••••••••••Su mirada celeste perdida en la nada… Sus ojos ardĂan despuĂ©s de tanto llorar. Las lágrimas se habĂan secado en su rostro mientras su cuerpo se quedaba inmĂłvil. En una esquina del frĂo calabozo, se encontraba Chantelle Lorens. Unos pasos se escucharon a la distancia, pero la mujer de cabello corto oscuro no les prestĂł atenciĂłn. La posibilidad de que fueran soldados que vigilaban el lugar era muy alta, esos tediosos hombres que la habĂan estado maldiciendo y tratando como si fuera la peor escoria del Reino. Era considerada una terrorista despuĂ©s de todo.Alguien que atacĂł el castillo principal destruyendo una parte del sector sur "buscando asesinar a los Reyes" para despuĂ©s simplemente huir. Tap, tap~ Sonaban los pasos cada vez más cerca, hasta que ella distinguiĂł que no era el sonido de botas pesadas de soldados, si no de zapatillas. Ella se levantĂł de la esquina del piso donde se encontraba sentada y se acercĂł a toda prisa a las verjas. — Se… Sebastián… — SusurrĂł
••••••••••6: 00 pm. El BarĂłn Jones veĂa por la ventanilla de su carruaje el paisaje de la ciudad bajo ese atardecer. Hace solo media hora habĂa salido del territorio Real. Su expresiĂłn totalmente seria, sus brazos y piernas cruzadas, en su mente los recuerdos más recientes. Virginia Wiztan declarando amar al Rey Lance. El amor de su vida, diciĂ©ndole de frente que se habĂa enamorado de otro. Ese otro que para ese BarĂłn fue su mejor amigo y ahora, era su mayor enemigo. "Una parte de mĂ, siempre temiĂł que Lance se enamorara de ella, sabĂa que era una probabilidad…""Por que sĂ© lo encantadora que Vini puede ser, lo inteligente, esforzada, arriesgada y a su vez, dulce, frágil y cariñosa. Cualidades que me permitieron amarla rápidamente cuando fue cautiva en Maita la primera vez" "Lo sabĂa… AĂşn asĂ, confĂe en ella""ConfĂe en que ella me amaba a mĂ, en que no se lanzarĂa fácilmente a los brazos de otro hombre" "Mucho menos si ese hombre es el que comenzĂł la masacre a los Wiztan"
— Habla, ÂżQuĂ© es lo que tienes que decirme? — PidiĂł el Rey Lance, viendo fijamente a su Reina. Virginia tragĂł en seco. No estaba segura si era el momento apropiado para hablar de ello, pero debido a que saliĂł el tema de los hijos de ambos, sentĂa que tenĂa que decirle. No soportarĂa más seguir con esa presiĂłn. — Yo sĂ quiero tener hijos contigo… Te amo, Lance y me gustarĂa tener muchos bebĂ©s… — SonriĂł ella avergonzada, desviando su mirada azul de la dorada de ese hombre. — Tantos como nos sea posible. — AñadiĂł. — No veo nada malo en ello como para enfadarme contigo. — ComentĂł Ă©l sin entender las palabras anteriores de su esposa. — Bueno… Es sobre el primer hijo varĂłn… Quiero que sea de Gorian… — SusurrĂł ella nerviosa. El silencio reinĂł en el salĂłn comedor por unos segundos que parecieron eternos despuĂ©s de que ella dijera esas palabras. — Espera… A caso tú… — SusurrĂł Lance. Virginia asintiĂł. — Pienso quedarme un año en Gorian ayudando a Raynold a prepararse para ser un digno
— No voy a negociar a mis hijos… Es algo que nunca serĂ© capaz de hacer. — Lance se acercĂł a su esposa y apoyĂł sus manos enguantadas en los brazos de ella. La mirada dorada de ese Rey Maitano, veĂan a Virginia dolorosamente, casi somos si estuviera suplicando. — AsĂ me guardes rencores toda tu vida por esto. — ContinĂşo el Rey hablando. — Temo que debo negarme; no me importa si en un futuro hay una divisiĂłn en el Reino como pasĂł en Gorian, por la decisiĂłn que estoy tomando ahora… Mientras siga, no… Mientras sigamos con vida, es algo de lo que nos podemos encargar. Virginia negĂł lentamente con su cabeza. — Lo estás viendo con demasiado positivismo, Lance… VĂ con mis propios ojos, vivĂ en mi propia carne el caos interno ocasionado por la divisiĂłn de un Reino, es algo que tĂş jamás has experimentado… ÂżCĂłmo puedes exponer a tu naciĂłn y a Landel? — ¡Por que no vas a querer dejar ir a ese niño al nacer, ni yo tampoco! — ExclamĂł Ă©l exaltado. — ¡SĂ© que dices eso por que estás bajo presiĂłn!
