—Es lo más hermoso que he visto en la vida. –aseguro viendo la pantalla.
Dafne toma mi mano y limpia con su mano libre una lágrima que cae por su mejilla.
—Es un niño, felicidades a ambos. –dice el doctor imprimiendo la ecografía.
Llegamos hace tres semanas a Colombia y apenas tuvimos tiempo de ver a nuestro frijol más de cerca, es hermoso, tanto que quiero que nazca ya para tenerlo conmigo todo el día.
—Todo esta en perfectas condiciones con ambos, es un bebé grande y sano, y veo que te ha ayudado mucho Dafne.
—Mucho en realidad, hace días que no siento algún malestar salvo por los normales del embarazo.
—Me alegra saber eso, le pediré a mi asistente que programe otra cita para el próximo mes, quiero revisarte constantemente.
—¿Hay algún problema doctor? –cuestiono preocupado.
—No, pero quiero estar s
Dos meses después.—Y en este día tan especial, yo les pregunto a ustedes, ¿tienes la fortaleza que se necesita para llevar a cabo de principio a fin su matrimonio?—Sí. –respondemos Jared y yo.—¿En la salud y en la enfermedad?—Sí.—¿En la riqueza y en la pobreza, así como en los logros y fracasos?—Sí.—Dafne Marín, ¿prometes ser fiel ante el pacto con Jared, que hoy, frente a Dios se está llevando a cabo?—Lo prometo.—Jared Krause, ¿prometes ser fiel al pacto con Dafne, que hoy, frente a Dios se esta llevando a cabo?—Acepto.—¿Prometen amarse y respetarse ante cualquier adversidad y obstaculo que la vida les depare en el camino?—Lo prometo. –respondemos.—Por el poder que se me fue otorgado mediante la iglesia, yo los
PrólogoDespués de dejar mi vida en Seattle junto a Galilea, la idea de mi siendo feliz abandonó mi mente. Pues a pesar de que yo la amaba con tanta fuerza, tuve que renunciar a mis sentimientos para que ella fuera feliz con el hombre que realmente amaba, Ashton.No diré que no creo en el amor, pero si me dieran a elegir entre creer en el hada de los dientes y el amor para toda la vida, sin dudarlo elegiría al hada de los dientes... ¿Por qué? Por que por lo menos ella mantiene a muchos aún ilusionados, aunque en su totalidad niños.Digamos que ya tuve suficiente tiempo para sufrir y a pesar de tener a alguien a mi lado me siga sintiendo solo. —No puedo creer que llamarás aburrida y amargada a tu madre Dafne. ¿En que estabas pensando?–cuestiona Alexander—No sé, estaba molesta, no me dejó salir con Nelly y Aída.—Eso no justifica tu reacción, ella sólo quiere lo mejor para ti. Es tu mamá y eso es normal.—Quisiera que ella comprendiera más lo que necesito.—¿Y según tú que es eso?—Quiero un poco más de libertad. Quiero salir a fiestas, no sé sólo salir.—Puedes salir conmigo si quieres.–sugiere—Deberías pasar por mi casa más seguido, mi madre te adora y quizás nos deje salir.—¿Cuándo podré hablar con ella sobre...nosotros?Vuelvo a sentir esa incomodidad como siempre que hablamos del tema.—No lo sé Alexander, hay que ver... en realidad no estoy lista para tener novio.—Pero si llevamos casi dos años asíCapítulo Dos
—¿Entonces ella es una loca? –cuestiona Gabriel.—Lo es. –afirmo sintiendo todavía ese repeluz.—Pff, lo siento mucho amigo, no creí que fuese así.—No te preocupes, no es nada. Aunque si me debes un traje nuevo.—¿Estás loco? ¿Por qué?—Porque por hacerte caso me atropelló una bicicleta.—¿Es broma? ¿Una bicicleta te atropelló?Asiento de mala gana.—No me di cuenta y al cruzar la calle pues... me dio.Gabriel ríe fuertemente y trato de mantenerme serio pero no puedo.—Eres un idiota. –le acuso.—No puedo creer que una bici chiquita te haya arruinado el traje.—No era "una bici chiquita" era una bici de tamaño normal. Además me dejó adolorido.—La edad amigo, qué le podemos hacer a eso.Suspiro resignado.—Nada Gabriel, sólo
