Lily Smith
Cuando el señor Huxley está contándome una anécdota del golf, llega al comedor una pareja joven, la mujer es muy parecida a Jake, sólo que sus ojos son marrones. El hombre es muy guapo, pero no tanto como Jake, por supuesto y sigo sin poder creer que me pidiera ser su novia.
¡Estoy flotando!
—¡Hermanito! —dice ella corriendo hacia Jake y abrazándolo con fuerza.
—¿Cómo estuvo tu luna de miel?
—¡Perfecta! —veo que se fija en mí y su mirada es de curiosidad—. ¿Y ella? ¡Oh, por Dios! ¡¿Tienes novia?! —se acerca a mí, me pongo de pie y a saludo con la mano.
—Te presento a mi novia, Lily Smith.
—¿De los Smith de Glasgow? —me sonrío por su pregunta, ella quiere saber si soy de alta cuna y no tiene idea de que mis padres me adoptaron a los dos años. Niego con educación y ella insiste—. ¡Oh, entonces los Smith de Oxford!
—Lily, ella no es de una familia importante —su hermana se asombra, pero no me mira con desdén como su madre—. Lily, ella es mi hermanita Charlotte y él es su esposo Louis Barkley.
Le doy la mano al hombre brevemente porque su mirada no me gusta para nada, me hace sentir incómoda.
—Y dime, Lily, ¿cómo es que conquistaste a mi hermano? Porque es uno de los solteros más codiciados y escurridizos de la ciudad. Mis amigas en vano quisieron acercarse, pero este hombre es un muro —me mira para esperar mi respuesta y yo veo a Jake para hacerle las señas, para que él pueda responder por mí.
—Dice que no tiene idea —responde Jake riéndose y me hace las señas diciéndome «todo de ti, preciosa, especialmente que no necesitas hablar para expresar lo que sientes, porque esos ojitos lo dicen todo».
—Jake, ¿ella es…?
—Sólo no puede hablar —le dice Jake rodeándome por la cintura y besa mi sien—. Ella te entiende perfectamente, pero no puede responderte, al menos no de la manera convencional.
—¿Y aprendiste leguaje de señas por ella? —pregunta Charlotte conmovida por completo y Jake sólo sonríe a modo de respuesta—. ¡Eres el mejor! Esto te eleva por sobre papá, ¡te lo juro que sí!
—No es la gran cosa, no exageres —dice su madre quien llega con la servidumbre que trae la cena—. Es increíble pensar que sólo porque es muda deben mirarla como alguien especial —siento a Jake que se tensa, sé que le va a responder y yo le tomo el brazo.
Le hago las señas para la respuesta y se larga a reír.
—Lily dice que te agradece que no la veas como alguien especial, porque es tan común como todos los demás, sólo que no puede gritarle groserías al chofer del autobús cuando no se detiene…
La mujer pone mala cara, nos sentamos nuevamente y la cena se vuelve muy tranquila. En cierto punto Jake me advirtió de su hermana y su cuñado, pero lo cierto es que ella es muy amable conmigo y él sólo me mira con cara de gato a la carne, lo que me molesta mucho, pero no le digo nada a Jake, porque parece de buen humor.
Estamos hablando luego del postre, ellos me han hecho parte de todo y Jake se ha convertido en un buen traductor, sólo algunas cosas no las entiende, sin embargo, logramos comunicarnos perfectamente.
Ante el primer bostezo, él se pone de pie y salimos de la casa casi corriendo, yo en medio de abrazos de todos, menos de su madre.
—¿Cómo te sentiste? —Jake me ayuda a subir a su camioneta y me coloca el cinturón, le respondo que bien y él sonríe—. Eso es bueno, nena, porque vendremos más seguido… para que tú lo sepas y para que ellos se acostumbren.
