Su Inocencia Es Mía

Eir se arrepintió de beber mucho en cuanto se puso en pie para ir al baño, absolutamente todo a su alrededor le dio vueltas, ella está tan ebria que mira doble. Corriendo a como pudo, llegó al baño donde devolvió todo lo que se había comido, ella estaba realmente borracha y no sabía como controlarlo.

―Dios. ―Susurró aferrada a las paredes del cubículo en el que está metida. ―Esto está mal. ―Susurró sonriendo por el efecto del alcohol. ―Eres una tonta, Eir… debiste decir que no y que se j0da tu jefe. ―Sin borrar la sonrisa salió del baño para lavarse la boca, al terminar, sujetándose de cualquier cosa, más de la pared, logró salir de los aseos.

―¿Estás bien? ―Eir miró al hombre y al reconocerlo sonrió un poco más.

―Sí… superbién. ―Dijo dejando evidente su borrachera.

―Oh, vaya, creo que no estás tan bien como dices. ―Dijo al sostenerla. ―Una hermosa chica como tú debería estar siempre acompañada, ¿No lo crees? ―El colega de Vidar aprovechó que todo estaba solo y la metió al baño. ―Deberías refrescarte un poco antes de salir. ―La miró a los ojos. ―O sudar todo el alcohol que te has bebido. ―Eir intentó alejarlo.

―Pienso que debemos irnos. ―Ella pensó que lo había dicho claro, pero su lengua se enredó en la primera frase.

―Vamos, no seas así conmigo. ―El hombre la pegó más a su cuerpo. ―Prometo que al terminar de aquí te sentirás mejor.

―Por favor. ―Dijo ella reaccionando de manera inconsciente a los estímulos que el hombre le estaba dando. ―No debería… ―El beso le calló la boca, Eir se vio contra la fría pared y el hombre tocándola de manera desesperada y poca apropiada, ella sintió las alarmas del pánico encenderse e hizo caso, trató de empujarlo con todas sus fuerzas, pero no logró moverlo ni un centímetro.

―Ven aquí. ―La tomó por el pelo y la puso de cara contra el lavado. ―Nadie notará nuestra ausencia, deberíamos aprovechar de esto. ―Sonriendo inició a alzarle el vestido. ―Tu mirada me lo dijo todo, justo cuando te levantaste me miraste, eso fue una clara invitación, no tienes que fingir conmigo. ―Besó su cuello. ―Eres realmente una hermosura. ―Eir abría y cerraba los ojos para tratar de espabilar, ella quería reaccionar, pero los estímulos que el hombre le estaba dando despertó su cuerpo aun cuando ella se negaba a ello.

―Por favor. ―Dijo con más determinación. ―No. ―El hombre no la escuchó, esos gemidos y jadeos dicen otra cosa, ella lo está pidiendo a gritos y él hará lo que se imaginó haciéndole desde que la vio llegar.

Vidar apretó la mandíbula, ella ni siquiera se negó a beber alcohol, ¿Desde cuándo ella bebía? Se preguntó furioso. Cada atención que tenían sus colegas con ella fue bien recibida, ella parecía estar encantada con todas las atenciones y no tuvo ni un poco de pudor al momento de embriagarse como una mujer cualquiera.

Sonándose los dedos de las manos debido a la furia, Vidar no pudo quedarse más ahí, su colega se levantó poco después de Eir y todavía no había llegado. Tras disculparse para también ir al baño, se dirigió a los aseos y frunció el ceño al escuchar el ruido proveniente del aseo de los hombres.

Sin pensárselo le dio tal patada a la puerta que la abrió sin problemas y al entrar su corazón inició a latir furioso en su pecho y su lobo se enloqueció. Ese bastard0 está aferrado a Eir aun cuando ella intenta desesperadamente quitárselo de encima.

Vidar pareció perder la razón, él no pensaba, sentía o escuchaba, tomó a su colega y lo estampó contra la pared, pero no quería solo eso, él lo tomó por la camisa y comenzó a golpearlo sin medir su fuerza, pronto la sangre estaba salpicando por todos lados.

―Granberg. ―El hombre que no tuvo oportunidad de defenderse debido a la fuerza bruta de Vidar, le imploró. ―No más. ―Pidió nuevamente. ―Por favor… ―Vidar al sentir las pequeñas, temblorosas y frías manos de Eir rodear la suya, se detuvo.

―Quiero irme. ―Le pidió tambaleándose.

―Olvídate de que serás mi socio. ―Lo miró con odi0. ―Y prepárate para ser destruido. ―Al hombre poco le importó que su vida sería arruinada, él quería un hospital antes de que muriera debido a las heridas.

