41.- Secuestrada.

Finalmente, el gran día había llegado, hoy había luna llena. La primera del mes, estaba muy nerviosa. Sentía corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, la ansiedad me estaba carcomiendo viva. Kiriah no se había vuelto a comunicar conmigo, a pesar de que ya estaba despierta, era preocupante según me decían Alessandro y Samuel. Algo no estaba bien y eso era inquietante, la maldición continuaba y temía enloquecer o perder la razón al momento de mi transformación. Quizá era una exageración o alteración, pero sentía que Kiriah estaba molesta por haber hecho caso omiso a su advertencia. Probablemente ella sufría internamente, no entendía aun todo lo relacionado a los lobos. Pero estaba aprendiendo poco a poco, Alessandro me iba orientando sobre la transformación, la historia, la alimentación, los dones y virtudes que teníamos al ser criaturas. M

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