Me quedo con la boca abierta, no puedo evitar la sorpresa ante esa verdad y cuando la miro de nuevo, ella me extiende la libreta del doctor con una enorme sonrisa que, a pesar de la situación tan oscura que ha vivido, me hace sentir… diferente.
Tomo la libreta y noto la hermosa caligrafía, comienzo a leer en voz alta y sonrío.
—«Muchas gracias por haberme salvado, espero que ese hombre no te hiciera daño. Lamento no poder recompensarte, porque no tengo dinero, pero soy una excelente dibujante y puedo hacer un cuadro para ti, mi nombre es Lily y este es mi número…» —levanto la mirada para fijarme en ella, mantiene aquella sonrisa iluminadora y mi ser se vuelve un hielo al sol.
«No es necesario, Lily. Mi nombre es Jake Huxley y fue un placer ayudarte. Si me permites, saldré un momento para hablar con el doctor —ella asiente y se aleja con el médico—. Dígame una cosa, ¿sólo es muda? Porque siempre creí que la falta de habla se asocia a la sordera.
—Ella no nació así y no siempre se da esa condición que usted menciona. Según lo que leí en su expediente, ella quedó así después de un accidente, pero no ahondé más —de pronto aparece un hombre mayor que corre hacia ella y la abraza con fuerza, asumo que es su abuelo.
Veo cómo los dos se comunican en absoluto silencio, sólo por lenguaje de señas. De pronto, veo la expresión de Lily algo contrariada, baja la cabeza y asiente, el hombre se gira para hablar con el doctor poniéndose al tanto de la condición de Lily mientras que yo me alejo, pero no lo suficiente para no oír lo que hablan.
—Me temo que eso tendrá que verlo con la administración, yo sólo la atendí, no sabía que no podían pagar…
—Gracias, de todas maneras, es mejor saber que está bien… —siento un nudo en el estómago y sé que debo hacer algo. Me acerca al hombre y le extiendo la mano.
—Buenas tardes, señor…
—Oliver Smith.
—Mi nombre es Jake, yo ayudé a Lily, no sabía a dónde llevarla, pero no se preocupe por el pago, yo lo haré.
—No es necesario, joven, yo puedo solucionarlo…
—Por favor, no se niegue a la ayuda, en verdad quiero hacerlo. Su nieta tiene algo que lo motiva a uno a hacer cosas buenas por los demás —el anciano sonríe y asiente algo reticente.
—Eso no se lo niego.
Minutos después Lily es dada de alta, yo salgo para pagar la cuenta y salimos del hospital, afuera Will tiene el auto listo, pero noto que Lily y su abuelo se van por otro lado, así que los llamo.
—Por favor, yo los llevaré a casa.
—No es necesario, señor, iremos en autobús —pero Lily le hace las señas de algo y el hombre suspira—. Sabes que no me gusta abusar, Lily.
—No es abuso —respondo yo y le abro la puerta delantera al hombre con una sonrisa—, sólo déjeme terminar esto como se debe. Vamos, no se arriesguen a que algo les pase.
El anciano asiente y se suben al auto. Lily se sube atrás conmigo, Will le pide la dirección y la introduce en el GPS del auto antes de partir. Quisiera tanto entablar una conversación con ella, ¡por Dios que me muero por hacerlo! Pero ¿cómo?
Will va con precaución, a esta hora hay más tráfico y algunos se saltan las señaléticas si se les pega la gana. Y justo lo que sé teme mi amigo, nos pasa.
Un Bugatti azul se pasa un «alto», frena a tiempo y el instinto protector me hace rodear a Lily para que no se golpee con el asiento delantero. Aunque van con el cinturón, eso es lo que una fuerza extraña me demanda y es inevitable quedar frente a ella, a escasos centímetros de esa boca roja que me invita a probarla. Los ojos asustados de Lily pronto se ven rodeados por ese rostro sonrojado que se me está haciendo un vicio y le digo con voz calmada y ronca.
—¿Estás bien? —ella asiente y yo no me quiere apartar, porque esa calidez que emana del cuerpo de Lily me ha llegado hasta el corazón.
