—¡Ah! ¡Ah! ¡Héctor!Su melodiosa y dulce voz parecía un afrodisíaco, que los volvía locos. Sólo hasta que el semen de Héctor se liberó dentro de ella, fue que su desesperante celo se controló.Todos se quedaron dormidos en la cama por lo que pareció una eternidad.Sin importar el tiempo, las quejas de Héctor, ni Liliana y mucho menos Oliver, le pidieron a Marcus que se fuera. Desde el día en que Marcus narró su parte de la historia, Oliver no tuvo el coraje de reclamar a Liliana como suya de nuevo.Obviamente tenía mucho que averiguar y asegurarse de que fuera alguien de fiar, pero hasta donde había visto, él era extremadamente dedicado y delicado con ella.—Esto será lo normal a partir de hoy sobrino. El celo de un omega solo es suprimido con el fluido o semen de un alfa, pero en el caso de ustedes, solo será suprimido con el de los tres, debido a que todos están entrelazados, y ella, es una omega dominante.En ese aspecto, es por ello que todos nuestros antepasados, insistían fervie
Pero al volver a verla cuando le llevo a las niñas, parecía un cadáver, sus ojos carecían de vida, seguía siendo hermosa, pero su dolor era tan grande que era devastador. Su pesar fue aún mayor, al sentir su mirada, que aun a pesar de verlas frente a ella, no lo podía creer. No pudo contener su miedo y odio hacia Oliver, por lo que de inmediato las dejo y salio de ahí, tenía miedo, miedo de volver a llevársela por la fuerza y obtener de nuevo su odio y desprecio. Eso no podía volver a suceder por nada del mundo, por lo que hizo hasta lo imposible por buscar al imbecil y deshacerse de él, con tal de que ya no siguiera atormentándola. Pero al llegar a su solitario departamento esa noche, todo se oscureció y no volvió a despertar...Solo un dolor agudo y momentáneo que impactó su cráneo fue lo único que pudo discernir después de despertar nuevamente. Al recordarlo nuevamente, un sudor frio lo invadió y el estremecimiento y ganas de vomitar fueron inevitables. Tuvo que salir de auto
—No te atrevas.Dijo Héctor al percibir sus intenciones. Se acercó y la tomó del brazo, sin esperar una respuesta o lo que sea, la arrastró de nuevo al restaurante en el que se encontraba el pianista. Ya sentados en la mesa, Héctor la miro fijamente un tiempo. —Tú también volviste ¿Verdad? Bianca, algo incomoda, desvió la mirada. —Aaalgo, así... Héctor frunció el ceño y entrecerró los ojos. —¿Quién eres? Bianca literalmente se mordió la lengua debido a que estuvo a nada de hablar impulsivamente. Héctor sintió un frio hueco en el pecho y estómago mientras silenciosamente tragó. —No importa, no digas nada. Pide lo que quieras. Ella algo desconcertada, lo miro un momento, pero al notar su nerviosismo, su mirada completamente perdida y como temblaba el menú en su mano, decidió hacer lo que le pidió. «Creo que así es mejor, mientras menos personas deba “engañar”, será más tolerable para mí»Ambos comieron en silencio, mientras Héctor con un estado de ánimo caótico. La miraba de r
Marcus subió a su auto a Liliana, pero poco después en el asiento del copiloto Héctor se sentó. —Vamos a mi departamento. Marcus frunció el ceño y lo miro algo extrañado, pero al notar que ambos estaban ebrios y el cómo estaba Oliver, decidió hacer caso. Al llegar al departamento, se dio cuenta de que el olor de Liliana seguía ahí, aunque era un poco diferente a como era antes. Pero...—¿No se suponía que ustedes vivían en una casa?Héctor solo suspiro y entro a su habitación con Liliana. —Usa la habitación de allá, no molestes hoy. Un poco ofendido por ser utilizado, Marcus hizo un puchero, pero obedeció a regañadientes. Héctor acomodó a Liliana en la cama y se dispuso a ir a la ducha, pero justo cuando estaba por dirigirse a la puerta del baño ella se levantó. Debido a los días de exceso de trabajo, Bianca bebía hasta la madrugada y se bañaba para despertar por lo menos un poco limpia al día siguiente. Sin prestar atención a Héctor, comenzó a desnudarse mientras caminaba al