Se sube rápido, salimos de allí y coloca música para no hacer tan silencioso el trayecto, a veces me pregunto si no le molesta que sea así, pero luego de hoy creo que él me acepta tal como soy y eso no tiene precio. Tal vez por eso mi abuelo no le pone reparos a que nos veamos, aunque ahora me tocará decirle que es mi novio.
—¿Qué piensas, muñequita? —me pregunta él cuando nos detiene un semáforo. Le respondo acerca de decirle a mi abuelo y él se ríe—. Si está despierto cuando lleguemos, y estoy seguro de que así será, le diré que te he pedido ser novios. Estoy dispuesto a ser reprendido por un héroe de guerra.
Si él no tiene miedo, pues yo tampoco, así que le sonrío y seguimos el camino hasta mi casa, en donde mi abuelo está esperando en la sala, lo sé porque la luz está encendida.
—¿Dónde estabas? —pregunta mi abuelo indignado, yo frunzo el ceño y le respondo que le avisé dónde estaría con Jake—. ¡Pues no me llegó ningún mensaje! Y usted, joven, mi nieta es una muchacha decente que suele llegar temprano a casa.
—Lo sé, señor, por eso la he traído en cuanto la cena con mi familia terminó.
—No me parece…
—Pues yo creo que va a tener que acostumbrarse —le dice Jake relajado, pero con esa firmeza que sólo él tiene—. Le he pedido a Lily que sea mi novia y ella ha dicho que sí.
Mi abuelo me mira como si tuviera dos cabezas, pero me quedo tranquila, después de todo nunca he hecho nada malo y él sabe que no puede reprocharme nada, porque soy una chica bastante tranquila.
Sin embargo, las palabras que salen de su boca, me dejan helada.
—Lamento decirle que no lo permitiré… no dejaré que el heredero de una familia rica se ría de mi nieta, así que es mejor que se vaya de aquí o nos entenderemos en otros términos.
—Y yo lamento decirle que no me iré. Amo a su nieta más de lo que usted puede imaginarse, si sólo quisiera jugar con ella, no me habría molestado en aprender el lenguaje de señas y los dos sabemos que eso es lo mínimo que ella se merece, así que… dígame ahora cuáles son esos términos en los que se quiere entender.
Y yo me quedo más helada aun al oírle decir que me ama, pensando en qué pasará con los dos ahora, porque ya veo que se quieren matar a golpes y todo por mi culpa.
Jake Huxley
Mantengo mi mirada fija en el abuelo de Lily, no es algo que no hubiese hecho antes, sostenerle la mirada a alguien con quien estoy negociando, sólo que esta vez no es dinero, sino que de su aprobación depende el amor que siento por Lily.
—No me creo eso que usted me dice…
—Con que ella me crea y me acepte, para mí está bien. Pero si busco que usted lo considere es porque siento un profundo respeto por el abuelo de mi novia, pero no crea que su negativa me espantará o me hará desistir de lo que siento.
El señor Smith me mira y puedo ver cómo las lagrimas se agolpan en sus ojos, sé lo que para él puede parecer, pero nada de lo que me diga hará que me aleje de Lily, y para confirmar mis palabras, la atraigo a mi cuerpo.
—Yo amo a su nieta, con todo mi corazón, estas semanas junto a ella me hicieron ver lo maravillosa que es y lo mucho que el mundo se pierde al no darle una oportunidad.
Ella me mira emocionada, lo sé, lo veo en sus ojos tan transparentes. El señor Smith deja escapar un suspiro de resignación y nos hace pasar.
Tras oír las reglas, condiciones y advertencias, al fin logramos que nos dé su venia para ser novios. Probablemente esto no es muy de esta época, pero sé lo importante que es él para mi chica y no iba a pasar por sobre él.
Los días se nos pasan mejores y rápidos, tanto que uno de los compromisos más impostergables de mi agenda se acerca, por lo que decido invitar a Lily a quedarse conmigo toda la tarde en mi departamento, para ver películas y estar juntos sin que la gente nos moleste.