Camino, camino y camino por la calle sin rumbo fijo. ¿Cómo no pude darme cuenta? Ella nunca lo mencionó. ¿Por qué?Me detengo afuera del bar dónde Nelly y yo solemos venir a veces. No dudo en entrar, tal vez es lo que necesito para quitarme todo este estres que traigo encima.Al entrar noto que, como casi siempre los mismos hombres se encuentran aquí, con las mismas chicas, algunas demasiado jóvenes. Me pregunto, ¿cuántos de ellos estarán casados? No los juzgo, eso no va conmigo, solo pienso en que quizás en su casa hay una mujer que espera por ellos y ellos aquí, con alguien más.Me siento en uno de los bancos cerca de la barra y pido algo de beber, hoy no quiero alcohol. Necesito pensar.Saco mi celular y veo un mensaje de Aída, uno de mamá y otro de Alexander."No sé que pasa contigo, sabes lo que siento por ti. ¿Cómo es posible hacerte entender?"—¿Cómo l
Hablamos y reímos animadamente, Jared me cuenta más acerca de él y yo de mí, aunque no hay mucho que decir. Tiene un encanto propio y ese algo que a cualquiera le encanta. Cada que habla o respira es como algo nuevo.No sabía si llorar o reír por sus malos chistes y divertidas anécdotas, en su mirada pude ver eso que en ningún otro antes vi. En dos horas tomando café me he reído más de lo que recuerdo. Me da miedo reconocerlo porque no sé si esta sea nuestra única noche juntos.—¿Puedo pedirte algo más esta noche?—Lo que desees. –responde.Acerco mis labios a su oído y susurro lentamente, me separo y vuelvo a mi lugar, él me mira sorprendido, pero raramente toma mi mano y nos conduce a un lugar desconocido para mi... por ahora.இ═══════இAl entrar la calidez del lugar es notable, nunca imaginé que afuera estuviera tan frio.—¿Quieres algo de tomar?
—¡Jared Krause! Estoy como loca diciéndote cuán importante es este contrato y tú pareces en otra galaxia.—Lo lamento Andrea, sé que es importante, lo siento.—A veces creo que todos los hombres son de otro planeta. Como te iba diciendo...Andrea habla y habla sobre el nuevo proyecto en su recién abierta compañía, es un lujo que nos haya preferido a nosotros, quiero centrarme en el tema pero no puedo, esa chiquilla se me metió por los ojos con sólo verla una vez, y la noche tan increíble que pasé, no puedo sacar su imagen de mi mente.—¡Con un carajo Jared! ¿Escuchaste siquiera algo de lo que te dije?—Andrea... –suspiro con frustración–. Anoche conocí a una...chica.—Vaya, por ahí hubieras empezado. Cuéntame.—Pasamos una noche juntos.—¿O sea sólo sexo?—Sí, pero fue... increíble. No dejo de pensar en ella.
—Y entonces ella dijo algo así como "me gusta Alexander" Entonces todo fue rápido, nos enojamos, salí de casa y luego no supe de ella.Alexander me mira como si haya dicho algo fuera de este mundo.—¿Por qué la molestia? ¿Sentiste celos?—Pues...no lo sé. Más bien me sentí mal, engañada y tonta. ¿Cómo no pude darme cuenta que le gustas?—A mi no me gusta ella, sabes lo que siento por ti.—Ese es el problema, que allá afuera mi amiga se muere por ti y te ama mientras yo...–me detengo abtes de cometer un error.—Mientras tú no. –termina él.—Sabes que sólo quedamos como amigos con beneficios desde que iniciamos con esto. Yo no quiero nada serio Alexander.—Conmigo.—¡No puedes molestarte por eso!—¿Qué hace falta Dafne? ¿Qué necesito para que me hagas caso? Disculp