••••••••••Dulce semana. Ăšltima noche. 9: 30 pm. — ÂżTenĂas que usar el traje de un guardián de alto rango? ÂżNo llamaras mucho la atenciĂłn? — Preguntaba Virginia viendo a Lance disfrazado, mientras ambos Reyes caminaban en las afueras del castillo principal. — AsĂ tendrĂa más sentido que estemos merodeando por el castillo del prĂncipe heredero. No cualquiera puede andar libremente por ahĂ. — Comentaba el Rey, caminando en direcciĂłn al territorio del prĂncipe heredero. Virginia por otra parte, iba disfrazada como una guardiana femenina de bajo rango, ella no pudo evitar reĂrse en ese momento. — Es gracioso que te obliguen a encerrarte en una habitaciĂłn con tu esposa~ jaja~ y para colmo debes salir disfrazado de tu propio castillo~ jaja~ — Se reĂa ella de Lance. — Es tu culpa. HubiĂ©semos podido ir mañana, pero tĂş quisiste que fuera esta misma noche. Ella sonriente se acercĂł aĂşn más a Lance y se aferrĂł al brazo de Ă©l. — Siiii~ y tĂş como un buen esposo me has complacido~ — Solo
….. Una vez Virginia y Lance se encontraban en la sala con el prĂncipe heredero. — Mamá Vini, mi tĂo me contĂł del evento que hay en la noche de mañana. — DecĂa el pequeño niño preocupado. Virginia sintiĂł su corazĂłn conmovido al escuchar que Ă©l le dijo "mamá Vini" con tanta naturalidad. La mujer Gorianita le sonriĂł con dulzura al pequeño niño. — SĂ, asĂ es Lan… Hay un evento mañana, es de mi presentaciĂłn oficial que me incluye a tu Linaje. — ÂżPo quĂ© no me invitaon? — Preguntaba Ă©l cabizbajo. — ÂżEh? — Virginia volviĂł a ver a Lance. — ¿Él no va a ir? Pero es un Lamparth… — Por su seguridad, es mejor que no se haga presente. — DecĂa Lance seriamente a Virginia. — ¡Pero yo quiero que estĂ©! — ExclamĂł ella reprochando a ese Rey. — No. — ContestĂł Ă©l tajante. — Está bien mamá Vini… No pelees con papá. — PedĂa el niño cabizbajo. — ¡No, no está bien! — ExclamĂł ella levantándose del sofá individual en el que se encontraba sentada. Virginia posĂł con molestĂa sus ojos azules en ese Rey
••••••••••— ÂżSeguirás enojada conmigo? — PreguntĂł Lance caminando de regreso al castillo principal, junto a Virginia. — No estoy enojada, hasta te pedĂ disculpas por como me comportĂ© frente a Landel… — DecĂa la joven Reina quien caminaba desde hace rato unos dos metros por delante del Rey. — Sabes que no podĂa permitirle asistir… — Lo sĂ©, ÂżSabes lo que me dijo? — Preguntaba Virginia hablándole a Lance aĂşn sin volverlo a ver hacia atrás.— ÂżQuĂ© te dijo? — Que me enviarĂa un lindo obsequio y que Ă©l entendĂa que no podĂa hacerse presente… ¡Es un pequeño niño encantador! Me derrite el corazĂłn cada vez que hablo con Ă©l. — Contaba ella haciendo un puchero que Lance no podĂa ver. El Rey sonriĂł mientras veĂa a su esposa caminar a pasos rápidos por delante de Ă©l. — SĂ, ya notĂ© cuan bien se llevan, pero aĂşn sĂ— — ¡Tienes razĂłn! — Lo interrumpiĂł la mujer Gorianita. — Yo lo sigo queriendo ahĂ, aunque entiendo perfectamente la situaciĂłn de Landel… — Virginia detuvo sus pasos cuando ambos y
Cuando el Rey de Maita abriĂł sus ojos, se encontraba solo en la cama. Lance se sentĂł de inmediato asustado volviendo a ver a su alrededor. Sus ojos dorados se posaron en el glamuroso reloj de pared. 8: 45 am. Él suspirĂł aliviado, aĂşn era temprano. Aunque su esposa no se encontraba a su lado, la puerta del baño a distancia se encontraba semi abierta y Ă©l supuso que ella estarĂa ahĂ. Lance se levantĂł de la cama y se dirigiĂł al baño, al ingresar, efectivamente Virginia se encontraba ahĂ, bajo el agua de la amplia tina, tomando su relajante baño matutino. — ¡Lance! — ExclamĂł ella sonriente. — Buenos dĂas~ — No me despertaste. — ReclamĂł Ă©l. — ParecĂas dormir bastante cĂłmodo… — DecĂa ella ruborizada evitando ver más abajo del pecho de ese Rey desnudo. — SĂ, lo hice. — ContestĂł Ă©l ingresando a la tina junto a su Reina. — Huele a rosas… — Es la fragancia que agreguĂ© en el agua tibia, es mi favorita~ — ÂżAcaso te preparaste el baño sola? — PreguntĂł Ă©l sorprendido. — Siii, no podĂa