Samara RogersHe pensado en esto desde que oí a los hombres que me secuestraron en el avión, aún así tengo miedo, pero tengo que pelear para quedarme con este puesto tan ventajoso.Me suelto de su agarre mostrando molestia, tomo la libreta, escribo rápidamente mi respuesta y se la entrego. Jake me la arrebata de la mano, lee furioso al inicio y de pronto veo cómo su expresión va cambiando a la sorpresa. Me mira con los ojos muy abiertos y retrocede para apartarse de mí, dejando la libreta a un lado.—Esto no puede ser, es mentira… —yo tomo asiento con todo el papel de víctima que puedo, con mis manos unidas en mi regazo, mirando al suelo y llorando como toda una mártir—. ¿Cómo que perdiste la memoria?Lo dejo pensar unos segundos y luego tomo la libreta, escribo un poco más calmada, Jake se sienta frente a mí observándome atentamente hasta que termino y le entrego la libreta, él la toma y comienza a leer en voz alta.—“Me desperté en el hospital de Swansea un día, me dijeron mi nombre
Lily SmithHaberme sentido vigilada ayer no fue del todo de mi agrado, por eso cuando me encontré de cara con el guardaespaldas de Mitch, no dudé en hacer que llamara a mi amigo para que le dijera que lo había descubierto. Salimos de la tienda sin que yo pudiera comprar lo que buscaba y eso me tenía más molesta.Al llegar a casa, él y mi abuelo estaban escondidos en la cocina, aun sabiendo que allí era mucho más peligroso porque es donde están los cuchillos y sartenes. Cuando los enfrenté, mi abuelo le tuvo que traducir a Mitch, a quien le está costando aprender lenguaje de señas.—Dice que, si vas a poner a tu gorila a seguirla, que al menos tenga la decencia de llevar sus compras —mi abuelo se rio y Mitch abrió y cerró la boca varias veces, sin decir nada hasta que se aclaró la garganta.—¡Pero si ahora no cargas nada!—Dice que eso es porque se dio cuenta de ser observada antes de tener tiempo para comprar.—¿Y qué querías comprar? —me preguntó él acercándose a mí y le mostré una f
Jake HuxleyWill me mira divertido, está sentado frente a mí en la reunión con los inversionistas franceses y la verdad es que yo sólo quiero largarme, porque está totalmente aburrida, si el hombre que expone hasta parece una mala copia de la jefa de Mike Wazouski.Veo a mi amigo escribir algo en su teléfono y lo deja discretamente en la mesa, me llega una notificación a mi teléfono leo frunciendo el ceño.Recibido de Will: “Finge que es una mala noticia y lárgate, yo me quedo”Enviado a Will: “¡¡Gracias!!”Me pongo de pie, todos se me quedan viendo y pongo mi mejor cara de preocupación.—Lo siento señores, pero debo marcharme, tengo una emergencia que solucionar.—¡Oh, que lamentable! ¿La postergamos y le exponemos otro día…?—¡¡NO!! —grito tan efusivamente que todos saltan, me aclaro la garganta y les digo más calmado—. No es necesario, Will se quedará, él no sólo es mi asistente, sino que también la persona que sigue después de mí. Lo que él decida es como si yo lo quisiera así, pu
Samara RogersMe despierto con la misma sonrisa de siempre, me desperezo y salgo de la cama con las ganas de salir a caminar al jardín, porque al menos ahora puedo hacerlo. Luego de una buena ducha y de sentirme una reina, espero mi desayuno, el que llega con el diario. No quiero perderme las noticias del mundo, porque una cosa es que esté encerrada y otra es que esté aislada.La mujer se va porque no quiero que me vigilen si como o no. Cierra la puerta y yo le paso seguro, me siento nuevamente, tomo el diario y me dirijo a la sección que más me interesa, que es la de chismes.Y la primera noticia que me espera es la de Jake…—¡Maldito! —grito enojada, me tapo la boca y me pongo de pie furiosa, me meto en el baño y leo la noticia—. “Se le vio con una morena desconocida, con quien bailó por cerca de media hora, hasta que luego salieron del local con rumbo desconocido…”Pero esa no es la peor parte, sino que de fondo lo que veo no me irrita, no me molesta, sino que me decepciona y eso e
