Hablamos y reímos animadamente, Jared me cuenta más acerca de él y yo de mí, aunque no hay mucho que decir. Tiene un encanto propio y ese algo que a cualquiera le encanta. Cada que habla o respira es como algo nuevo.
No sabía si llorar o reír por sus malos chistes y divertidas anécdotas, en su mirada pude ver eso que en ningún otro antes vi. En dos horas tomando café me he reído más de lo que recuerdo. Me da miedo reconocerlo porque no sé si esta sea nuestra única noche juntos.
—¿Puedo pedirte algo más esta noche?
—Lo que desees. –responde.
Acerco mis labios a su oído y susurro lentamente, me separo y vuelvo a mi lugar, él me mira sorprendido, pero raramente toma mi mano y nos conduce a un lugar desconocido para mi... por ahora.
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Al entrar la calidez del lugar es notable, nunca imaginé que afuera estuviera tan frio.
—¿Quieres algo de tomar?
—No, estoy bien, gracias.
Jared me mira y lo miro yo a él. Siento esa adrenalina en el cuerpo, sé donde va a parar esto y no me arrepiento. Jared se acerca a mi lentamente mientras se quita la camisa, su cuerpo es mejor de lo que imaginé, se detiene frente a mi, muy cerca y acaricia mis labios con sus dedos.
—Respira Dafne.
Toma mi blusa y la quita de mi cuerpo con destreza. Levanto la mirada y me encuentro de nuevo con sus ojos, sonríe y trago con dificultad, siento que mis piernas me van a fallar en cualquier momento.
Jared pone sus manos en mi cintura y como si estuviese hecha de aire me levanta y enredo mis piernas en su cuerpo, en ningún momento despega sus ojos de los míos. Camina conmigo enredada en su cuerpo, no quiero mirar nada más que sus ojos, escucho que abre una puerta y lo próximo que sé es que la parte blanda y fría de la cama toca mi espalda. El peso de su cuerpo cae un poco sobre el mío.
—Voy a besarte, acariciarte hasta quedarme sin aliento, hasta robarme el tuyo.
Los labios de Jared besan los míos con lentitud, mis manos juegan con sus cabello y tocan su espalda desnuda, besa mi cuello y empiezo a sentir como mi cuerpo reacciona a sus caricias. Me voltea boca abajo y desabrocha mi sostén, siento sus labios en mi cuello y su mano bajar por mi espalda, su erección se presiona en mi trasero, muerde mi cuello y siento como todas las sensaciones explotan, gimo, Jared se levanta sólo para quitar el resto de mi ropa, quedando totalmente expuesta ante él.
Me gira y siento mis mejillas calentarse, me mira con lascivia pura, me levanto sin pena alguna y quito su cinturón, desabotono su pantalón y este cae al suelo.
Esta vez ambos nos besamos con prisa, con demasiada urgencia, nuestras manos acarician cada centímetro de piel, caemos a la cama y todo se vuelve intenso, mordidas, gemidos nuestras lenguas rozandose y siendo Jared y yo uno solo. Sus dedos presionan mi piel, mis manos se aferran a sus hombros, su boca acaricia mis senos, me dejo llevar por la sensación de sus dientes sobre mi.
En este momento no pasa nada por mi mente más que toda la clase de cosas que Jared me hace sentir con cada caricia, con cada movimiento, con cada respiro que me roba, tal como él lo dijo. Ahora siento miedo, miedo de mañana, cuando abra los ojos y el sol haya salido. Miedo de lo desconocido.
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Jared
Abro los ojos al sentir que el viento de la mañana entra por la ventana, seguramente olvidé cerrarla. Doy vuelta en la cama y me sorprende verla sola, Dafne no está, me levanto de la cama y la busco por todos lados pero no esta. Miro el reloj, son casi las once de la mañana, no sé como pude dormir tanto.
Ella se fue, sin decir nada, sin siquiera despedirse, se fue como un fantasma.
—¡Jared Krause! Estoy como loca diciéndote cuán importante es este contrato y tú pareces en otra galaxia.—Lo lamento Andrea, sé que es importante, lo siento.—A veces creo que todos los hombres son de otro planeta. Como te iba diciendo...Andrea habla y habla sobre el nuevo proyecto en su recién abierta compañía, es un lujo que nos haya preferido a nosotros, quiero centrarme en el tema pero no puedo, esa chiquilla se me metió por los ojos con sólo verla una vez, y la noche tan increíble que pasé, no puedo sacar su imagen de mi mente.—¡Con un carajo Jared! ¿Escuchaste siquiera algo de lo que te dije?—Andrea... –suspiro con frustración–. Anoche conocí a una...chica.—Vaya, por ahí hubieras empezado. Cuéntame.—Pasamos una noche juntos.—¿O sea sólo sexo?—Sí, pero fue... increíble. No dejo de pensar en ella.