Lily Smith
Mi corazón se desboca de una manera impresionante, casi puedo sentir cómo late acelerado en mi pecho, pero no es por la colisión que estuvimos a punto de sufrir, sino por esa cercanía repentina con Jake. Su aliento mentolado y esa voz ronca hace que mi cuerpo se estremezca, y al momento en que se aleja lentamente, noto como si le costara hacerlo.
—¿Todos bien allá atrás? —pregunta el señor Will molesto.
—Sí, logré sostener a Lily antes de que se golpeara con el asiento —dice Jake sin dejar de mirarme con una expresión que me hace sentir extraña.
—Bien… —señala su amigo—, sigamos entonces, a ver si no nos sale otro idiota.
Jake me toma la mano mientras esta me tiembla, son demasiadas emociones que procesar, lo veo con los ojos abiertos porque eso es algo que nunca un chico se atrevió a hacer, pero esa sonrisa que esbozan sus labios calma y lo veo fijar la vista al frente atento al camino.
Luego de cuarenta minutos, llegamos a casa, Jake se apresura a bajar y me abre la puerta, siento que soy algo así como una princesa y no puedo evitar sonreír. Mi abuelo se apresura en llegar a la entrada de nuestra casa. Su amigo abre la cajuela del auto y me entrega mis cosas, lo que me hace acumular las lágrimas al saber de lo cerca que estuve de que me hicieran daño, y Jake nuevamente me toma las manos para reconfortarme.
—¿Está todo? —reviso rápidamente, pero cuando me doy cuenta de que la cadena no está, niega con una tristeza que no puedo evitar sentir.
—¡Oh, lo siento! —dice Will de pronto, metiendo su mano en el bolsillo de su abrigo y saca la cadena—. Esto también estaba allí, supuse que es tuyo —no puedo evitar mi expresión de felicidad y veo sonreír a los dos hombres que me miran atentos revisar la joya.
Me doy cuenta de que el seguro no está, pero eso es mejor que haberla perdido. Sin embargo, Jake me extiende la mano y dice con amabilidad.
—Tengo un amigo que puede repararla, si me la das puedo dártela en un par de días —niego con una sonrisa porque no quiero abusar más de él, pero—. Por favor, déjame hacerlo… así puedo verte de nuevo.
Se la doy y la guarda en su bolsillo. Siento que esto es uno de esos cuentos en donde la chica insignificante, invisible, se encuentra con su príncipe azul y todo se vuelve mejor cuando me dice con esa voz que me sobrecoge.
—Tengo tu número, te escribiré para ponernos de acuerdo cuándo nos podemos ver y dónde. Descansa, Lily.
Y, por una razón que no logro entender, lo abrazo con fuerza.
Tengo tantos años sintiendo que la vida y las personas se han ensañado conmigo, que conocer a Jake me hace sentir una esperanza que hace mucho no era capaz de alcanzar. Él me rodea con sus brazos, siento cómo apoya su mejilla en mi cabeza y eso me hace sentir más especial aún.
—Nos vemos, preciosa —me dice bajito, besa mi cabeza y nos separamos. Jake se mete en la parte delantera del auto y agita su mano mientras se despide de mí.
«¡¡Me dijo preciosa!!», eso sólo puede significar que le gusto, o tal vez sólo quiso ser amable, pero definitivamente es mejor de lo que cualquier hombre me ha hecho sentir.
Camino a la casa, en donde me encuentro a mi abuelo con las manos en la cintura y comenzamos una discusión silenciosa acerca de no abusar de la gente, de no abrazar hombres extraños, mientras que yo le recuerdo el ser agradecidos por las cosas que llegan, porque la fortuna no es algo que nos abunde.
Me duermo extasiada, a pesar de la mala experiencia, conocer a Jake es lo mejor que me ha pasado.
Me despierto de buen ánimo, me despido de mi abuelo y llego veinte minutos antes a mi trabajo, tratando de pasar por alto lo ocurrido el día anterior. Mi trabajo es sencillo, debo ayudar a tener todo limpio, preparar sándwiches tras la mampara y otras cosas que no requieren que hable, sólo debo oír y hacer.
