Eir se arrepintió de beber mucho en cuanto se puso en pie para ir al baño, absolutamente todo a su alrededor le dio vueltas, ella está tan ebria que mira doble. Corriendo a como pudo, llegó al baño donde devolvió todo lo que se había comido, ella estaba realmente borracha y no sabía como controlarlo. ―Dios. ―Susurró aferrada a las paredes del cubículo en el que está metida. ―Esto está mal. ―Susurró sonriendo por el efecto del alcohol. ―Eres una tonta, Eir… debiste decir que no y que se j0da tu jefe. ―Sin borrar la sonrisa salió del baño para lavarse la boca, al terminar, sujetándose de cualquier cosa, más de la pared, logró salir de los aseos. ―¿Estás bien? ―Eir miró al hombre y al reconocerlo sonrió un poco más. ―Sí… superbién. ―Dijo dejando evidente su borrachera. ―Oh, vaya, creo que no estás tan bien como dices. ―Dijo al sostenerla. ―Una hermosa chica como tú debería estar siempre acompañada, ¿No lo crees? ―El colega de Vidar aprovechó que todo estaba solo y la metió al baño. ―
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