…..— Ante todo los presentes como testigos, el juicio se llevará acabo en dos partes. — Hablaba el vocero del Rey. — Traigan a la doncella de la primer concubina Real de Maita, Lady Chantelle Lorens, hija del Barón y baronesa Lorens. Así mismo a los dos cómplices: los caballeros de la primer concubina, Marko Raid y Fred Lowan. Tras la señal las puertas se abrieron e ingresaron los caballeros que llevaban a Chantelle cada uno a cada costado de ella.Así como los que llevaban a los otros dos cómplices. La mujer de cabello corto oscuro, lucía bastante desaliñada, aún vestía las ropas de hombre con las que se disfrazó e intentó huir en la madrugada. Sin embargo Chantelle Lorens caminaba altiva y con total calma. Ella volvió a ver en el sector de la izquierda, lugar donde estaban sentados los consejeros del Rey Maitano como testigos en representación de cada territorio y departamento del Reino. Sus ojos celestes se encontraron con los cafés del marqués Forsten. "Sé que él me ayudará,
Después de que el secretario Real terminó de leer los actos cometidos por la concubina así como las declaraciones…El Rey de Maita se puso nuevamente de pie para dar la sanción. — Primer concubina, Lady Abril Brown, por el delito de invadir una área restringida, como lo es la habitación matrimonial de los Reyes. Se le prohíbe su presencia en el castillo principal, así mismo, se le va a vetar de todo evento Real por un mes completo, esto según las leyes Maitanas. Cuando Lance terminó de dar la primer sanción. Abril sonrió altiva. Virginia quien lo notó, cerró sus manos en puños sintiéndose aún más molesta. — Por el delito de utilizar sustancias prohibidas en el Reino de Maita. — Continúo Lance hablando. — Se registrará absolutamente todo el castillo de las concubinas y sus posesiones en el, para decomisar cualquier sustancia oculta. Así como se comenzará una investigación minuciosa para saber de dónde obtuvo dicha sustancia y castigar severamente al proveedor de acuerdo a las leyes
"Él no será un maldito ni conmigo… Ni con lo que yo protejo" Pensó Virginia conmovida, para segundos después lanzarse a los brazos de su esposo abrazándolo. — ¡Ug!… — Hizo él un pequeño gesto de dolor cuando la cabeza de Virginia se apoyó en el sector izquierdo de su pecho. Ella de inmediato alejó la cabeza un poco de ese sector, volviendo a ver hacia arriba el rostro de su marido. — ¡Oh, no! Es cierto… ¿Te encuentras bien? — Preguntó ella recordando lo que le había hecho esa madrugada a Lance. — No es nada… No le prestes atención. — Te acabo de escuchar quejarte de dolor y dices que no es nada… — Comentó ella viéndolo con incredulidad, mientras seguía aferrada a él. — Así es, no es nada. — Sonrió Lance. Virginia suspiró cabizbaja. — Pero me siento culpable… — Ja, ¿Ahora te arrepientes de— — ¡No, no me arrepiento! — Exclamó ella interrumpiendo a Lance. — Solo pensé que no debí tocarte tanto mientras nosotros… Bueno ya sabes… Lance sonrió maliciosamente. — Sí~ tengo que
•••••••••• — ¿No vendrá? ¿Así de simple? ¿Él si sabía que se trataba del reporte completo de la frontera, no? — Preguntó el Barón Jones al secretario del Rey. — Su majestad, el Rey Lance Lamparth está al tanto del motivo por el que quiere verlo. Aún así, tiene otras prioridades y una agenda que cumplir. Respete. El hombre rubio que se encontraba en el salón de espera previo a la oficina del Rey de Maita, frunció el ceño y se marchó a pasos rápidos de ahí. Estaba molesto. No solo no tenía ningún espía y no estaba enterado de la situación en el territorio Real."Él me está evitando…""¿Pero a qué se debe?"Pensó el Barón mientras caminaba, hasta que se encontró a una persona conocida que parecía iba hacia la oficina del Rey. — Ni te molestes, él al parecer tiene otros asuntos de los cuales ocuparse. — Informó Allen Jones a Charlie Evans, el comandante de la seguridad Real. — ¿Es así? Gracias por el aviso, aún así a quien quiero ver es al secretario. Allen se le quedó viendo ser