Tras cuatro horas de trabajo ininterrumpido, mi supervisora se acerca, me felicita y me dice que puedo ir a descansar al comedor de empleados. Dejo mi delantal colgado y me voy a comer, pero un mensaje de un número desconocido entra y sonrío al ver que es de Jake.
Recibido de Jake: «Por la tarde tendré tu cadena lista, ¿dónde nos vemos?»
Enviado a Jake: «Estoy en mi nuevo trabajo, salgo a las 5pm. Te envío la dirección.»
Me envía un «OK» y me dispongo a comer más feliz, porque hoy lo veré otra vez y mi corazón salta de emoción por eso.
Jake Huxley
Frunzo el ceño, preguntándome en qué puede trabajar Lily, si no puede hablar. De pronto, siento una inmensa barrera con ella, porque no sé cómo comunicarme y, sin darme cuenta, termino buscando un curso de lenguaje de señas.
Will entra a la oficina sin que me percate hasta que me giro y lo veo mirando la pantalla con las cejas levantadas.
—Veo que la muchacha lo impactó, señor Huxley.
—No te puedo mentir… ella me gusta.
—¿Y sabes que eso sólo la pone en peligro? Tú no eres un hombre sencillo, Jake. Además de las amenazas que están sobre ti por ser uno de los herederos más importantes de Inglaterra fuera de la corona, está tu madre, que detesta a todos los que no somos de su clase.
—Lo sé… pero si tuviera que renunciar a todo por estar con una mujer como ella, sabes que lo haría. Y Lily tiene algo especial, algo que no puedo pasar por alto.
—Sólo ten cuidado. Puedes mantener el perfil bajo la mayor parte del tiempo, pero sabes que eso no durará mucho… por cierto, tu madre no ha dejado de insultarme porque no paso la llamada, así que mejor le pones bozal o la mando a desvenar habas.
Me río, porque sé que mi amigo es demasiado correcto para hacer algo así, pero también es cierto que mi madre supera a cualquiera.
Ruego que el tiempo se pase rápido, a mis veintiocho años son pocas las mujeres que me han cautivado para algo más que una cena, no se diga ya para una relación, porque me he dedicado a fortalecer el negocio familiar. Siempre he sabido que debo sentar cabeza, pero el tener a una mujer vacía chupándome todo como sanguijuela y proveniente de la alta sociedad, no es algo que particularmente me emocione.
—Pero ella es diferente —me digo con una sonrisa idiota.
Se llega la hora y salgo de la oficina sin decirle nada a nadie, con que Will lo sepa, el resto no me interesa. Me dirijo a la cafetería en donde trabaja Lily y al llegar veo cómo una mujer la despide con un abrazo, para luego agitar las manos. Lily camina con esa sonrisa que me calienta el corazón y cuando sus ojos me ven, siento cada vez que voy por el lugar correcto.
Camino hacia ella con seguridad, me dice hola con la mano y le entrego la cadena como nueva, la mira con sus ojitos emocionados y luego me abraza a modo de agradecimiento, pero no dura mucho. Baja la cremallera de su abrigo para colocarse la cadena, pero se la quito para hacerlo yo.
—Listo, ya está donde pertenece —ella la mira y sonríe una vez más—. Te llevo a casa, vamos.
Le abro la puerta, ella se ve algo contrariada, pero después de unos segundos sube. Una fina llovizna comienza a caer y conduzco con precaución. Me muero por preguntarle cosas, pero tendría que mirarla para conocer sus respuestas y eso me pone ansioso.
Al llegar a su casa, bajo para abrirle la puerta, camino a su lado para dejarla justo en la puerta, pero el pavimento resbaladizo juega una mala pasada, veo en cámara lenta cómo va a caer, pero la sostengo entre mis brazos y nos quedamos muy cerca otra vez, como la tarde anterior.
Vuelve a sonrojarse, sus labios están entreabiertos por el susto, su respiración algo agitada y termino de salvar esa distancia, pensando que estoy cediendo a una tentación injustificada, pero sólo me encuentro la gloria en sus labios.
