¡Hola a todos y todas! Como anuncie en la sinopsis del libro, Una bailarina para el alfa es parte de una bilogía titulada “el arte de amarte”. Su segunda parte ya se encuentra disponible en mi perfil, como “UNA ARTISTA PARA EL ALFA”. Esta parte narra la historia de la juventud de Annie, la sobrina de nuestra protagonista de este libro, Mia. Espero que les guste mucho, también pueden encontrar el libro buscándolo directamente en el buscador de la pagina o app. El libro de Annie esta en proceso, NO ESTA COMPLETO. Les agradezco por la espera y me disculpo por demorarme tanto en escribir la segunda parte. ¡Nos leemos en el otro libro!
Había llegado muy cansada a casa, eran cerca de las tres de la madrugada y ya no sentía mis piernas. El show había salido muy bien, tanto así que mi jefe me dijo que había sido una de las pocas escogidas para un gran evento que harían en el bar la otra semana, el cual era tan exclusivo que tendríamos el doble de seguridad nunca antes visto. Además de que vendrían famosos y personas muy importantes, la verdad es que era algo increíble. Sin embargo, no podía creer que esos hombres tan importantes y con tanto dinero pagaran por show tan baratos y desprolijos para las mujeres que como yo lo hacíamos por necesidad.Que más daba, igual necesitaba ese dinero. Annie ha estado enferma, por lo que llevarla al hospital y las medicinas me quitaban gran parte de mi sueldo. Teníamos deudas, por lo que sería una gran ayuda, ese extra. Me quede dormida luego de recordar mis cuentas y que
Había hablado con mi jefe para explicarle la situación que pasó luego del evento, le dije que uno de esos hombres me reconoció. Él dijo “es imposible, ¿Vamos, Mia de dónde vas a conocer tu a un hombre de esa clase?”. Era cierto, al ser un invitado del evento lo convertía en un magnate de la ciudad, pero no logré ver su rostro, ¿Cómo se suponía que sabría quién era? Estaba asustada, no quisiera que alguien supiera a lo que me dedico realmente. Pero tampoco podía dejar de trabajar, así que mi jefe no muy convencido, aceptó que faltará un par de días.Había llevado a Annie al colegio, hable con su profesora de música y me dijo que sería un honor para ellos si ella eligiese unirse al club de música. Le dije que tendría que hablarlo personalmente con ella, ya que me gustaba que tomará sus propias
Finalmente luego de varios días de falta, volví al bar. Practique las rutinas y los bailes nuevos que había aprendido, hoy era viernes, los mejores días pagados. Así que me esforzaría bastante para intentar reponer los días perdidos, no podía darme el lujo de desperdiciar el dinero. Ya que cada centavo cuenta, más ahora que probablemente Annie necesitaría sus materiales para el club de arte, los cuales no son nada baratos. Pero haría lo necesario para conseguirlos, todo por verla feliz. Por suerte se había mejorado y ya no gastaba en medicinas o consultas médicas.Me vestí con mis mallas de red negras, tacones altos color negro y suela roja, guantes de seda rojos, short rojo de cuero, corcel negro con cordones rojos y mi peluca roja trenzada. Un leve maquillaje, labios rojos y antifaz negro. Ensaye muchas veces la rutina de hoy, le agregué algunos pasos que h
—¿Qué clase de beneficios?—pregunté con curiosidad—, ¿Y por qué me elegiste a mí? Miriam es más antigua, baila mucho mejor.—Pagaré el colegio de tu sobrina, un mejor departamento para ambas y te daré un auto por el simple lujo de tu exclusividad—respondió dejándome anonadada, ¿cómo era que sabía que tenía una sobrina? Sentí un escalofrió envolverme por completo—, Y Miriam no produce nada en mí, como tú con tu forma de bailar.—¿Cómo sabe que tengo una sobrina? Es información personal, no entiendo—pregunté tomando valor, era parte de identidad, ¿acaso él sabía quién era realmente?—¿Crees que no te mandaría a investigar si quiero que trabajes para mí?—preguntó con una so
—No, no ha pasado mayor cosa—respondió.—¿Y qué hago aquí?—pregunté.—Bueno, usted vomito su ropa y estaba muy borracha. ¿No esperaba que la llevara así a su casa y que su sobrina la viera ebria o sí?—preguntó y baje mi cabeza con vergüenza.—Gracias, supongo—respondí y el asintió, había algo que me estaba matando—, ¿Usted me cambió de ropa?—pregunté.—Sí, lo siento pero su ropa olía mal—respondió y volví asentir—, No se preocupe que por mucho que quise ver, no vi nada que no debiera.Sentí erizarse mi piel, mis mejillas tomaron un tono carmesí. ¿Por qué bebí tanto? ¿Qué me sucedió? Yo nunca hago esto, jamás dejaría sola a Annie por tomar. Rayos, Annie.<
Habíamos pasado el día conversando, intente defenderme de los comentarios que me hacían ese par. La verdad es que no podía creer la enorme imaginación que tienen las dos. ¿Cómo es que creían que sería capaz de dormir con alguien que conocí en una noche? No soy de esa clase de mujeres, no podría. No está en mí, soy más pasional. Me gusta hacer el amor, no tener sexo y ya. Soy demasiado chapada a la antigua como diría Hannah. Pero así me criaron mis padres, aprendí mucho de mi valor como persona, como mujer y no se me hace fácil entregarme a cualquiera. ¿Era amargada? Quizá. Terminé de ondular mi cabello, no sé porque pero quería lucir bonita para mi nuevo jefe. ¿Acaso había enloquecido? Pero es que aquel hombre demandaba atención, era crucial para mí seguirle agradando. Espera, &i
Luego de la visita a casa de Alessandro, pasé todo el fin de semana con Annie. Según decía aquel papel él dispondría de mis horarios, pero no me llamó o escribió en dos días. Hoy era lunes, salí temprano a trotar. Me gustaba hacer deporte muy temprano, sentí pasos, me giré rápidamente pero no vi a nadie. Ignoré el caso y me coloque nuevamente los audífonos, seguí el camino de siempre y regresé al departamento nuevamente. Esta zona no era la mejor, era algo peligrosa, pero era económica. Desde que Hannah se fue, siempre he querido mudarme de aquí. Aun suelen venir “amigos” de ella a buscarla y temo que lo hagan un día que no esté con Annie. Por eso no le permito abrir la puerta nunca, siempre estoy al pendiente de ello. Prepare el desayuno y escuché como corría el agua en la ducha de la habitación de Ann, se hab&i
Desperté agitada por segunda vez, nuevamente había tenido esa pesadilla con el chico psicópata del supermercado. En la que él abusaba de mí y Alessandro no llegaba a tiempo. ¿Desde cuándo dependía de él? Me sentía segura de alguna forma, quizá solo me gustaba el hecho de sentirme protegida o que nos cuidará. Porque también lo hacía con Annie y solo con las atenciones y detalles que tenía con ella se había ganado mi cariño. Divise la hora en el reloj de mi mesita de noche eran poco más de las seis, me coloque de pie y prepare el desayuno para Ann, le prepare su favorito. Huevos, tocino y fruta picada. Fui a despertarla y luego de batallar un buen rato, logré entrará a la ducha. Treinta y dos minutos después estaba sentada frente a mí comiendo. Mi teléfono vibro y sonó la música de jazz que había seleccion