Capítulo 52

Luego de permanecer dormida durante un par de horas, Aline abrió los ojos y parpadeó en un par de ocasiones, entonces su mirada se reflejó en unas orbes aceitunadas.

—¿Cómo estás? —una dulce voz cuestionó.

Aline permaneció atenta a aquella mirada que de pronto le pareció algo melancólica, cálida, sincera, que le produjo una sensación de quietud.

—Yo te conozco —expresó y sonrió sin poder evitarlo.

Aquella joven mujer ladeó los labios y correspondió a su sonrisa.

—Así es —respondió con la dulzura de su voz.

La grisácea mirada de Aline se llenó de una fina capa de lágrimas, suspiró profundo y presionó sus párpados para liberar aquellas lágrimas que comenzaban a picar.

—¡Alondra! —exclamó llena de emoción—, eres Alondra —expresó con alegría—, la hermana de Ernesto y mi mejor amiga —indicó sintiendo como su barbilla temblaba.

Alondra limpió con el dorso de su mano sus mejillas.

—Así es —manifestó—, me siento muy conmovida al saber que estás viva —expresó con voz fragmentada—, me has hech
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