El cuerpo sin vida que sostenĂa entre sus brazos estaba manchado de un rojo carmesĂ, sus elegantes ropas de prĂncipe del Reino de Gorian se encontraban hechas un desastre, pero la princesa Virginia no lo soltaba, abrazando con fuerza a ese joven hermano menor que perdiĂł para siempre esa tarde. Las lágrimas de la joven bañaban su rostro y su cuerpo tembloroso ante el dolor y golpe de emociones que sacudĂan su mente provocaban un sollozĂł desgarrador que provenĂa de lo más profundo de su corazĂłn. Lo habĂa perdido. El prĂncipe Leonardo Wiztan habĂa fallecido. Solo hace cinco meses atrás todo parecĂa ir bien y en calma. Solo hace cinco meses atrás Virginia Wiztan se acostumbraba al nuevo estilo de vida como Ăşnica mujer del Linaje Real Gorianito con vida, luego de la masacre en la guerra entre el Reino de Gorian y el vecino peligroso de Maita. ÂżQuiĂ©n imaginarĂa que el prĂncipe heredero Raynold Wiztan tomarĂa el trono a la fuerza acabando con la vida de su padre el Rey Jhon esa noche h
Solo una semana despuĂ©s, en horas de la noche. "ÂżPor quĂ©?""ÂżPor quĂ© ese hombre aceptĂł tan fácilmente que sea su esposa?""ÂżPor quĂ© me quiere convertir en la nueva Reina de Maita?""Apenas interactĂşe con Ă©l cuando estaba cautiva aquĂ en Maita y era obvio que me odiaba""Un momento… ÂżPodrĂa ser por eso? Él… ÂżQuiere hacerme daño? No… Este es un matrimonio polĂtico, en nada le beneficiaria matarme, mi hermano Raynold está cegado por poder y no me quiere en lo absoluto, pero… Tampoco le permitirá que me lastime, al menos eso quiero creer" Pensaba Virginia sentada en una elegante silla de una espaciosa habitaciĂłn. Tock, tock… Comenzaron a tocar la puerta. — ÂżYa se encuentra lista la princesa? — SĂ, en unos minutos saldremos, que comiencen la ceremonia. — DecĂa una de las mujeres que acompañaban a Virginia en ese salĂłn, preparando a la joven princesa de ahora diecinueve años para su boda.— ¡Luces preciosa! ¡Te ves mil veces más atractiva que la anterior Reina Cassandra cuando se casĂł
1: 00 am. — Ahora si, su majestad está lista para la noche de bodas. — DecĂa sonriente una de las mujeres mayores que atendĂan a Virginia. — La preparaciĂłn de una semana ha funcionado a la perfecciĂłn, su majestad la Reina, tiene una piel esplĂ©ndida, luce tan clara y suave como la de un reciĂ©n nacido. — Decia otra mujer que untaba una crema aromática de rosas en la piel de Virginia. Tiana quien tambiĂ©n estaba ahĂ por ser la guardiana oficial de Virginia, se le quedaba viendo fijamente y notĂł la incomodidad de su Reina. — Salgan todas ahora. — ExigiĂł la mujer pelirroja. Una vez quedaron solo Virginia y Tiana en el salĂłn de baño. — ÂżEstás bien? Luces algo pálida Vini. Virginia negĂł rápidamente con su cabeza. — Puedo hacerlo… — DecĂa con su voz temblorosa mientras aferraba sus manos al borde de la falda de su ligera bata larga color blanca. — El Rey Lance será bueno contigo, no te preocupes, no creo que quiera torturar a su nueva Reina la noche de bodas. — ¡Pero lo hizo durante
"ÂżPor quĂ© dijo que el BarĂłn Jones perdiĂł a toda su familia?""ÂżPor quĂ© habla como si ese hombre estuviera enamorado de mĂ?" "No creo que lo este… No puede… Es imposible" PensĂł Virginia mientras ese hombre ahora le quitaba la ligera bata blanca dejándola como Dios le trajo al mundo. — Hasta tu cuerpo es completamente corriente. — ComentĂł Lance de mala gana, tomando de la muñeca a Virginia y lanzándole bruscamente sobre la cama.Virginia quiĂ©n hacĂa su mejor esfuerzo por no lucir nerviosa y avergonzada, terminĂł fracasando en ello cuando ese hombre se comenzĂł a desvestirse frente a ella. "ÂżLo hará? Él… ¡Realmente piensa tomarme a la fuerza!…" PensĂł ella cayendo en cuenta que lo que vivĂa, era su realidad. Virginia reaccionĂł sentandose sobre la cama y cubriendo su cuerpo con una manta. — No lo hagas… — Suplico ella con su voz temblorosa.— ÂżEso es lo que realmente quieres? — PreguntĂł Lance cuando estaba por quitarse su pantalĂłn. — DeberĂas estar rogándome que continĂşe, ÂżTienes ide
