1: 00 am. — Ahora si, su majestad está lista para la noche de bodas. — Decía sonriente una de las mujeres mayores que atendían a Virginia. — La preparación de una semana ha funcionado a la perfección, su majestad la Reina, tiene una piel espléndida, luce tan clara y suave como la de un recién nacido. — Decia otra mujer que untaba una crema aromática de rosas en la piel de Virginia. Tiana quien también estaba ahí por ser la guardiana oficial de Virginia, se le quedaba viendo fijamente y notó la incomodidad de su Reina. — Salgan todas ahora. — Exigió la mujer pelirroja. Una vez quedaron solo Virginia y Tiana en el salón de baño. — ¿Estás bien? Luces algo pálida Vini. Virginia negó rápidamente con su cabeza. — Puedo hacerlo… — Decía con su voz temblorosa mientras aferraba sus manos al borde de la falda de su ligera bata larga color blanca. — El Rey Lance será bueno contigo, no te preocupes, no creo que quiera torturar a su nueva Reina la noche de bodas. — ¡Pero lo hizo durante
"¿Por qué dijo que el Barón Jones perdió a toda su familia?""¿Por qué habla como si ese hombre estuviera enamorado de mí?" "No creo que lo este… No puede… Es imposible" Pensó Virginia mientras ese hombre ahora le quitaba la ligera bata blanca dejándola como Dios le trajo al mundo. — Hasta tu cuerpo es completamente corriente. — Comentó Lance de mala gana, tomando de la muñeca a Virginia y lanzándole bruscamente sobre la cama.Virginia quién hacía su mejor esfuerzo por no lucir nerviosa y avergonzada, terminó fracasando en ello cuando ese hombre se comenzó a desvestirse frente a ella. "¿Lo hará? Él… ¡Realmente piensa tomarme a la fuerza!…" Pensó ella cayendo en cuenta que lo que vivía, era su realidad. Virginia reaccionó sentandose sobre la cama y cubriendo su cuerpo con una manta. — No lo hagas… — Suplico ella con su voz temblorosa.— ¿Eso es lo que realmente quieres? — Preguntó Lance cuando estaba por quitarse su pantalón. — Deberías estar rogándome que continúe, ¿Tienes ide
Dos días después. — Listo su majestad, ha sido todo por hoy, con su debido permiso me retiro. — Decía el profesor de Virginia, quien le daba lecciones de la historia y costumbres Maitanas. Una vez que la joven Reina salió se encontró con su amiga y soldado guarda espaldas, Tiana. — ¿Ya está en su tiempo libre mi Reina? — Preguntó la mujer pelirroja sonriente. — Oh vamos Tiana, ya te he dicho que no me llamaras así cuando estamos solas, puedes decirme solo "Vini" como siempre. — Lo sé, pero a veces es bueno decirte apropiadamente "su majestad" aún más cuando estamos en pasillos tan abiertos como estos, en cualquier momento puede pasar alguien. — Comentaba Tiana preocupada. — Por cierto, escuché que habría una fiesta está noche, hay gran movimiento en el salón principal del palacio del Rey. — ¿Fiesta? Que extraño… Yo no sabía de nada. Normalmente ¿Esas cosas no se me deben informar al menos una semanas antes? — Bueno… Es que su majestad no tiene ni siquiera siete días de que se c
La hermosa concubina Abril, hija del duque Brown en el Reino de Maita, se encontraba sentada en una elegante silla en su jardín. Su cabello lacio, largo y de un hermoso rubio claro peinado perfectamente en una elegante trenza, ella lucía un radiante vestido de tonalidades blancas y melocotón.Frente a Abril se encontraba la mesita adornada con flores de la estación veraniega, las cuales sus bellos ojos verdes limón veían fijamente. La fina taza de té con hermosos patrones de rosas amarillas frente a ella acompañada de un pequeño plato con algunos mini pastelillos de tonalidades alegres daban un ambiente animado en su hora de descanso. Abril extendió su mano enguantada sosteniendo la taza y acercándola elegantemente frente a ella. — ¿Lo sabe ya? — Preguntó seriamente a una de sus damas de compañía y a la vez, su mejor amiga, Lady Chantelle. Chantelle Lorens era una mujer joven de cabello cor
