—¿Entonces ella es una loca? –cuestiona Gabriel.
—Lo es. –afirmo sintiendo todavía ese repeluz.
—Pff, lo siento mucho amigo, no creí que fuese así.
—No te preocupes, no es nada. Aunque si me debes un traje nuevo.
—¿Estás loco? ¿Por qué?
—Porque por hacerte caso me atropelló una bicicleta.
—¿Es broma? ¿Una bicicleta te atropelló?
Asiento de mala gana.
—No me di cuenta y al cruzar la calle pues... me dio.
Gabriel ríe fuertemente y trato de mantenerme serio pero no puedo.
—Eres un idiota. –le acuso.
—No puedo creer que una bici chiquita te haya arruinado el traje.
—No era "una bici chiquita" era una bici de tamaño normal. Además me dejó adolorido.
—La edad amigo, qué le podemos hacer a eso.
Suspiro resignado.
—Nada Gabriel, sólo aceptarla.
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—Yo insisto en que eres una odiosa con él. Alexander te quiere de verdad Dafne. –me asegura Nelly.
—Yo concuerdo con Nelly, además no puedes negar que Alexander es un cuero Dafne, eres tonta de verdad.
—Pues si tanto les gusta se los regalo.
–respondo molesta.
Nelly y Aída no han hecho más que restregarme en la cara lo odiosa y tonta que soy por no hacerle caso a Alexander. Estoy harta de que ellas crean que es fácil está situación. Es tan fácil por que no saben en que términos inició todo esto.
—No entenderían nada aunque las cosas las golpearan en su cara. Entre Alexander y yo no puede haber nada. Me gusta, sí, es guapo, sí, pero no tiene lo que yo busco en una relación.
Ambas me miran como si hubiese dicho la locura jamás dicha en el mundo.
—¿Y qué buscas entonces, Dafne?
Pienso por un momento. ¿Qué busco en un hombre? En realidad ni yo lo sé. Quiero a alguien que me haga sentir segura, amada, pero sobre todo feliz. Alexander me hace sentir amada y sensual, pero no segura ni feliz. Con él es todo tan pasional pero nada más, me hace sentir mujer pero no es eso lo que quiero por siempre.
—No lo sé. –confieso sintiéndome extraña con mi respuesta.
—Eres rara Dafne, ¿cómo puede ser posible que no sepas qué buscas en un chico?
—Quizás lo descubra cuando lo encuentre, cuando lo vea a los ojos y me quede sin palabras, cuando su cercanía me robe el aliento y mi corazón quiera salirse de mi pecho.
»Cuando sienta esas mariposas en el estómago, y me olvide de la existencia del mundo, cuando no necesite decir nada para que sepa lo que quiero, entonces cuando eso suceda, sabré que lo encontré.
Nelly y Aída me miran perpleja ante mi reciente declaración. Suena a película romántica pero por el cielo que no merezco menos.
—Te hace daño leer tantas novelas de amor Dafne. Lo que tú buscas no existe, esos hombres que te roban el aliento y saben exactamente lo que quieres decir sin una sola palabra sólo existen en los libros. –asegura Nelly poniendo los ojos en blanco.
Aída se queda en silencio mirando a la nada.
—Así es Alexander... –susurra sin despegar la mirada de un punto perdido–, él sabe exactamente lo que quieres, y-y cuando te mira directo a los ojos es imposible no perderse en ellos y dejar de respirar.
Nelly y yo nos miramos seguramente pensando en lo mismo.
—¿Te gusta Alexander? –cuestionamos las dos.
Aída mueve los ojos hacia mí y puedo ver que hemos dado en el punto. A ella le gusta Alexander.
—Oh por la santa lechuga, ¡Te gusta!
–afirma Nelly
Yo sigo sin poder decir nada, Aída me mira detenidamente esperando mi reacción. Nelly habla y habla como perico, no pongo atención a ni una de sus palabras, Aída y yo no dejamos de vernos fijamente. ¿Cómo no pude darme cuenta de ello? El chasquido de los dedos de Nelly frente a mí me hace despegar la vista de Aída quién ahora mira sus dedos.
—¿Escuchaste algo de lo que te dije Marín?
—No, pero seguramente debió ser una estupidez. –respondo.
Nelly me mira con sorpresa.
—Bien... creo que es hora de irme.
Nelly toma sus cosas y sale de la casa, el silencio entre Aída y yo en muy incómodo, hay una tensión que es más que palpable, podría perfectamente cortarse con una navaja.
