada entraremos por la niña.—Russell, lo sospechaba. — No le sorprende.—¿Lo conoces Edward?— Pregunta a la expectativa —Claro que si, un maldito infeliz muerto de hambre capaz de robar a su propia hija y pedir rescate. — Le dice enfurecido.—Es su padre.—Exactamente. — Confirma moviendo su cabeza en negación.—Increíble y que quieres que hagamos con él cuánto lo tengamos en nuestro poder. —Haz el trabajo, hablaré con mis hermanos y te llamo en cuanto tenga la respuesta.—Como digas Edward, hasta pronto. — Cuelga el teléfono.—¿Qué pasa hermano? —Ya dieron con el paradero de la niña, y lo más insólito es quien se la llevó. — Responde con la mano en su barbilla.—¿Quién Edward?, ¿algún conocido?—Sí, Russell, el padre de la niña. —Maldito infeliz, porque haría algo así. — Se enoja.—Porque es un pobre muerto de hambre que siempre ha buscado el dinero fácil, y
Gritos de desconsuelo se escuchan en la habitación en la que se encuentra Kristel.Edward corre apresurado a ver qué sucede, el desespero en los gritos de Leonor son tan fuertes que asustan a cualquiera.Y es realmente lamentable lo que acaba de ver, su madre tirada en el piso boca arriba, pálida y tiesa, es como de horror, pobre Leonor, nunca su vida está completa, las tragedias la acompañan siempre.Edward entra a la habitación y la escena las dibuja a ellas, Leonor tirada en el piso a un lado de su madre, moviéndola, intentando que le hable y respire otra vez, pero eso no va a suceder porque ella ya lleva más de cinco horas muerta, el desespero la invaden, el dolor ha penetrado su alma.Mientras dormía, la despertó un dolor en el pecho y ella se levantó, en cuanto lo hizo se desplomó, cayó al piso y su corazón dejo de latir, fue una muerte repentina y sin mucho dolor, ella sufrió poco.Edward se acerca a Leonor e intenta consolar a su amada, pero no hay nada que pueda hacer para qu
—Soy Helena, la hermana de Leonor, ¡¡déjenme pasar idiotas!!. — Se adentra con fuerza.—Señora entienda, nadie puede pasar sin la debida autorización de la señora Leonor. — Él la empuja ligeramente hacia la salida.—¡¡Para tí, señorita!!, ¡¡ningún señora!!, ¡¡me respetas!!, ¡¡no somos iguales!!, tú solo eres un empleadito, ¡¡ahora llámala y dile que estoy aquí!!. — Le levanta la voz.—Un momento señorita. — Le dice con seriedad y enojo.—No comprendo para que tanta seguridad, ni porque fueran de la realeza. — Se burla.—Su hermana dice que pase.—Ok.—Leonor, hermana qué gusto verte, no entiendo por qué tanta agresividad en la seguridad de la Villa, ¿que sucede?. — Le dice acercándose abrazarla y Leonor se retira hacia atrás.—Helena, que descaro, no fuiste capaz de venir al funeral y la cremación de nuestra madre, y ahora llegas como si nada hubiera pasado. — Le habla enojada.—Ah es eso, realmente quería venir, pero se me atravesó un problema y debí solucionarlo, lo siento, sé que m
—Buenas noches, lamento interrumpir su amena conversación, pero tenía que venir a saludarte Edward y a disculparme contigo por los inconvenientes del pasado. — Ella interrumpe de forma nada delicada.Sé que una disculpa no arreglara nada, pero al menos te darás cuenta que soy sincera. — Se sonríe con suavidad.—Responde algo amor, Helena se está disculpando. — A Leonor se le enciende su rostro.Edward se ha quedado en silencio ante la presencia de Helena, no sabe qué decir por qué él no confía en ella, y con razón, pero no quiere que Leonor se sienta mal por su hermana.—De verdad lo lamento Edward, siento todo lo mala que fui con ustedes y tu familia, por eso estoy aquí, la muerte de mi madre me ha hecho reflexionar y sé que Leonor es lo único que me queda. — Le dice apacible.—¿Y tu hija, Helena?, no la olvides, supongo que con todo esté cambio te la vas a llevar contigo no, ¿o me equivoco? — Se muestra tenso.—Helena y yo ya hablamos sobre ese tema, amor ella me ha dado razones par
Ya en la iglesia.—¿Por qué Edward está tardando tanto?, ya debería estar aquí, Leonor no ha podido salir de la mansión porque él no está esperándola en el altar. — Mira la hora angustiada en la pantalla del teléfono.—¿Ya lo llamaste mamá?, a lo mejor está en el tráfico, espera, lo llamaré yo mismo, no comprendo cuál puede ser el contratiempo. — Nicholas se altera.—Por favor, hijo, llámalo, iré a buscar al padre para que espere y nos tenga un poco de paciencia. — Betty entra a la iglesia con prisa.—Sí, madre, no te turbes.Nicholas marca en repetidas ocasiones e intenta contactar con Edward, pero es imposible, el teléfono solo timbra y él no responde.Él empieza a preocuparse y le dice a los muchachos que vayan al hotel y revisen las cámaras de seguridad.Media hora después, Edward llega a iglesia.—Hijo, nos tenías muy asustados a todos, ¿que paso?, ¿por qué estás llegando a esta hora?—Madre lo siento, me retrasé un poco, tuve un inconveniente con una mujer, fue todo muy extraño,