Lily se acomoda en el sofá con las piernas arriba, su cabeza en mi hombro y comiendo palomitas de un pocillo en medio de los dos. La verdad es que no le presto atención a lo que vemos sino a su belleza, esa que por primera vez es sólo para mí.
De pronto ella se pone de pie para ir por más refrescos y cuando regresa, se tropieza con la punta doblada de la alfombra, derramando la bebida sobre ella y sobre mí. La veo sacarla la blusa rápidamente, divertida y despreocupada de que yo la esté viendo sólo en brasier.
Y ese es el problema.
Su cuerpo es perfecto y por eso, antes de que se vaya a la cocina, tiro de su brazo para hacerla caer en mi regazo. Ella me mira con sus ojos abiertos, su pecho subiendo y bajando por la expectativa, mi boca se acerca a su cuerpo y la siento ahogar un jadeo, un sonido que me gusta por lo que no me detengo.
Un quejido se escapa de ella cuando mis manos suben por su espalda y llegan a su brasier, pero antes de deshacerme de él, dejo su cuello para verla a los ojos.
—Te deseo… —ella pasa saliva y asiente—. ¿Es un sí de «lo sé» o un sí de «no pares»?
Ella me explica que no quiere que pare y eso para mí es carta libre para demostrarle cuánto la amo. Me quito la playera para quedarme piel con piel, le quito el brasier y luego de eso la aprieto contra mi cuerpo, haciendo que se frote con aquella parte de mi cuerpo que se ha despertado.
Con cierta timidez se mueve sobre mí, haciendo que todo se vuelva más difícil, me pongo de pie con ella aferrada a mi cuerpo y me la llevo a la cama, en donde la dejo con mucho cuidado y me quedo prendado de la visión que me regala.
Sus labios rojos e hinchados por nuestro beso apasionado, su pecho subiendo y bajando por la excitación y su cuerpo expresando lo mismo que siento yo…
—¿Estás segura de que quieres que siga? —ella asiente y yo me quito el pantalón. No hay mejor expresión de amor que esta y yo lo quiero todo, quiero que me marque para jamás estar con ora mujer, porque estoy más que seguro de que quiero a Lily Smith como mi esposa.
Lily Smith
Cuando abro los ojos, Jake está sentado al borde de la cama, vestido y con un vaso de agua para mí, me siento con cuidado, me duele todo y es obvio, lo que hicimos fue salvaje e íntimo. Me cubro un poco, pero él baja la sábana para exponer mis senos y sonríe.
—Eres preciosa, no te avergüences de tu cuerpo —deja un beso sobre mi hombro y se pone de pie—. Iré a la farmacia, no usamos protección y creo que lo mejor será que tomar precauciones.
Asiento, porque lo último que me puede pasar es quedarme embarazada.
Sin embargo, cuando estoy caminando al baño para ducharme y vestirme, mi teléfono suena y eso me sorprende, porque quienes me conocen suelen escribirme. Contesto y la voz de una mujer me dice.
—Señorita Smith, sé que no puede responderme, pero debía llamarle para darle una noticia importante, la llamo del Hospital Saint Bartholomew, su abuelo acaba de ingresar por un accidente… necesitamos que venga lo antes posible.
Mi mundo se remece como nunca, dejo caer el teléfono al piso por la noticia y siento que un vacío me invade profundamente… mi abuelo no, por favor.