Repaso los últimos minutos y apenas puedo creerlo, Aída enamorada de Alexander.
—Lo lamento. –dice de pronto–. Yo no quería que lo supieras, no debí decir nada. Pero sólo salió y...
—¿Desde cuándo?-cuestiono.
—Pues... no lo sé yo...
—¿Desde cuándo sientes algo por él? –cuestiono con tono más fuerte de lo que pretendía–. ¿Cuándo ibas a decírmelo? ¿Cuándo por fin le hiciera caso? ¡Responde!
—Desde que lo conocimos me gustó mucho y con el tiempo y su constante compañía... pero luego tú y él. Entonces quise dejar de lado los sentimientos que se iban acrecentando pero entonces lo veía sonreír, mirarte como te mira, besarte como lo hace y eso me impidió hacerlo. En realidad lo siento Dafne.
Tomo mis cosas sin decir nada y me levanto del sofá. Estoy consciente de que ella debería ser quién se fuera de mi casa, pero simplemente no puedo seguir con ella aquí.
—¿Dafne?
—Cuando estés lista para irte cierra la puerta. –digo más enojada de lo que quería sonar.
Abro la puerta y salgo, camino rápidamente para tratar de alejarme de todo esto. ¿Por qué nunca me dijo nada? ¿Por qué nunca me di cuenta? ¿Por qué siento que esto me afecta tanto? ¿Por qué?
Camino, camino y camino por la calle sin rumbo fijo. ¿Cómo no pude darme cuenta? Ella nunca lo mencionó. ¿Por qué?Me detengo afuera del bar dónde Nelly y yo solemos venir a veces. No dudo en entrar, tal vez es lo que necesito para quitarme todo este estres que traigo encima.Al entrar noto que, como casi siempre los mismos hombres se encuentran aquí, con las mismas chicas, algunas demasiado jóvenes. Me pregunto, ¿cuántos de ellos estarán casados? No los juzgo, eso no va conmigo, solo pienso en que quizás en su casa hay una mujer que espera por ellos y ellos aquí, con alguien más.Me siento en uno de los bancos cerca de la barra y pido algo de beber, hoy no quiero alcohol. Necesito pensar.Saco mi celular y veo un mensaje de Aída, uno de mamá y otro de Alexander."No sé que pasa contigo, sabes lo que siento por ti. ¿Cómo es posible hacerte entender?"—¿Cómo l
Hablamos y reímos animadamente, Jared me cuenta más acerca de él y yo de mí, aunque no hay mucho que decir. Tiene un encanto propio y ese algo que a cualquiera le encanta. Cada que habla o respira es como algo nuevo.No sabía si llorar o reír por sus malos chistes y divertidas anécdotas, en su mirada pude ver eso que en ningún otro antes vi. En dos horas tomando café me he reído más de lo que recuerdo. Me da miedo reconocerlo porque no sé si esta sea nuestra única noche juntos.—¿Puedo pedirte algo más esta noche?—Lo que desees. –responde.Acerco mis labios a su oído y susurro lentamente, me separo y vuelvo a mi lugar, él me mira sorprendido, pero raramente toma mi mano y nos conduce a un lugar desconocido para mi... por ahora.இ═══════இAl entrar la calidez del lugar es notable, nunca imaginé que afuera estuviera tan frio.—¿Quieres algo de tomar?
—¡Jared Krause! Estoy como loca diciéndote cuán importante es este contrato y tú pareces en otra galaxia.—Lo lamento Andrea, sé que es importante, lo siento.—A veces creo que todos los hombres son de otro planeta. Como te iba diciendo...Andrea habla y habla sobre el nuevo proyecto en su recién abierta compañía, es un lujo que nos haya preferido a nosotros, quiero centrarme en el tema pero no puedo, esa chiquilla se me metió por los ojos con sólo verla una vez, y la noche tan increíble que pasé, no puedo sacar su imagen de mi mente.—¡Con un carajo Jared! ¿Escuchaste siquiera algo de lo que te dije?—Andrea... –suspiro con frustración–. Anoche conocí a una...chica.—Vaya, por ahí hubieras empezado. Cuéntame.—Pasamos una noche juntos.—¿O sea sólo sexo?—Sí, pero fue... increíble. No dejo de pensar en ella.