—Y entonces ella dijo algo así como "me gusta Alexander" Entonces todo fue rápido, nos enojamos, salí de casa y luego no supe de ella.Alexander me mira como si haya dicho algo fuera de este mundo.—¿Por qué la molestia? ¿Sentiste celos?—Pues...no lo sé. Más bien me sentí mal, engañada y tonta. ¿Cómo no pude darme cuenta que le gustas?—A mi no me gusta ella, sabes lo que siento por ti.—Ese es el problema, que allá afuera mi amiga se muere por ti y te ama mientras yo...–me detengo abtes de cometer un error.—Mientras tú no. –termina él.—Sabes que sólo quedamos como amigos con beneficios desde que iniciamos con esto. Yo no quiero nada serio Alexander.—Conmigo.—¡No puedes molestarte por eso!—¿Qué hace falta Dafne? ¿Qué necesito para que me hagas caso? Disculp
Después de llegar al restaurante y ver en una de las mesas del final a Jared con una mujer, no puedo evitar sentir algo incómodo en mis entrañas, obviamente no hay justificación para eso y aún así siento que debo averiguar quien es.—Iré al baño, no tardo.—¿Quiefes que pida por ti?Asiento perdiendome entre la gente.Camino con paso decidido y manos temblorosas hasta su mesa, saludo como si nada pasara.No puedo evitar observar como sus ojos escanea mi cuerpo y una vez que sus ojos mirar los míos, desvío la mirada hacia la mujer que lo acompaña esta noche.La presenta como su prima y algo dentro de mi se queda más tranquila. Después de las presentaciones y el cruce de unas cuantas palabras más, me despido y camino de nuevo hasta mi mesa. Mamá no se ve contenta.—¿Dónde estabas?—En el baño.—Si c
Y estoy de nuevo aquí, donde la magia ocurrió hace poco. Froto mis brazos cuando siento algo de frío, no sé en que momento tuve valor para llegar hasta aquí. Siento un vacío en mi estómago, me pregunto vagamente si será hambre.—¿Quieres algo de tomar?—Café, si tienes.—¿Tienes frío?—Un poco.Jared se acerca a mi y pone su saco sobre mis hombros, enreda sus brazos en mi cintura y baja su boca hasta la mía, a centímetros de ella pero no la toca.—Te diría que el haber traído otra ropa evitaría que sintieras frío, pero como dije, aquí no la vas a necesitar. Yo te daré el calor que necesitas, pero antes te preparare un caféCierra la mínima distancia que hay entre sus labios y los míos y siento una calidez repentina en el cuerpo, me da miedo reaccionar tan fácil a cualquier roce de este hombre.—Ya vuelvo.Me deja parada a media sala, observo a mi alrededor y veo que tiene muchas fotos, en su mayoría con mu
—¿Tienes trabajo?—Así es.—¿Puedo ayudarte?—¡Claro que puedes!—¿Y qué hago?—Quítate la ropa Dafne.Trago con dificultad al escuchar esas cuatro palabras, los ojos de Jared estan puestos en mi, mi respiración se acelera. Lo veo sonreír mientras alza una ceja divertido.—Si de verdad fuera trabajo no te contrataría por nada del mundo, ni siquiera estás respirando.Parpadeo y tomo aire, él esta a punto de levantarse pero lo detengo.—Debes aprender a ser paciente. –digo.Jared se acomoda nuevamente en el sofá y tomo valor para hacer esto. Ya me ha visto desnuda pero eso no quiere decir que no sienta algo de timidez. Tomo mi blusa y sin pensarlo mucho la levanto dejando al descubierto mis senos, los ojos de Jared estan puestos en mi, se quita por completo la corbata.<
—¿Y entonces? –cuestiona Nelly.—Pasamos la noche juntos.Nelly grita y salta por a un lado de mi cama.—Calmate loca.—¡No puedo creerlo! ¿Cuándo y cómo lo conociste?—En el bar al que solemos ir.—¿Es guapo?—Mucho que lo es.—¿Y sensual?—Muy sensual, tiene un cuerpo de Dioses.—¿Cuantos años tiene?Dudo en responder y muerdo mi labio.—¿Dafne?—Tiene cuarenta años.La cara de confusión de Nelly me hace reír.—¿Es broma?—No, Nelly. No es broma, Jared tiene cuarenta años.—¡No me jodas Marín! Podría ser tu papá.—No seas estúpida Nelly, no lo es.—¿Estás segura de estar haciendo lo correcto?&
Estamos cenando en la pequeña mesa de la sala, comida italiana. Jared no volvió a preguntar el porque de mi extravío, y lo agradezco.—¿Qué te parece una ducha?—Excelente. –respondo limpiando mi boca–. Sabes, hoy hablé con Nelly, mi mejor amiga sobre ti.—¿Y qué dijo?—Quiere conocerte.—¿Se pondrá loca o algo así?—Mas o menos. –me encojo de hombros.—Si me aseguras que no me morderá dile que cuando quiera.Río sin poderlo evitar, Nelly a veces puede ser un poquitín intensa, pero no es para menos, es la mayor de las tres aunque sea por un año y nos quiere cuidar.—¿Me dirás por qué estabas sola en un lugar que no conocías?Tomo otro bocado de tiramisú y me lo meto a la boca, asiento sin muchas ganas verdaderamente de contarle que sucedió, pero tampoco quiero que sienta que
—¿Una fiesta?–cuestiono sintiendo algo de temor.—Sí, una fiesta. ¿vienes conmigo?—¿Estás seguro de que quieres que vaya contigo?—¿Y por qué no? después de todo eres mi...—¿Tu qué?—Ahora que lo pienso, no te he pedido que seas mi algo.—Cuando dices "mi algo" suena a que soy un objeto Jared y no es lindo.—Lo lamento. –se disculpa–. Pero me di cuenta de que no te he pedido que seas mi novia y no sé si es correcto o algo lógico que lo haga. Tú dime que hago.—Creo que ha quedado claro lo nuestro y no creo que sea necesario que lo hagas, sé lo que soy para ti, sé lo que eres para mi, pero si quieres hacer todo eso de pedirme que sea tu novia por mi no hay problema, de hecho se me ocurren algunas cosas interesantes y bonitas que podrías hacer.—Pues entonces haré cosas bonitas para ti