Ella se quedó sin palabras, no tenía idea de que demonios estaban pensando todos. Héctor tampoco había hablado o dicho nada y Liliana estaba completamente fuera de discusión.Ella jamás podría estar de acuerdo en algo tan estúpido.¡Era impensable!Con los dientes apretados, respondió de manera decisiva.—Incluso si el estúpido de Héctor está a favor de esto, me encargare de...¡PAS!—Señora, tenemos que hablar.Interrumpió Dandelion a mitad de su discurso. Ella rechinó los dientes nuevamente y él le explico lo que Héctor le había ordenado decirle en caso de que precisamente eso sucediera.Ella colgó el teléfono a media frase de Ernest y escucho atentamente.—Bueno señora, tal parece que el señor Héctor regresó, según él. Aún no sabe el mismo explicarlo, pero me dio prácticamente toda la información que pudo para probarlo.Suspiro profundamente y se estremeció visiblemente al recordarlo.—Fue tétrico para resumir, pero estoy completamente seguro de que lo que estoy por decirle es verd
Tres días después...Con un dolor terrible en todo el cuerpo, Ethan se levantó y vio a Héctor que estaba junto a él completamente dormido. Una ira ardiente se apoderó de él y rechino los dientes furioso. Casi estaba por volverse loco del dolor físico y la rabia.Estaba comenzando a perder la paciencia, todos esos años de sufrimiento y terribles vivencias con esos locos, estaban por acabar con la poca cordura que le quedaba. Pero de no ser por el verdadero amor que lo movía y la terrible culpa que lo carcomía, no podría siquiera seguir viviendo. Por nada del mundo podía rendirse, su destinado lo esperaba, en algún lugar sin importar qué, debía seguir adelante. Aunque tal vez, si hacía lo que él quería...Por un momento y casi presintiendo el peligro, Héctor se despertó y frunció el ceño en cuanto lo vio y se vio a sí mismo. Era obvio que al llegar no tenía la más mínima intención de hacer algo más, pero por alguna razón se volvió loco.Miro a su alrededor, y en cuanto un aroma aún más
—¡Ah! ¡Ah! ¡Héctor!Su melodiosa y dulce voz parecía un afrodisíaco, que los volvía locos. Sólo hasta que el semen de Héctor se liberó dentro de ella, fue que su desesperante celo se controló.Todos se quedaron dormidos en la cama por lo que pareció una eternidad.Sin importar el tiempo, las quejas de Héctor, ni Liliana y mucho menos Oliver, le pidieron a Marcus que se fuera. Desde el día en que Marcus narró su parte de la historia, Oliver no tuvo el coraje de reclamar a Liliana como suya de nuevo.Obviamente tenía mucho que averiguar y asegurarse de que fuera alguien de fiar, pero hasta donde había visto, él era extremadamente dedicado y delicado con ella.—Esto será lo normal a partir de hoy sobrino. El celo de un omega solo es suprimido con el fluido o semen de un alfa, pero en el caso de ustedes, solo será suprimido con el de los tres, debido a que todos están entrelazados, y ella, es una omega dominante.En ese aspecto, es por ello que todos nuestros antepasados, insistían fervie
Pero al volver a verla cuando le llevo a las niñas, parecía un cadáver, sus ojos carecían de vida, seguía siendo hermosa, pero su dolor era tan grande que era devastador. Su pesar fue aún mayor, al sentir su mirada, que aun a pesar de verlas frente a ella, no lo podía creer. No pudo contener su miedo y odio hacia Oliver, por lo que de inmediato las dejo y salio de ahí, tenía miedo, miedo de volver a llevársela por la fuerza y obtener de nuevo su odio y desprecio. Eso no podía volver a suceder por nada del mundo, por lo que hizo hasta lo imposible por buscar al imbecil y deshacerse de él, con tal de que ya no siguiera atormentándola. Pero al llegar a su solitario departamento esa noche, todo se oscureció y no volvió a despertar...Solo un dolor agudo y momentáneo que impactó su cráneo fue lo único que pudo discernir después de despertar nuevamente. Al recordarlo nuevamente, un sudor frio lo invadió y el estremecimiento y ganas de vomitar fueron inevitables. Tuvo que salir de auto