Lily SmithTomo mi ropa, me visto todo lo rápido que puedo y salgo del departamento de Jake, le envío un mensaje para decirle en dónde estaré y luego de eso no me fijo más en mi teléfono. Ahora lo único que deseo es llegar con mi abuelo, saber qué le pasó y rogar para que no sea tan grave, porque si me falta, no sé que pasaría conmigo.Tomo un taxi y quince minutos después estoy preguntando por él, escribiendo desesperada en un papel en blanco, ¡Dios, todos deberían saber lenguaje de señas! Una enfermera me indica a dónde debo ir, corro como si la vida se me fuera en ello y cuando finalmente llego con el doctor, le muestro una nota con letra enorme para que no me ignore y me lleva a una camilla en donde está mi abuelo.—Está consciente —a pesar de eso corro hacia él para abrazarlo y él me regresa ese gesto con ternura—, sólo tiene un esguince en el tobillo, que no le dejará moverse mucho por un par de semanas. No tiene golpes en la cabeza, nada que lo comprometa a nivel vital, en unos
Lily SmithAbro los ojos lentamente dándome cuenta de que estoy en una especie de consulta médica, siento un dolor de cabeza terrible, intento llevar mis manos a ella, pero no puedo. Levanto la mirada y me doy cuenta de que estoy esposa a la camilla, el recuerdo de lo que me ha ocurrido se me viene a la mente y unas fuertes arcadas me atacan, como puedo me giro a un lado para no ahogarme con mi propio vómito.Una persona se acerca rápidamente a mí para ayudarme, coloca un papelero para que expulse de mi cuerpo sólo bilis y aire, es una mujer de rasgos severos que pronto comienza a gritar.—¡Oficial O’Rally! ¡¡Venga ahora mismo a soltar al menos una mano de la señorita!!—¡Es una detenida! —dice el hombre exaltado y mirándome con desprecio—. ¡Se robó un anillo de la madre de su novio sólo porque esta se negó a darle dinero…!—¡¡Me importa un cuerno!! Sabe perfectamente que eso no tiene nada que ver conmigo, yo estoy aquí para cuidar de las personas que llegan mal.—Pero ella se ve bast
Lily SmithLa celda es pequeña para cuatro personas, pero ya que estoy en la cárcel no me puedo quejar. Sólo una de mis compañeras parece tenerme algo de consideración por el embarazo y suele cuidarme, porque en más de una semana que llevo aquí, las otras no tienen la intención de dejarme en paz.Y hoy, en particular, están bastante odiosas.—La princesita Lily se siente muy segura —sisea una cuando me ve pasar por su lado para entrar a recostarme un poco, las náuseas son demasiado fuertes y la escasez de comida y tranquilidad, no ayudan demasiado—. Se cree mucho porque está preñada.—Las niñas lindas como ellas creen que un crío en las entrañas las vuelve frágiles, que todos deben tenerle consideraciones…Dejo de oír lo que dicen, porque no veo para qué prestarles atención. Quisiera tanto responderles, contarles lo que me pasó, pero aquí no hay nadie que me ayude a explicar mi verdad. Me duermo débil, pensando en descansar y dejar atrás un momento mi cruel realidad.Los días siguen p
Jake HuxleyAbro los ojos con dificultad, una luz tenue rodea el lugar y no puedo reconocer donde estoy. Quiero moverme, pero el cuerpo me pesa y soy incapaz de levantar alguna parte de mí. De pronto, unas manos me tocan, enfoco mejor y veo a Will, quien tiene un corte en la ceja y poco a poco todo va llegando a mi mente.La manera en que unos hombres encapuchados nos emboscaron de camino a la construcción de una planta de energía cerca de una comunidad sin electricidad y nos secuestraron, nos llevaron a una isla alejada de las demás y luego llegó un grupo de rescate, pero a mí me golpearon la cabeza mientras escapaba y desde entonces no sé nada más. Will llama a alguien, se acerca a mí y me sonríe con lágrimas en los ojos.—Regresaste, desgraciado… nos hiciste pasar un susto horrible —intento hablar, pero mi garganta está seca y me duele—. Tranquilo, el doctor ya viene… lo que importa es que estás de regreso.Un médico llega para atenderme, se ve amable, pero su cuerpo es como el de