—Y entonces ella dijo algo así como "me gusta Alexander" Entonces todo fue rápido, nos enojamos, salí de casa y luego no supe de ella.Alexander me mira como si haya dicho algo fuera de este mundo.—¿Por qué la molestia? ¿Sentiste celos?—Pues...no lo sé. Más bien me sentí mal, engañada y tonta. ¿Cómo no pude darme cuenta que le gustas?—A mi no me gusta ella, sabes lo que siento por ti.—Ese es el problema, que allá afuera mi amiga se muere por ti y te ama mientras yo...–me detengo abtes de cometer un error.—Mientras tú no. –termina él.—Sabes que sólo quedamos como amigos con beneficios desde que iniciamos con esto. Yo no quiero nada serio Alexander.—Conmigo.—¡No puedes molestarte por eso!—¿Qué hace falta Dafne? ¿Qué necesito para que me hagas caso? Disculp
Después de llegar al restaurante y ver en una de las mesas del final a Jared con una mujer, no puedo evitar sentir algo incómodo en mis entrañas, obviamente no hay justificación para eso y aún así siento que debo averiguar quien es.—Iré al baño, no tardo.—¿Quiefes que pida por ti?Asiento perdiendome entre la gente.Camino con paso decidido y manos temblorosas hasta su mesa, saludo como si nada pasara.No puedo evitar observar como sus ojos escanea mi cuerpo y una vez que sus ojos mirar los míos, desvío la mirada hacia la mujer que lo acompaña esta noche.La presenta como su prima y algo dentro de mi se queda más tranquila. Después de las presentaciones y el cruce de unas cuantas palabras más, me despido y camino de nuevo hasta mi mesa. Mamá no se ve contenta.—¿Dónde estabas?—En el baño.—Si c
Y estoy de nuevo aquí, donde la magia ocurrió hace poco. Froto mis brazos cuando siento algo de frío, no sé en que momento tuve valor para llegar hasta aquí. Siento un vacío en mi estómago, me pregunto vagamente si será hambre.—¿Quieres algo de tomar?—Café, si tienes.—¿Tienes frío?—Un poco.Jared se acerca a mi y pone su saco sobre mis hombros, enreda sus brazos en mi cintura y baja su boca hasta la mía, a centímetros de ella pero no la toca.—Te diría que el haber traído otra ropa evitaría que sintieras frío, pero como dije, aquí no la vas a necesitar. Yo te daré el calor que necesitas, pero antes te preparare un caféCierra la mínima distancia que hay entre sus labios y los míos y siento una calidez repentina en el cuerpo, me da miedo reaccionar tan fácil a cualquier roce de este hombre.—Ya vuelvo.Me deja parada a media sala, observo a mi alrededor y veo que tiene muchas fotos, en su mayoría con mu
—¿Tienes trabajo?—Así es.—¿Puedo ayudarte?—¡Claro que puedes!—¿Y qué hago?—Quítate la ropa Dafne.Trago con dificultad al escuchar esas cuatro palabras, los ojos de Jared estan puestos en mi, mi respiración se acelera. Lo veo sonreír mientras alza una ceja divertido.—Si de verdad fuera trabajo no te contrataría por nada del mundo, ni siquiera estás respirando.Parpadeo y tomo aire, él esta a punto de levantarse pero lo detengo.—Debes aprender a ser paciente. –digo.Jared se acomoda nuevamente en el sofá y tomo valor para hacer esto. Ya me ha visto desnuda pero eso no quiere decir que no sienta algo de timidez. Tomo mi blusa y sin pensarlo mucho la levanto dejando al descubierto mis senos, los ojos de Jared estan puestos en mi, se quita por completo la corbata.<
—¿Y entonces? –cuestiona Nelly.—Pasamos la noche juntos.Nelly grita y salta por a un lado de mi cama.—Calmate loca.—¡No puedo creerlo! ¿Cuándo y cómo lo conociste?—En el bar al que solemos ir.—¿Es guapo?—Mucho que lo es.—¿Y sensual?—Muy sensual, tiene un cuerpo de Dioses.—¿Cuantos años tiene?Dudo en responder y muerdo mi labio.—¿Dafne?—Tiene cuarenta años.La cara de confusión de Nelly me hace reír.—¿Es broma?—No, Nelly. No es broma, Jared tiene cuarenta años.—¡No me jodas Marín! Podría ser tu papá.—No seas estúpida Nelly, no lo es.—¿Estás segura de estar haciendo lo correcto?&