Lily SmithJamás me besaron y para ser honesta, nunca creí que alguna vez alguien lo hiciera. Mis manos van a su cuello, sus brazos me rodean aún con fuerza y nuestras bocas se mantienen unidas como si esto fuese lo más normal. Cualquiera que nos vea pensará que somos novios, cuando en realidad somos dos desconocidos.Mi corazón de nuevo se descontrola, siento que este hombre me va a provocar una afección cardiaca, pero es algo que con gusto viviría si él se queda a mi lado.Está mal.Sentir esto tan intenso, y tan rápido, por alguien que a penas conozco hace menos de veinticuatro horas, pero no puedo tampoco evitarlo.No sé si es el sentirme protegida en su compañía, saber que nada me pasará, porque me ha salvado ya tres veces y, aunque resbalar en la entrada de mi casa no es algo tan terrible como el asalto o el casi choque, eso me hace sentir en las nubes.Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos y él me dice con esa voz que me hace temblar.—Te podría decir que lo siento, pero
Lily SmithCuando el señor Huxley está contándome una anécdota del golf, llega al comedor una pareja joven, la mujer es muy parecida a Jake, sólo que sus ojos son marrones. El hombre es muy guapo, pero no tanto como Jake, por supuesto y sigo sin poder creer que me pidiera ser su novia.¡Estoy flotando!—¡Hermanito! —dice ella corriendo hacia Jake y abrazándolo con fuerza.—¿Cómo estuvo tu luna de miel?—¡Perfecta! —veo que se fija en mí y su mirada es de curiosidad—. ¿Y ella? ¡Oh, por Dios! ¡¿Tienes novia?! —se acerca a mí, me pongo de pie y a saludo con la mano.—Te presento a mi novia, Lily Smith.—¿De los Smith de Glasgow? —me sonrío por su pregunta, ella quiere saber si soy de alta cuna y no tiene idea de que mis padres me adoptaron a los dos años. Niego con educación y ella insiste—. ¡Oh, entonces los Smith de Oxford!—Lily, ella no es de una familia importante —su hermana se asombra, pero no me mira con desdén como su madre—. Lily, ella es mi hermanita Charlotte y él es su espos
Lily SmithTomo mi ropa, me visto todo lo rápido que puedo y salgo del departamento de Jake, le envío un mensaje para decirle en dónde estaré y luego de eso no me fijo más en mi teléfono. Ahora lo único que deseo es llegar con mi abuelo, saber qué le pasó y rogar para que no sea tan grave, porque si me falta, no sé que pasaría conmigo.Tomo un taxi y quince minutos después estoy preguntando por él, escribiendo desesperada en un papel en blanco, ¡Dios, todos deberían saber lenguaje de señas! Una enfermera me indica a dónde debo ir, corro como si la vida se me fuera en ello y cuando finalmente llego con el doctor, le muestro una nota con letra enorme para que no me ignore y me lleva a una camilla en donde está mi abuelo.—Está consciente —a pesar de eso corro hacia él para abrazarlo y él me regresa ese gesto con ternura—, sólo tiene un esguince en el tobillo, que no le dejará moverse mucho por un par de semanas. No tiene golpes en la cabeza, nada que lo comprometa a nivel vital, en unos
Lily SmithAbro los ojos lentamente dándome cuenta de que estoy en una especie de consulta médica, siento un dolor de cabeza terrible, intento llevar mis manos a ella, pero no puedo. Levanto la mirada y me doy cuenta de que estoy esposa a la camilla, el recuerdo de lo que me ha ocurrido se me viene a la mente y unas fuertes arcadas me atacan, como puedo me giro a un lado para no ahogarme con mi propio vómito.Una persona se acerca rápidamente a mí para ayudarme, coloca un papelero para que expulse de mi cuerpo sólo bilis y aire, es una mujer de rasgos severos que pronto comienza a gritar.—¡Oficial O’Rally! ¡¡Venga ahora mismo a soltar al menos una mano de la señorita!!—¡Es una detenida! —dice el hombre exaltado y mirándome con desprecio—. ¡Se robó un anillo de la madre de su novio sólo porque esta se negó a darle dinero…!—¡¡Me importa un cuerno!! Sabe perfectamente que eso no tiene nada que ver conmigo, yo estoy aquí para cuidar de las personas que llegan mal.—Pero ella se ve bast