…..CLINK~ Un fino sonido resonó en la habitación cuando la espada de Virginia fue a dar varios metro a distancia. Ella se quedó completamente inmóvil. ¡Estaba en shock! Hizo tal como Lance le estaba pidiendo y atacó con un movimiento directo, uno que lo tomó a él por sorpresa y tuvo que evadir con un hábil movimiento para desprender la espada de las manos de esa enfadada Gorianita. "Maldición…"Pensó él sintiendo como su corazón latía rápidamente. "No volveré a provocarla así" Se prometió a si mismo. Los aplausos de parte de Tiana sonaron en ese momento. — Felicidades mi Reina, lo hizo muy bien. — Felicitó la guardiana pelirroja a Virginia. — ¿Si? ¿Realmente… Estuvo bien? — Preguntó ella un poco asustada por el movimiento de Lance. — No te bastó mi pecho, apuntaste hoy directamente a mi brazo, casi me dejas coto~ — Sonrió él falsamente bromeando con su Reina. Virginia se ruborizó.Tiana no entendió nada, viendo a sus Reyes confundida. "¿No le bastó su pecho? ¿De qué habl
Allen Jones se quedó perplejo. Él no creía que Virginia pudiera estar enamorada de alguien como Lance. — ¡Mientes! Él te está obligando a decirme eso, ¡Maldición! Sabía que iba a suceder… — Decía el Barón apoyando su mano en su cabeza y con una clara expresión de incredulidad. Él posó sus ojos de un marrón claro en Lance, quien lo veía con total seriedad. — Cuando pensé que no podrías hacer una jugada más baja me has sorprendido. — Comentó Allen intentando mantener la calma.Seguidamente ese Barón rubio, volvió a ver a la mujer Gorianita. — Sé que no estás enamorada de Lance, él solo está jugando contigo y haciéndote creer que es de ese modo. Él fue quien asesinó a tu familia… A todo tu Linaje, ¿Cómo puedes simplemente decir que lo amas? Todos los Wiztan que fallecieron por su sed de venganza se sentirían decepcionados de ti. Virginia se sorprendió al escuchar esas palabras. Ella era consciente de que Lance no era bueno. Sin embargo… Sus hermosos ojos azules zafiros volvieron
••••••••••Su mirada celeste perdida en la nada… Sus ojos ardían después de tanto llorar. Las lágrimas se habían secado en su rostro mientras su cuerpo se quedaba inmóvil. En una esquina del frío calabozo, se encontraba Chantelle Lorens. Unos pasos se escucharon a la distancia, pero la mujer de cabello corto oscuro no les prestó atención. La posibilidad de que fueran soldados que vigilaban el lugar era muy alta, esos tediosos hombres que la habían estado maldiciendo y tratando como si fuera la peor escoria del Reino. Era considerada una terrorista después de todo.Alguien que atacó el castillo principal destruyendo una parte del sector sur "buscando asesinar a los Reyes" para después simplemente huir. Tap, tap~ Sonaban los pasos cada vez más cerca, hasta que ella distinguió que no era el sonido de botas pesadas de soldados, si no de zapatillas. Ella se levantó de la esquina del piso donde se encontraba sentada y se acercó a toda prisa a las verjas. — Se… Sebastián… — Susurró
••••••••••6: 00 pm. El Barón Jones veía por la ventanilla de su carruaje el paisaje de la ciudad bajo ese atardecer. Hace solo media hora había salido del territorio Real. Su expresión totalmente seria, sus brazos y piernas cruzadas, en su mente los recuerdos más recientes. Virginia Wiztan declarando amar al Rey Lance. El amor de su vida, diciéndole de frente que se había enamorado de otro. Ese otro que para ese Barón fue su mejor amigo y ahora, era su mayor enemigo. "Una parte de mí, siempre temió que Lance se enamorara de ella, sabía que era una probabilidad…""Por que sé lo encantadora que Vini puede ser, lo inteligente, esforzada, arriesgada y a su vez, dulce, frágil y cariñosa. Cualidades que me permitieron amarla rápidamente cuando fue cautiva en Maita la primera vez" "Lo sabía… Aún así, confíe en ella""Confíe en que ella me amaba a mí, en que no se lanzaría fácilmente a los brazos de otro hombre" "Mucho menos si ese hombre es el que comenzó la masacre a los Wiztan"