Capítulo 55

Lis se encontraba en la sala jugando con Aby, ambas ensamblaban una pila de bloques de distintos colores. Sonrió cuando Farah les llevó un par de panecillos que recién acababa de cortar.

Arnulfo se acercó a ella y tomó asiento en la sala, miró a las pequeñas y sonrió.

—Si todo sale bien en dos semanas estaremos de regreso —expresó.

—Me alegra saberlo —ella respondió—, me siento dividida entre mis hijos —manifestó.

—Lo sé, ¿te preocupa algo? —cuestionó.

Farah suspiró profundo.

—Sí, Dalil —mencionó.

Arnulfo se quedó callado unos segundos.

—Es un buen chico, en poco tiempo, se ganó el aprecio de todos —expresó.

—Me alegra saberlo. —Suspiró profundo—, desearía saber que tiene una segunda oportunidad para el amor, tal y como Ernesto —manifestó.

—¿Le has preguntado algo sobre su vida personal?

—No, no me he atrevido, pero verlo solo, me hace pensar que su corazón, sigue resguardado. —Farah suspiró profundo.

—Aprovecha que está en el país y que lo tienes cerca —refirió—, por fortuna nos es
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