Ya era medio día cuando por fin se detuvieron. Después de asearse Marcus renuente tuvo que ir a trabajar. Y Héctor llamo a Barbara. —Estamos en mi departamento, más tarde iremos al laboratorio, necesito ponerme al tanto de varias cosas. *************Mientras tanto, en una pequeña casa en un lugar desconocido y desolado. Ethan estaba sentado en medio de un amplio patio. Los días desde que llego se volvieron eternos, nada de lo que creía “real” ya lo era, e incluso, los recuerdos que quería borrar desde hacía mucho tiempo, volvían a regresar como si fueran un sueño cruel. No era la mrimera vez, que se encontraba de la misma manera. —¿Qué estará haciendo Iris en estos momentos...?Con un gran suspiro y como si fuera un anciano, se quedó ahí viendo a la nada como ya tenía varios días haciéndolo. Su corazón en un instante, apuñalado por el recuerdo de una persona, la cuál estaba dispuesto ha hacer las peores cosas por volver a ver, casi sangro su pecho, al profundizar cada vez más en
Oliver después de tres días, se despertó en su cama. Se encontraba en un desastre y, debido a que no había tocado su comida y prohibió las entradas innecesarias, solo frunció el ceño cuando vio el desastre en la habitación. Los recuerdos terribles, el dolor y el remordimiento no lo dejaban en paz. No sabía por lo que Liliana había pasado realmente, pero si lo que Marcus había dicho era verdad, él era el menos indicado para para reclamar un lugar junto a ella. No podía acudir por consuelo a las drogas o el alcohol, su constitución de dominante era tan resistente, que incluso una cantidad casi mortal, era erradicada de su sistema rápidamente. —Soy patético. Con una sonrisa de auto lamentación, comenzó a vestirse para ir a la empresa. Las chicas que no habían podido ver a su hermoso jefe en mucho tiempo, casi soltaban jadeos cínicos de sorpresa al verlo. Era hermoso, de eso no había duda, sin embargo, su tés y rostro melancólico les arrugaba el corazón. Ernest se sorprendió al verlo
Fue lavada, arreglada y llevada a una lujosa sala llena de personas, su suave y ligero vestido de seda, dejaba poco o casi nada a la imaginación. Su esbelto y hermoso cuerpo parecía una obra de arte, del cual varios, se lamieron los labios mientras la admiraban. Fue repugnante, pero no podía hacer nada para escapar de esas horribles miradas. Con miedo persistente y una inquietud aterradora, sus peores miedos se volvieron realidad esa noche...A cambio de mantener a los niños bajo el “cuidado” de los Barner, Barbara le ofreció al coleccionista a Liliana. No solo fue utilizada para engendrar varios niños más, sino que, dado que, por fortuna o desgracia para ella, todos los hijos que podía dar a luz, eran dominantes, se volvió cada vez más codiciada. Y la esperanza sobre los demás niños se volvió cada vez más grande. Desafortunadamente, desde que ella cayó en “custodia” jamás fue capaz de ver a alguno de sus hijos, en el momento en que nacían, eran entregados a sus padres, alias, comp
Aunque probablemente, no tenía la más mínima intención de cumplirlo, esperaba y rezaba con fervor, para que todo pudiera continuar con calma. Mientras pudiera alejar todos los peligros y su esposa pudiera vivir en paz, todo lo demás, salía...—Rajash —¿He?Preguntó Oliver tontamente.—Su nombre es Rajash Abadi, él es hermano mayor de mi padre, y mi tío. Oliver rechinó los dientes y lo miro como si fuera una escoria inmunda. Aunque ya lo esperaba, era obvio que no lo vería de esa manera y se quedaría sentado simplemente. Con algo de irritación a la que ya estaba acostumbrado, suspiró y se acercó al sofá. —Él y yo, no tenemos nada que ver, e incluso, de no ser porque somos familiares, ni siquiera sabríamos sobre la existencia del otro. Oliver frunció el ceño y esperó a que continuara.—Ufff, nunca creí que llegaría a decirle esto a alguien más que no fuera de mi circulo. Mi nombre completo es: Marcus Goldsmith Abadi. Oliver suspiró profundamente mientras apretaba los puños y escuch