- ¿Qué pasa Ethan? –- Tío ¿sabes algo de Deanna? –- ¿Qué quieres decir? –- Parece que discutieron con papá el domingo, cuando regresamos se había ido… Ya pasaron 4 días y no vuelve. Naomi la llamó, pero Deanna solo le dice que está cuidando a su abuela y que cuando mejore volverá –- No sabía que la abuela de Deanna estuviera enferma –- No lo está, tío. No quiere volver por culpa de papá –- Ya veo… Intentaré llamarla y te avisaré –- Gracias –¿Lo dejó? Él sabía que era cuestión de tiempo hasta que Daniel la espantara con su carácter. No iba a llamarla para insistirle que regresara con su hermano, claro que no lo haría. Si conocía a Daniel lo suficiente, estaba seguro que no iría tras ella. Su orgullo herido no se lo permitiría. Tal vez, al fin, lo que le dijo aquella vez ser haría realidad: “Te dejará sin nada”.La siguiente en notar que algo sucedía con Daniel, fue Beverly. Llevaba días con su antiguo rostro parco y sombrío. Camila no había tardado nada en contarle a su amiga A
- Sra. Crusher… Deanna ¿Sucedió algo? ¿Por qué no está viniendo al teatro? –- Lo lamento, Profesor Marcus, he tenido algunos problemas personales… Olvide avisarle, lo siento –- ¡Oh! No se preocupe por eso. Me tomé el atrevimiento de llamarla porque extrañamos su compañía y su voz aquí… No indagaré en sus asuntos, Deanna, pero sería una verdadera lástima que nos abandone –- No es mi intención Profesor… -- ¡Magnifico! Por favor venga pronto, me gustaría presentarle a parte del elenco estable y a los músicos de la orquesta –- Eso sería maravilloso. Estaré allí mañana ¿Le parece? –- ¡Perfecto! La espero –Ya había pasado una semana desde la última vez que estuvo en el Ambassador. Philippa le insistió en que no perdiera la oportunidad por culpa de lo que había pasado con Daniel, era una gran ventaja contar con una tutoría de Marcus.- ¿Qué te dijo? –- Viene mañana, Leonard. Deja de respirarme en la nuca ¿quieres? –- Creí que ese estúpido de Crusher me había arruinado todo –- Dijo
Harry se contenía lo mejor que podía, su madre no sabía la verdad. No sabía todo lo que Deanna hizo por ellos y por su hija. Hasta que no pudo más.- ¡Ya basta, mamá! ¡No conoces a Deanna ni un poco! ¿Cómo puedes referirte a ella de esa manera? ¡No tienes ni idea! –- ¡No me hables de esa manera, jovencito! Todos están diciendo cómo la Sra. Crusher se la pasa metida en el Ambassador con Leonard detrás de su falda. Hasta le prohibió la entrada a Alice al teatro, no sea cosa que los interrumpa-- Camila, estás hablando de mi nuera… Mídete –- ¿Qué nuera, Charles? Dejó a tu hijo, se fue y ahora juega a la estrella con Reed ¿cómo es que nadie se da cuenta? –Beverly permanecía callada, no diría ni una palabra al respecto; al igual que Laura, se mantenían al margen.- Eso no es cierto, mamá, deja de creer en los chismes –- Es hora de que tu hermano hable con un abogado, Susan… Beverly, querida ¿tú no podrías ayudarlo con eso? –- Discúlpame, Camila, pero no puedo intervenir en ese asunto
Daniel al tomó de la cintura y ella comenzó a moverse muy despacio sobre él, buscando excitarlo. Deanna también lo había hecho.Sus dedos se perdieron entre las hebras de su cabello y su boca le susurraba al oído. Como Deanna solía hacer.Suspiró profundo y lo tomó con más fuerza cuando sintió que sus movimientos sobre él empezaban a afectarlo. Deanna vocalizaba sin vergüenza su deseo.Su beso, su boca, la suavidad, la insistencia, la punta de la lengua buscando acceso a su boca. Deanna solo la invadía, sin pedir permiso.Algo se despertó de golpe dentro de él, la tomó de los muslos y la sentó sobre el escritorio. Así, como lo había hecho con ella. Las piernas envolviéndole la cintura, apurándolo a acercarse; la espalda arqueada, el trozo de piel descubierta que pedía, exigía, por su boca.El cuello expuesto y el calor emanando del cuerpo. Se fue sobre ese pedazo de piel para probarla y se detuvo con los labios sobre ella. No era su sabor, no era el sabor de Deanna ¿Qué estaba haciend