Lily SmithLa celda es pequeña para cuatro personas, pero ya que estoy en la cárcel no me puedo quejar. Sólo una de mis compañeras parece tenerme algo de consideración por el embarazo y suele cuidarme, porque en más de una semana que llevo aquí, las otras no tienen la intención de dejarme en paz.Y hoy, en particular, están bastante odiosas.—La princesita Lily se siente muy segura —sisea una cuando me ve pasar por su lado para entrar a recostarme un poco, las náuseas son demasiado fuertes y la escasez de comida y tranquilidad, no ayudan demasiado—. Se cree mucho porque está preñada.—Las niñas lindas como ellas creen que un crío en las entrañas las vuelve frágiles, que todos deben tenerle consideraciones…Dejo de oír lo que dicen, porque no veo para qué prestarles atención. Quisiera tanto responderles, contarles lo que me pasó, pero aquí no hay nadie que me ayude a explicar mi verdad. Me duermo débil, pensando en descansar y dejar atrás un momento mi cruel realidad.Los días siguen p
Jake HuxleyAbro los ojos con dificultad, una luz tenue rodea el lugar y no puedo reconocer donde estoy. Quiero moverme, pero el cuerpo me pesa y soy incapaz de levantar alguna parte de mí. De pronto, unas manos me tocan, enfoco mejor y veo a Will, quien tiene un corte en la ceja y poco a poco todo va llegando a mi mente.La manera en que unos hombres encapuchados nos emboscaron de camino a la construcción de una planta de energía cerca de una comunidad sin electricidad y nos secuestraron, nos llevaron a una isla alejada de las demás y luego llegó un grupo de rescate, pero a mí me golpearon la cabeza mientras escapaba y desde entonces no sé nada más. Will llama a alguien, se acerca a mí y me sonríe con lágrimas en los ojos.—Regresaste, desgraciado… nos hiciste pasar un susto horrible —intento hablar, pero mi garganta está seca y me duele—. Tranquilo, el doctor ya viene… lo que importa es que estás de regreso.Un médico llega para atenderme, se ve amable, pero su cuerpo es como el de
Samara RogersEstoy en una tienda de ropa exclusiva en la ciudad de Swansea, aquí he venido a esconderme de mi familia, la que no deja de molestarme para que me case con un hombre rico, y eso no me molesta, pero si voy a taparme de dinero, al menos que sea uno joven y guapo, no un viejo enfermo, grosero y feo.Encuentro un vestido precioso que me encanta, es negro con detalles dorados y sé que se me verá espectacular en algún casino de Las Vegas, que es donde pretendo escapar para encontrarme el hombre ideal, ese que me dará una vida de lujos, poder y sin tener que sufrir por acostarme con él.Pago en efectivo, para que no me rastreen y salgo feliz con mi compra, miro a todos lados con una sonrisa, el día está hermoso y perfecto para un helado. Camino un par de cuadras a una heladería discreta, pero no llego a ella porque alguien me coloca un paño con un olor extraño y pierdo el conocimiento.La inconsciencia poco a poco me va dejando, intento moverme, pero estoy atada de pies y manos
Jake Huxley¡Dios, siento que voy a volverme loco!¿Cómo es posible que la mujer frente a mí sea idéntica a mi Lily, pero sus besos no?Es que lo poco que la he tocado, lo cerca que he estado de su cuerpo, el beso necesitado que le di y debí terminarlo porque ella no sabe a Lily. No se siente como Lily. Y sin embargo, la veo a ella en su esplendor.La suelto y me aparto de ella de inmediato como si me quemara, aunque le he preguntado quién es, no responde y lo peor de todo es que sé que no me dirá nada si tiene miedo. Cierro el grifo y cojo dos toallas, una para cubrirla a ella y la otra para colocarme en la cintura.Salgo de allí como alma en pena, cojo mi ropa y camino a la cama de la habitación, en donde me siento para pensar mejor las cosas. Will tenía razón, lo mejor es dejarla en paz esta noche, pero ya mañana me dirá todo lo que tengo que saber.La veo salir del baño con ese aire inocente que me molesta más, por lo que me pongo de pie y me largo a mi cuarto, porque de otra mane