Ante las palabras de Virginia, las mujeres en el salón de vestir de la Reina, se comenzaron a ver las unas a las otras sin saber que opinar al respecto. — Entonces… — Interrumpió él silencio incómodo Tiana. — ¿Por qué no pruebas simplemente eligiendo lo que más te guste a ti? Virginia dejó de cubrir su rostro, mostrando sus ojos azules rojizos y llorosos a su amiga soldado. — ¿Lo que me gusta? — Sí, no pienses en él, que hará o que usará, solo elige lo que tú quieras, ¿Cuál de todos esos hermosos atuendos quiere lucir esta noche? Recuerda que es la fiesta de compromiso de un Barón celebrada en el castillo principal del Rey, un hombre que es al mismo tiempo comandante del ejército y mejor amigo de nuestro Rey, así que debe ser algo elegante, con clase y que no sea tan glamuroso como para opacar a la prometida del Barón. Virginia asintió lentamente al comentario de Tiana, la hermosa Gorianita se puso de pi
Tap, tap~ El sonar de los tacones de la joven y hermosa Reina de solo diecinueve años, la Gorianita Virginia Wiztan se escuchaban por las largas escaleras que se dirigían a ese salón bajo. Virginia posó sus hermosos ojos azules zafiros en el hombre que estaba esperando por ella acompañado de algunos soldados de escolta, como era habitual en él. Ella se sorprendió. Ese atractivo Rey de cabello oscuro y penetrantes ojos dorados estaba vestido con un elegante traje a juego con el vestido de ella. Virginia que creyó que él aprovecharía esa oportunidad para dejarla en mal, al final… No lo hizo. Algo que le pareció muy extraño. No lo había visto ni había sabido nada de él en dos días. Después de la peor noche en toda su vida, esa en la que fue tomada a la fuerza y ese hombre le arrebató su pureza volviéndola su mujer. Ella finalmente terminó de bajar
Cabello oscuro largo y atado con una cola que llevaba cayendo del lado de su hombro izquierdo, ojos finos y cafés claros, traje impecable de un tono blanco con café oscuro y un poco de rojo. El Márquez Sebastián Forsten pedía un baile con la Reina extranjera, Virginia Wiztan. Atónita. Virginia no sabía que decir o cómo reaccionar, ella volvió a ver hacia el Rey Maitano y a la vez su esposo. Lance Lamparth asintió lentamente una única vez con su cabeza y desvío su mirada de Virginia nuevamente a los invitados del evento. Virginia tragó en seco y seguidamente extendió su mano aceptando la petición de ese Márquez de Maita. Cada paso que ella daba hacia el salón de baile siendo escoltada del brazo por ese apuesto hombre de treinta y dos años, estaban llenos de nerviosismo. ¡Ella estaba pálida! Virginia creía que se iba a desmayar… Ese hombre no era cualquiera.
Virginia no podía creerlo, ahora ella se encontraba de pie entre los brazos de ese Barón recién comprometido. — Virginia… Lo siento, realmente lo siento mucho, todo esto, todo lo que estás viviendo ha sido mi culpa… Aunque te pida perdón mil veces sé que no borrará lo que ya has tenido que vivir. — Se disculpaba el Barón con una sincera expresión de arrepentimiento. Virginia que había estado en shock hasta ese instante le empujó con fuerza causando que el Barón se desestabilice y la suelte. Ella terminó cayendo sentada en el césped. Él rápidamente se acercó con intenciones de volver a levantarla. — ¡NO! — Gritó Virginia temblorosa. — ¡No me toques! ¡No me pongas ni un dedo encima! Tú… ¡Estás comprometido! Eres feliz con esa señorita y ella parecía ser alguien dulce, pura e inocente, alguien tierna con la que seguramente tendrás una vida muy feliz… Así que no… No te quiero cerca de mí nunca más.