Samara RogersEstoy en una tienda de ropa exclusiva en la ciudad de Swansea, aquí he venido a esconderme de mi familia, la que no deja de molestarme para que me case con un hombre rico, y eso no me molesta, pero si voy a taparme de dinero, al menos que sea uno joven y guapo, no un viejo enfermo, grosero y feo.Encuentro un vestido precioso que me encanta, es negro con detalles dorados y sé que se me verá espectacular en algún casino de Las Vegas, que es donde pretendo escapar para encontrarme el hombre ideal, ese que me dará una vida de lujos, poder y sin tener que sufrir por acostarme con él.Pago en efectivo, para que no me rastreen y salgo feliz con mi compra, miro a todos lados con una sonrisa, el día está hermoso y perfecto para un helado. Camino un par de cuadras a una heladería discreta, pero no llego a ella porque alguien me coloca un paño con un olor extraño y pierdo el conocimiento.La inconsciencia poco a poco me va dejando, intento moverme, pero estoy atada de pies y manos
Jake Huxley¡Dios, siento que voy a volverme loco!¿Cómo es posible que la mujer frente a mí sea idéntica a mi Lily, pero sus besos no?Es que lo poco que la he tocado, lo cerca que he estado de su cuerpo, el beso necesitado que le di y debí terminarlo porque ella no sabe a Lily. No se siente como Lily. Y sin embargo, la veo a ella en su esplendor.La suelto y me aparto de ella de inmediato como si me quemara, aunque le he preguntado quién es, no responde y lo peor de todo es que sé que no me dirá nada si tiene miedo. Cierro el grifo y cojo dos toallas, una para cubrirla a ella y la otra para colocarme en la cintura.Salgo de allí como alma en pena, cojo mi ropa y camino a la cama de la habitación, en donde me siento para pensar mejor las cosas. Will tenía razón, lo mejor es dejarla en paz esta noche, pero ya mañana me dirá todo lo que tengo que saber.La veo salir del baño con ese aire inocente que me molesta más, por lo que me pongo de pie y me largo a mi cuarto, porque de otra mane
Jake HuxleyEl dolor en mi cuerpo me despierta, no me puedo mover y la cabeza me palpita horriblemente, abro los ojos con cierta dificultad, tengo la boca seca y pronto me doy cuenta de que estoy en una terrible posición.Es como si me hubiesen dejado caer en la cama y así me dormí, porque aún cargo la ropa de anoche, además de que recuerdo perfectamente a Will pelear conmigo anoche porque no es manera de tratar a una dama.¡Pero ella no es una dama!Es una víbora cruel, asesina, interesada. Me siento en la cama, miro a todos lados y luego me pongo de pie para meterme a la ducha, necesito quitarme un poco de lo que tengo encima. Al salir la puerta se abre de golpe y veo que es Will, frunzo el ceño porque no ha tocado, pero me extiende su teléfono y me susurra.—¡Contéstale a tu madre, por amor de todos los santos! Mira que yo no puedo con ella —ruedo los ojos, tomo el teléfono y le respondo.—¿Madre? ¿Por qué insistes tanto en hablar conmigo? ¿Acaso se te rompió una uña y no sabes con
Samara RogersHe pensado en esto desde que oí a los hombres que me secuestraron en el avión, aún así tengo miedo, pero tengo que pelear para quedarme con este puesto tan ventajoso.Me suelto de su agarre mostrando molestia, tomo la libreta, escribo rápidamente mi respuesta y se la entrego. Jake me la arrebata de la mano, lee furioso al inicio y de pronto veo cómo su expresión va cambiando a la sorpresa. Me mira con los ojos muy abiertos y retrocede para apartarse de mí, dejando la libreta a un lado.—Esto no puede ser, es mentira… —yo tomo asiento con todo el papel de víctima que puedo, con mis manos unidas en mi regazo, mirando al suelo y llorando como toda una mártir—. ¿Cómo que perdiste la memoria?Lo dejo pensar unos segundos y luego tomo la libreta, escribo un poco más calmada, Jake se sienta frente a mí observándome atentamente hasta que termino y le entrego la libreta, él la toma y comienza a leer en voz alta.—“Me desperté en el hospital de Swansea un día, me dijeron mi nombre