ELIZA Más tarde su sueño fue interrumpido por un trueno. Se apresuró a montar su caballo pero justo en ese momento la lluvia comenzó a caer. — Ahh, no debo mojarme. Debido a sus bajas defensas ella tenía prohibido mojarse o estar mucho tiempo fuera de casa pues estaba expuesta a enfermarse. Cabalgó rápido hasta un árbol frondoso y se quedó ahí por media hora esperando a que la lluvia parara. — No parecía que fuese a llover. Entonces estornudó dos veces y comenzó a tiritar. A esas alturas ya tenía miedo. Cerca de ella estaba un joven montando a caballo gritando para encontrarla. Su abuelo estaba demasiado preocupado así que en cuanto vio las nubes de tormenta se apresuró a comenzar la búsqueda. El terreno era demasiado extenso, tanto como para que alguien que no conoce el lugar se pierda. — Por favor Marcos, manda a tu hijo junto a los demás sirvientes a buscar a mi nieta, que ellos vayan hacia el estanque, tu ve hacia los sembradíos y yo iré hacia la fábrica. Oh, lleven mantas
Después de un largo y tedioso día escolar lleno de tareas regresaba a casa bastante cansado y fastidiado esperando con ansias ver la mesa decorada con una cena especial preparada con dulzura y a su maravillosa mujer esperandolo, sin embargo al llegar a esta misma en lugar de sorprenderse para bien se horrorizó, la mujer que amaba yacía en el suelo del primer piso mientras que su prometida se encontraba en la parte superior asomada por el pequeño balcón observando la escena.Este lo único que pudo hacer caminando lentamente hacia el lugar fue gritar el nombre de su amante sin obtener respuesta ya que esta se hallaba sobre un charco de sangre, sin rastros de vida.— Anel, ¡Mi reina por favor despierta! — puso sobre sus piernas el cuerpo de la mujer solo para terminar confirmando lo que ya intuía, había muerto al instante debido al golpe que se llevó pues la altura entre el segundo piso y el primero era de aproxim
CAPÍTULO IEn cierto tiempo creía que toda la humanidad era como ella, amante de la naturaleza, pura y con sentimientos buenos, pero con el paso de los años comprendió que no era así. Amar al hombre es sencillo los pasos son simples sin situaciones complicadas, el problema entra cuando este no te corresponde.Frida Ono….12 AÑOS ANTESUna niña que ese día se convertía en adolescente corría por la acera sin precaución alguna viendo constantemente hacia una sola dirección, a todos les enseñan que es importante fijarse a ambos lados antes de cruzar la calle, tener cuidado por si pasaba algún coche o el alto se encontraba en verde, justamente ese día le dieron una noticia que jamás se esperó, debía ir al extranjero para completar sus estudios, cosa que a ella no le gustó en absoluto, por lo tanto salió hecha un mar de lágrimas de su casa.
CAPÍTULO IIEl timbre resonó por toda la casa, avisando que alguien esperaba afuera para ser recibido. El ama de llaves se apresuró a abrir dando paso a un joven alto, muy bien parecido con uniforme y cabello desaliñado.— Buenas tardes Dan, ¿Dónde se encuentra la señorita? — dice Andrés poniendo su mano sobre el hombro de la mujer.— Joven Andrés, sea bienvenido, la señorita se encuentra en la sala, su madre le está dando el medicamento, hoy no ha sido un buen día — negó con tristeza. El observó la mirada triste de Dan, aquella mujer que era como una segunda madre tanto para la niña de la casa como para él.— Entiendo, quizá pueda hacer algo — después de haber pasado un a&n
CAPÍTULO IIIAl comienzo del tratamiento todo parecía estar perfectamente bien, sin embargo con el pasar de los días la recuperación se vio afectada porque ella experimentaba dolores incesantes que le impedían moverse por días, nadie dijo que sería fácil y aún así ella tenía una meta, volver.Día tras día algo nuevo salía para impedirle mejorar, su primer bache fue la edad, Sofía era demasiado joven para seguir con el riguroso tratamiento, el segundo problema fue sus pensamientos, ella se dio por vencida incontables veces de no haber sido por sus padres quienes estuvieron en todo momento acompañadola.7 AÑOS DESPUÉSEl día doce del doceavo mes concluía finalmente con un tratamiento que duraba cinco años, pero que debido a complicaciones por su corta edad fue realizado con mucho más cuidado dos años más, para dar permiso a que tanto su mente como su cuerpo
CAPÍTULO IV— Basta Sara, no comiences a llorar. Hija recuerda llamar si te sientes mal y toma el medicamento ahora que faltan diez minutos — dice su padre tomándola de las manos.— Ay Lucían — espetó la madre con un puchero en su rostro —. Deberías ser más empático en estos casos, tu hija y yo nos abrazamos y tú sales con tus cosas — esta lo mira y sonríe con superioridad —. ¿O es que acaso estás celoso?El hombre hace una mueca de disgusto a tales palabras, había dado en el clavo así que ambas rieron por lo bajo y este terminó por bufar.— Tengo mucho amor para ustedes dos, papá, sabes que eres mi preferido — le da un beso en la mejilla y este se sonroja, escuchar a su hija de esa manera era algo ya experimentado, pero que fuese frente a otra persona que en su momento vio la fase hecha trizas de ella, era algo nuevo por completo.—
CAPÍTULO VEl tiempo pasó poco más rápido de lo esperado, después de salir del área de bebés ella se dirigió a varias boutiques más para comprar regalos para su nana Daniela, también para la nuera de esta y después a una donde sólo vendían ropa para caballero, deseaba comprar algo para su amigo y para el hombre parado en la puerta con más de seis bolsas que no se quejó en ningún momento.Estaba escogiendo una corbata cuando se atravesó en el camino de alguien chocado con este. Casi cae al suelo pues desde que concluyó el tratamiento no volvió a tener la misma estabilidad ni equilibro de antes. Con temor a lastimarse intentó meter sus manos pero unos brazos grandes la tomaron por la cintura impidiendo que tocase el suelo.— ¿Se encuentra b
CAPÍTULO VILucian puso la mano sobre la cabeza de su hija comprendiendo a la perfección sus sentimientos, ella ya no era una niña y ambos debían entender que en cualquier momento ella comenzaría a tomar las decisiones como lo que era, una adulta.— No sigas hablando pequeña, nosotros no queremos saber que fue eso que dijiste y mucho menos te juzgamos por ello, todos hemos cometido errores en algún momento de nuestra vida, sin embargo en nosotros queda enmendarlos, puede que tengas razón en tus palabras.— Pero Lucian…Objetó la señora, ella no estaba en total acuerdo a tal petición pues deseaba el bien para su hija.— Nada de peros Sara, lo único que podemos pedirte como padres es que tú como nuestra hija consideres el hecho de que tienes un respeto que ofrecer y por lo tanto que exigir.Ella se levantó para abrazar