Lily SmithAdaptarme al trabajo de la oficina no fue para nada difícil, excepto por los malestares, el sueño y aquel cansancio que me traen bastante abrumada. Quiero hacer tantas cosas, pero mi cuerpo no me lo permite y por más que me digo que sólo estoy embarazada como millones de mujeres, sencillamente no puedo ir en contra de lo que siento.—¿Hoy es la cita con la doctora? —me pregunta Mitch asomando la cabeza por la puerta de la amplia oficina que me ha dejado, aunque no se nota con tantos archivos y cosas que Mitch ha mandado buscar desde Londres. Asiento y él sonríe, se acerca y tira de mí para que salga de en medio de todos esos papeles.«Te aseguro que ella hará lo que sea mejor para el bebé así que, si nos recomienda un buen neurólogo, lo tomaremos y buscaremos todas las alternativas para saber si tu problema tiene solución o no. Ahora, vamos a comer y luego te preparas para irnos a la consulta.Me detengo para hacerle la señal de la hora, pero Mitch me arrastra afuera y me l
Samara RogersCuando Jake se va del cuarto, me voy al baño, tomo una toalla y la muerdo con fuerza mientras grito furiosa por lo que acaba de decirme. Pensé que al menos podría disfrutar del sexo en lo que mi mentira dura y todo esto sólo se ha puesto peor.Lágrimas de impotencia salen por mis ojos y siento que todo aquello que había planeado para mí por los próximos años sólo han sido una triste realidad que no se cumplirá.—Pero ni creas que me vas a abatir, Jake Huxley… porque vas a terminar suplicándome de rodillas lo que tanto deseas… te lo juro.Me lavo el rostro, salgo al cuarto y miro a todos lados, busco algo para leer con bastante decepción, pero como no tengo ánimo de nada, sólo me tiro en la cama, meto mis pies bajo una manta y me duermo así, aturdida por lo que he aceptado sólo para no cumplir con los caprichos de mi familia.Unos suaves toques me hacen abrir los ojos poco a poco y frente a mí me encuentro a Will, me siento en la cama rápidamente y llevo mis piernas a mi
Jake HuxleyMe levanto cansado como todos los días, me meto a la ducha para despertarme mejor y salgo con el mismo humor de perros. Veo en mi agenda que tengo la cita con la doctora que Lily a buscado para someternos al tratamiento de inseminación. Es algo incómodo tener que hacerlo, pero yo decidí meterme en esto y no voy a echarme atrás sólo porque ahora no me agrade la idea.Sin embargo, no quiero decir quedarme aquí para esperar respuestas ni procedimientos, así que tomo mi teléfono y le marco a Will.“Hola Jake, ¿necesitas algo urgente? No sueles llamarme a esta hora.—Sí, necesito que me mandes lejos de aquí un par de semanas, porque siento que me volveré loco si no lo hago.“Justo ayer por la tarde llegó un correo de Alemania, ¿quieres ir tú a supervisar las obras?—Si eso me dará un respiro, por supuesto que sí. Ni siquiera sé cómo lo haré para soportar el matrimonio, mucho menos prepararlo.“Sobre eso, ¿quieres que yo me encargue de los detalles para que lo hagas cuando
Lily SmithMitch conduce con cautela por la carretera que lleva a una zona algo apartada de Swansea, en donde las casas cada vez están más lejos entre sí. Mi abuelo y él como siempre van muy animados y creo que mis hijos también, porque no dejan de moverse en mi vientre.—¿Tenemos que hacerles alguna reverencia? —pregunta mi abuelo y Mitch se ríe.—Claro que no. Además, ellos son la excepción de lo que ustedes saben de la nobleza, son personas muy sencillas y están esperando por ustedes. Si no han viajado ellos es porque les pedí que esperaran a que yo hablara con Lily y le explicara un poco lo que pasó, aunque no saben que llegaremos hoy.Mitch me mira por el espejo y yo asiento, no debió ser sencillo para mis padres todo lo ocurrido. Tener un accidente con sus hijas de unos pocos meses y despertar sin saber dónde están debió ser desesperante. Yo me imagino pasando por eso con mis niños y siento una angustia atroz.Mitch reduce al velocidad y se queda parado frente a una enorme verja