Daniel estaba en su oficina, tal como Susan había predicho, recostado sobre su silla con los ojos cerrados preparándose para otra noche de autocastigo. Lo que casi ocurrió con Beverly lo torturaba; las emociones lo habían traicionado pensándola, tratando de recordar las sensaciones que le provocaba Deanna. Y ahora tenía otro desastre en sus manos: tratar de reparar su error.Sabía que ella siempre estuvo esperando que le diera alguna clase de señal o que cediera a sus intenciones, pero nunca la vio de esa manera. Sin importar cuanto se mostraba en su presencia o si mantenía un perfil bajo, nunca sintió atracción por Beverly. Si no hubiese reaccionado a tiempo ahora estaría arrepintiéndose.Alguien tocó a su puerta, pero ni siquiera respondió. Oyó la puerta abrirse y abrió los ojos, listo para echar a quien fuera y entonces la vio. Deanna. Se incorporó en su silla conteniendo el aliento, no vaya a ser que fuera otra ilusión más.- ¿Puedo pasar? – No era una ilusión, era ella.-Deanna… -
Beverly estaba sentada detrás de su escritorio cuando uno de los miembros del cuerpo legal se asomó por su puerta.-Hoy tampoco vino – Le informó.Daniel llevaba dos días sin aparecer. El muy cobarde se estaba escondiendo luego de lo que casi hicieron ese día. Estaba por perder la paciencia cuando recibió un llamado.-Regresó a la casa, volvió con él. No fuiste lo suficientemente rápida, Beverly. Ahora lo tendrás más difícil que antes – Entonces, tomó una decisión. Ella sola no podría separarlos y estaban todos demasiados tranquilos para su gusto. Golpeó en la oficina de Harry.- Pasa, Beverly –- Lamento molestarte, Harry. Pero tengo varios pendientes que sacar y Daniel hace dos días que no aparece, ¿podrías firmarme algunos documentos? –- Claro ¿Qué son? –- Algunas cuestiones legales menores, pero si no tengo la firma de uno de los dueños no puedo proceder. No sé qué ocurre con Daniel que de repente se toma “vacaciones” –- Debe estar lamiéndose las heridas desde que Deanna se fu
Por la mañana lo encontró en su oficina, al fin. Su rostro estaba inexpresivo, sabía que había cometido un error, pero no como repararlo. De todas formas, tenía que dar la cara.- Daniel, tengo que hablar contigo –- Si, Beverly, siéntate –- Sobre lo que nos ocurrió el otro día… -- Lo lamento mucho, fue un lapso de juicio. Espero que puedas olvidarlo y podamos continuar trabajando juntos –¿Olvidarlo?- Me niego a hacerlo –- Beverly… -- No, no lo olvidaré Daniel. Debes saber cómo todo el mundo que he estado interesada en ti desde hace muchísimo tiempo, no voy a dejarlo pasar luego de haber esperado tanto –- Estoy casado ahora y no quiero ser grosero, pero… -- Entonces no lo seas. Olvidaste que estabas casado esa noche… ¿Le dijiste lo que pasó? No ¿verdad? –- No… -- No te preocupes, yo tampoco voy a hacerlo. No es como gano mis batallas, pero quiero que te quede en claro que no voy a rendirme… Tu matrimonio no funcionará y ahí estaré, otra vez, para recibirte cuando ella vuelva
Daniel entró a la casa de sus padres cansado, el día había sido difícil en la compañía. Su padre estaba, como siempre, disfrutando de una copa antes de la cena.- Papá –- Hola hijo –- ¿Y mamá? –- Está en la biblioteca, creo… ¿Qué hiciste? –- Nada… ¿Qué le pasa? –- No sé… pero algo hiciste porque está insoportable… Ve a verla ¿quieres? –Increíble que aún tuviera que correr a su casa cada vez que ella lo llamaba. Él solo quería volver con su familia después de una jornada agotadora.- Que bueno que viniste, pasa y siéntate –- Dime que sucede –- Quiero que te divorcies de una vez y envíes a esa mujer lejos –- ¡Dios! No empieces de nuevo, mamá… - Le dijo fastidiado.- Ya sé porque Harry se comporta como lo hace y también que tu estas al tanto… Dime, Daniel ¿cómo puedes elegirla por sobre tu propia familia? –Se sorprendió con esa declaración, pero no tenía sentido fingir.- No la elegí por sobre nadie, simplemente no voy renunciar a ella. Comencé una nueva familia ahora y, lo lame