Hola a todos! ¿Qué creen que quiera James? Los leo! Bso Kika
Frente a mí está parado un hombre de cabello oscuro que luce cansado, con un jean y una camiseta, que da la impresión de que vino corriendo como si de repente se hubiese enterado de algo. Jamás lo he visto, no creo que viva aquí y mi sorpresa sin duda es aún mayor cuando él se dirige a Lisa, en un tono bastante irrespetuoso y despectivo. Está bien, no es que yo sea el señor simpatía... pero pararse en un edificio respetable, a gritarle a una mujer, que está en brazos de otro hombre... me parece el colmo de la falta de respeto. Lisa se pone inmediatamente nerviosa y yo la bajo de mis brazos, pero igual la sujeto por la cintura para que no apoye completamente el pie que tiene herido, aún no puedo creer que ella se haya maltratado así, simplemente por un estúpido zapato, que yo le compré ni más ni menos. Las cosas de mujeres son ridículas. —James... ¿Qué haces aquí?— pregunta a ella y puedo su notar que su voz tiembla. ¿James? ¿El exnovio? Mejor dicho ex prometido. El hombre que s
— Si lo sé Mara... sé que me habías dicho que tenía que solucionar las cosas con él antes de todo esto, pero... si te soy sincera, lo estaba evitando— le decía mientras íbamos en auto a mi casa ¡A mi casa! Donde él no debería estar, ¡se supone que habíamos terminado! Él había seguido con su vida y bastante rápido, ¿con qué derecho venía a criticarme y a juzgarme? —Pues sea, lo que sea, James no tenía ningún derecho de ir al departamento de Oliver a decir todas esas cosas. No es que me caiga superbién tampoco al doctor... si si reconozco que tu esposo falso es superatractivo y su amigo escocés no está nada mal. Pero no, no me convence. Aunque por lo que me dices te defendió bastante bien— —Porque a ninguno nos conviene que aparezca un hombre clamando que yo tengo una relación con él, porque James... sigue diciendo eso, que de alguna manera lo que nosotros tenemos simplemente "cambió"... ¿Puedes creerlo?— pregunto indignada. Esa noche prácticamente no pude dormir, parecía que desde
— Jamás pensé encontrarte por aquí. Cuando me dijeron que estabas en este hospital pequeño, realmente no lo podía creer... pero mucho menos cuando me enteré de que al parecer te habías casado— escucho decir a una voz que conozco muy bien. Acabo de salir de una cirugía e iba a tener una reunión con el director del hospital cuando él me aborda. — ¿Qué haces aquí, papá?— le pregunto casi sin voltearme. — ¿Así es como saludas a tu padre después de tanto tiempo?— pregunta él y yo suspiro girándome y enfrentándome a mi realidad ¿Ven por qué no quería decirle nada a mi familia, especialmente a él? Los mantengo alejados de mis decisiones, pero mucho más con todo lo que ha pasado últimamente. — Por lo que veo, tenía razón en el primero de los rumores, si estás trabajando aquí, desperdiciando tus talentos. Ahora, espero que me digas que es falso el segundo— señala viendo mis manos. No hay anillo por el momento, un pequeño detalle que nos ha faltado. Me estoy volviendo cada vez más flo
Y así, sin más, sin proponérmelo, había salido mi historial médico frente a todos. Muchos del hospital Brown sabían sobre mi enfermedad. Pero supongo que para los Pascal, y otros invitados que me escucharon, debe haber sido algo así como un shock. Ya notaba en ellos esa mirada de compasión y de lástima, no me agradaba, pero ya estaba acostumbrado a ello. Hans Wagner se había quedado callado como por arte de magia y Oliver había bajado la mirada. En estos casos incómodos siempre aparecía alguien que intentaba cambiar el ambiente y hacerlo otra vez feliz. Estábamos en una gala después de todo, una simple fiesta pero con trajes elegantes. — Creo que los que puedan deberían tomar a su pareja y dedicarnos a bailar ¿No les parece? Hay que aprovechar el momento— decía Emilia Pascal mirándonos sin duda a Oliver y a mí. Él tardó un par de segundos en captar que definitivamente él tenía una pareja, me tendió la mano casi por deber y yo me fui con él a la pista de baile. Se sentía extraño