—No te atrevas.Dijo Héctor al percibir sus intenciones. Se acercó y la tomó del brazo, sin esperar una respuesta o lo que sea, la arrastró de nuevo al restaurante en el que se encontraba el pianista. Ya sentados en la mesa, Héctor la miro fijamente un tiempo. —Tú también volviste ¿Verdad? Bianca, algo incomoda, desvió la mirada. —Aaalgo, así... Héctor frunció el ceño y entrecerró los ojos. —¿Quién eres? Bianca literalmente se mordió la lengua debido a que estuvo a nada de hablar impulsivamente. Héctor sintió un frio hueco en el pecho y estómago mientras silenciosamente tragó. —No importa, no digas nada. Pide lo que quieras. Ella algo desconcertada, lo miro un momento, pero al notar su nerviosismo, su mirada completamente perdida y como temblaba el menú en su mano, decidió hacer lo que le pidió. «Creo que así es mejor, mientras menos personas deba “engañar”, será más tolerable para mí»Ambos comieron en silencio, mientras Héctor con un estado de ánimo caótico. La miraba de r
Marcus subió a su auto a Liliana, pero poco después en el asiento del copiloto Héctor se sentó. —Vamos a mi departamento. Marcus frunció el ceño y lo miro algo extrañado, pero al notar que ambos estaban ebrios y el cómo estaba Oliver, decidió hacer caso. Al llegar al departamento, se dio cuenta de que el olor de Liliana seguía ahí, aunque era un poco diferente a como era antes. Pero...—¿No se suponía que ustedes vivían en una casa?Héctor solo suspiro y entro a su habitación con Liliana. —Usa la habitación de allá, no molestes hoy. Un poco ofendido por ser utilizado, Marcus hizo un puchero, pero obedeció a regañadientes. Héctor acomodó a Liliana en la cama y se dispuso a ir a la ducha, pero justo cuando estaba por dirigirse a la puerta del baño ella se levantó. Debido a los días de exceso de trabajo, Bianca bebía hasta la madrugada y se bañaba para despertar por lo menos un poco limpia al día siguiente. Sin prestar atención a Héctor, comenzó a desnudarse mientras caminaba al
Ya era medio día cuando por fin se detuvieron. Después de asearse Marcus renuente tuvo que ir a trabajar. Y Héctor llamo a Barbara. —Estamos en mi departamento, más tarde iremos al laboratorio, necesito ponerme al tanto de varias cosas. *************Mientras tanto, en una pequeña casa en un lugar desconocido y desolado. Ethan estaba sentado en medio de un amplio patio. Los días desde que llego se volvieron eternos, nada de lo que creía “real” ya lo era, e incluso, los recuerdos que quería borrar desde hacía mucho tiempo, volvían a regresar como si fueran un sueño cruel. No era la mrimera vez, que se encontraba de la misma manera. —¿Qué estará haciendo Iris en estos momentos...?Con un gran suspiro y como si fuera un anciano, se quedó ahí viendo a la nada como ya tenía varios días haciéndolo. Su corazón en un instante, apuñalado por el recuerdo de una persona, la cuál estaba dispuesto ha hacer las peores cosas por volver a ver, casi sangro su pecho, al profundizar cada vez más en
Oliver después de tres días, se despertó en su cama. Se encontraba en un desastre y, debido a que no había tocado su comida y prohibió las entradas innecesarias, solo frunció el ceño cuando vio el desastre en la habitación. Los recuerdos terribles, el dolor y el remordimiento no lo dejaban en paz. No sabía por lo que Liliana había pasado realmente, pero si lo que Marcus había dicho era verdad, él era el menos indicado para para reclamar un lugar junto a ella. No podía acudir por consuelo a las drogas o el alcohol, su constitución de dominante era tan resistente, que incluso una cantidad casi mortal, era erradicada de su sistema rápidamente. —Soy patético. Con una sonrisa de auto lamentación, comenzó a vestirse para ir a la empresa. Las chicas que no habían podido ver a su hermoso jefe en mucho tiempo, casi soltaban jadeos cínicos de sorpresa al verlo. Era hermoso, de eso no había duda, sin embargo, su tés y rostro melancólico les arrugaba el corazón. Ernest se sorprendió al verlo