―Granberg…

―No negociaré con ustedes. ―Dijo sin detenerse. ―Olvídense de ser mis socios. ―Los hombres lo miraron incrédulos, ¿Qué es lo que estaba pasando? Se preguntaron sin comprender nada. ―Sube al auto, Eir. ―Ella lo miró a los ojos con una sonrisa, es primera vez que le dice su nombre desde que se reencontraron.

―Suena tan sexy en tu boca. ―Sonrió un poco más. ―Me gusta siempre que dices mi nombre. ―Vidar gruñó, ella ni siquiera es consiente del peligro que acabó de pasar. ¿Acaso no puede procesar que por poco abusan de ella?

―No estoy para bromas, sube al auto. ―Ordenó una vez más. ―Eir, por favor. ―Maldij0 yendo tras de ella. ―¿A dónde crees que vas? ―Le preguntó tomándola por el brazo para detenerla.

―A mi casa. ―Respondió como si nada. ―Me 0dias… tú me detest4s. ―Hipó. ―Así que me voy. ―Vidar le dio toda la razón, pero sabedor de que no puede dejarla por ahí, aunque eso es lo que quiere, la tomó en brazos y la montó al auto.

―Por mucho que quiera que sufras. ―Dijo arrancando el auto. ―Quiero que ese sufrimiento sea por y para mí. ―Eir lo miró, ella no entendía nada de lo que él decía, lo único que veía ella es a ese hombre del que está totalmente enamorada.

―Lobis. ―Vidar se tensó al escuchar aquello, es así como ella lo llamaba cuando estaban juntos. ―Te deseo. ―Esas palabras fueron tortura para Vidar, él no quiere nada que ver con ella, eso nunca.

No había conocido a una mujer más enloquecida que la que lleva en brazos, no paró de tocarlo e insinuarse en todo el camino y él ya no podía con las ganas, su polla está realmente dura y palpita cada vez que esa mujer lo acaricia o dice cuanto lo desea.

―Date una ducha fría y métete a la cama, mañana debes ir al trabajo. ―Vidar intentó marcharse, él se esforzó por no sucumbir a sus instintos, pero ella no estaba dispuesta.

―Eres un lobo endemoniado y me haces sufrir tanto que… ―No pudo seguir, ese beso que ella había estado esperando desde hace tiempo finalmente llegó y para su completo placer, su cuerpo despertó de una manera sofocante.

Ella ya no tiene el control de su cuerpo, ella ahora le pertenece totalmente a él y está dispuesta a dejarse hacer todo lo que él quiera. Los pensamientos de Vidar se nublaron por completo, tenerla desnuda sobre la cama y lista para él fue el fin de su sensatez.

Ver ese cuerpo por el que antes mataba, mirar esos ojos que lo llenaban de amor y escuchar esa voz que era su calma, le dejó en claro que no podía retirarse, él deseaba a esa mujer y la tendría, esa sería parte de su venganza.

―Vidar. ―Eir gimió al sentir su lengua acariciar sus pechos. ―Mmmm. ―Gimió con los ojos cerrados, ella no había estado con ningún hombre, ella es pura porque el día que se entregaría al amor de su vida lo rechazó.

―Mierd4. ―Vidar cerró los ojos con fuerza, su olor si bien no es tan puro como cuando estaban unidos, es realmente embriagador para él. ―Eir. ―Gruñó por las caricias que esa mujer le está dando, parecen pequeñas torturas que se hacen cada vez más necesarias para él.

―Vidar. ―Lo miró a los ojos. ―Soy virgen. ―Dijo justo al tiempo que él se hundió de un empellón en ella.

El grito de Eir fue acompañado por el gruñido de Vidar, su polla dolió al meterse con tanta brusquedad y el olor a sangre llegaron a sus fosas nasales casi de inmediato. Él se retiró y al ver que no era mucha, respiró hondo, no podría seguir si la lastima.

Eir gimió nuevamente al sentirse tan llena, su cuerpo está ardiendo como si se quemara desde adentro y ella no lo entendía, todo su cuerpo vibra por las tantas sensaciones que siente con cada empellón que Vidar le da.

Él por su parte no podía dejar de gemir como un niño, es primera vez que siente tanto placer, no sabe si es por saber que le arrebató su inocencia, no entiende si es por la venganza que seguramente será esa noche o por saber que la pudo tener sin esfuerzo alguno, pero se siente demasiado bien follársela.

―J0der. ―Vidar cayó a un lado de la cama, no había follado tanto desde nunca, las humanas si bien le dan placer no son como ella. ―Ya no tienes a tu loba. ―Dijo al verla en ese estado, ella ha quedado igual que las humanas y peor porque él no pudo contenerse. ―Bueno, no es como que me importara tu vida. ―Una vez se recuperó se apresuró a vestirse para marcharse de ese lugar, no piensa despertar con ella a su lado, ya obtuvo lo que quiso.

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