Ahora que lo pensaba sin duda debíamos haber pensado en esto antes. Tarde o temprano iba a ocurrir. Por lo menos por ahora parecía que todo estaba en orden, realmente la llegada de mi padre había sido una catástrofe. Cuando le vi salir del baño mirándome perpleja, como tratando de entender la situación, me encontré casi balbuceando como un estúpido. No precisamente porque tenía que explicarle, a una mujer con la que tenía un contrato, que teníamos que compartir un mismo lugar de dormir... sino porque no podía dejar de verla. No entendía a veces porque ella llamaba mi atención, sin duda había conocido mujeres hermosas de todo tipo, muchas de las cuales habían intentado acercarse a mí de cualquier manera, ya fuer apor mi titulo o mi fama. Pero Lisa se paraba frente a mi, para dormir una simple camiseta extra grande, que a simple vista no le favorecían lo absoluto. Y sin embargo, se les deslizaba de un hombro suavemente, se levantaba por sus piernas cuando se movía, y me tenía hipnoti
La entrevista de la agencia de adopción me emocionaba tanto como me preocupaba. Sentía que era el momento que tanto había estado esperando y sin embargo, no me sentía preparada. —Mi linda amiga... literalmente hubo varias agencias encantadas con ustedes. Debo reconocer que el hecho de que él fuera un médico renombrado ha sumado puntos como loco. Así que si, el rubiote Oliver, ha sido una decisión acertada... sí sí hasta yo puedo reconocer que me equivoqué. Tu loca decisión parecía no ser tan loca después de todo— me decía Mara y me daba esperanzas. —Lo que me dices me llena el alma, Mara ¡No sabes lo que tuve que soportar estos días! Literalmente ha sido uno peor que el otro. Mi susodicho suegro no podía estar más decepcionado de encontrar a su hijo casado conmigo. Parecía considerarme una categoría inferior, como si no fuera una persona— le digo triste. —Ese viejo... — decía ella furiosa. —¡Mara!— le decía yo reclamándole. —¿Qué? Una persona que no es respetuosa no merece rec
—Demonios, el matrimonio de ustedes es bien entretenido, ¡Uno nunca se aburre!— decía Eliot, ante la mirada atónita de nosotros. Yo había llegado extremadamente nerviosa a mostrarme el email a Oliver y él automáticamente había llamado a su abogado y yo a la mía. Estábamos en la oficina de Mara pensando qué demonios hacer. —¿Tu vida es aburrida mi querido colega?— preguntaba Mara con una mirada coqueta. —Supongo que habría… formas de hacerla muchísimo más entretenida, lo reconozco...— contestaba él y ambos sonreían. Y así había sido la interacción desde que se habían conocido, era francamente ridículo. —¡Mara y Eliot!— les decía yo con autoridad y firmeza— ¡Por favor! Necesitamos soluciones— —Tienes razón amiga... debo decir que realmente es algo muy grave— —Perdóname Lisa— decía Eliot con seriedad— Debo decir que lamentablemente mi primera opción sería que podría tratarse de Hans Wagner— —Créanme que lo pensé, pero mi padre sería más directo. Mejor dicho, ya me ha comunicad
—Lisa Marie... por fin te encuentro— decía él a mí espaldas y cuando volteé, casi no podía creerlo. Les juro que si en algún momento me había arrepentido de este matrimonio en este preciso momento lo agradecí infinitamente. Si alguna vez Oliver se vio lo más parecido al sol, a un modelo de alta costura, o a un rey, es en este preciso instante. Su voz gruesa, su acento que sonaba frío y rudo, su porte alto y casi majestuoso... dominaban la pobre entrada del salón de eventos en donde ocurría esta pequeña celebración. La cara de Marena y de Perla eran como sacadas de una caricatura, veían a ese hombre grande, excelentemente vestido con un pantalón azul marino y una camisa celeste, como si fuese una aparición. Yo fielmente creía que así era. Claro que dudo que él se vea mal con alguna cosa, si se disfrazara de dinosaurio, se vería igual de atractivo. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Contra todo pronóstico había aparecido aquí aún cuando yo había dicho que no era necesario. No