Dos dĂas despuĂ©s. — Listo su majestad, ha sido todo por hoy, con su debido permiso me retiro. — DecĂa el profesor de Virginia, quien le daba lecciones de la historia y costumbres Maitanas. Una vez que la joven Reina saliĂł se encontrĂł con su amiga y soldado guarda espaldas, Tiana. — ÂżYa está en su tiempo libre mi Reina? — PreguntĂł la mujer pelirroja sonriente. — Oh vamos Tiana, ya te he dicho que no me llamaras asĂ cuando estamos solas, puedes decirme solo "Vini" como siempre. — Lo sĂ©, pero a veces es bueno decirte apropiadamente "su majestad" aĂşn más cuando estamos en pasillos tan abiertos como estos, en cualquier momento puede pasar alguien. — Comentaba Tiana preocupada. — Por cierto, escuchĂ© que habrĂa una fiesta está noche, hay gran movimiento en el salĂłn principal del palacio del Rey. — ÂżFiesta? Que extraño… Yo no sabĂa de nada. Normalmente ÂżEsas cosas no se me deben informar al menos una semanas antes? — Bueno… Es que su majestad no tiene ni siquiera siete dĂas de que se c
La hermosa concubina Abril, hija del duque Brown en el Reino de Maita, se encontraba sentada en una elegante silla en su jardĂn. Su cabello lacio, largo y de un hermoso rubio claro peinado perfectamente en una elegante trenza, ella lucĂa un radiante vestido de tonalidades blancas y melocotĂłn.Frente a Abril se encontraba la mesita adornada con flores de la estaciĂłn veraniega, las cuales sus bellos ojos verdes limĂłn veĂan fijamente. La fina taza de tĂ© con hermosos patrones de rosas amarillas frente a ella acompañada de un pequeño plato con algunos mini pastelillos de tonalidades alegres daban un ambiente animado en su hora de descanso. Abril extendiĂł su mano enguantada sosteniendo la taza y acercándola elegantemente frente a ella. — ÂżLo sabe ya? — PreguntĂł seriamente a una de sus damas de compañĂa y a la vez, su mejor amiga, Lady Chantelle. Chantelle Lorens era una mujer joven de cabello cor
Ante las palabras de Virginia, las mujeres en el salĂłn de vestir de la Reina, se comenzaron a ver las unas a las otras sin saber que opinar al respecto. — Entonces… — InterrumpiĂł Ă©l silencio incĂłmodo Tiana. — ÂżPor quĂ© no pruebas simplemente eligiendo lo que más te guste a ti? Virginia dejĂł de cubrir su rostro, mostrando sus ojos azules rojizos y llorosos a su amiga soldado. — ÂżLo que me gusta? — SĂ, no pienses en Ă©l, que hará o que usará, solo elige lo que tĂş quieras, ÂżCuál de todos esos hermosos atuendos quiere lucir esta noche? Recuerda que es la fiesta de compromiso de un BarĂłn celebrada en el castillo principal del Rey, un hombre que es al mismo tiempo comandante del ejĂ©rcito y mejor amigo de nuestro Rey, asĂ que debe ser algo elegante, con clase y que no sea tan glamuroso como para opacar a la prometida del BarĂłn. Virginia asintiĂł lentamente al comentario de Tiana, la hermosa Gorianita se puso de pi
Tap, tap~ El sonar de los tacones de la joven y hermosa Reina de solo diecinueve años, la Gorianita Virginia Wiztan se escuchaban por las largas escaleras que se dirigĂan a ese salĂłn bajo. Virginia posĂł sus hermosos ojos azules zafiros en el hombre que estaba esperando por ella acompañado de algunos soldados de escolta, como era habitual en Ă©l. Ella se sorprendiĂł. Ese atractivo Rey de cabello oscuro y penetrantes ojos dorados estaba vestido con un elegante traje a juego con el vestido de ella. Virginia que creyĂł que Ă©l aprovecharĂa esa oportunidad para dejarla en mal, al final… No lo hizo. Algo que le pareciĂł muy extraño. No lo habĂa visto ni habĂa sabido nada de Ă©l en dos dĂas. DespuĂ©s de la peor noche en toda su vida, esa en la que fue tomada a la fuerza y ese hombre le arrebatĂł su pureza volviĂ©ndola su mujer. Ella finalmente terminĂł de bajar