Ep(138)

- ¡¿A dónde lo llevaron?! - Le preguntó mientras se levantaba de la cama a toda velocidad.

- Al Hospital Hudson, espérame… - Respondió Leonard.

Pero Deanna no lo esperó; salió corriendo, en pantuflas, tomando el sobretodo que Daniel había dejado en una silla y las llaves del auto.

- ¡Deanna! ¡Nena! -

No lo oía, el teléfono quedó dentro de uno de los bolsillos; pero Leonard si pudo escuchar como el motor del coche se encendía.

- ¡Carajo! -

Salió a una avenida para tomar un taxi. Él estaba más cerca, llegaría primero. Más le valía no morirse ¡Desgraciado! Dos segundos más y se hubiese podido sacar todas esas ganas acumuladas que tenía de darle una paliza. Y para colmo Deanna había salido desesperada, disparada, no le dio tiempo a explicarle nada. “¡Cómo si se lo mereciera el muy infeliz! ¡No se merece nada de ella!”, dijo en voz alta, el conductor solo lo observó por el espejo.

Deanna conducía apurada ¿Qué había sucedido? ¡Dios! ¡Por favor que esté bien! Terminó por cruzarse dos
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