Charlotte HuxleySalir del departamento de Jacob con las lágrimas inundando mi rostro y luego oírlo gritar como si fuera un animal herido me rompió el corazón, pero no puedo hacer nada con eso mientras no tenga a Louis por los huevos y consiga meterlo en donde siempre debió estar.Bajo por el ascensor con el alma en los pies, siento que todo me duele y decido que meterme en mi cama esta noche es lo mejor que puedo hacer.Se pasan algunos días, mi ánimo cada vez está peor y, mientras mis padres me preguntan qué me pasa, yo sólo digo que tengo mucho trabajo.Estoy en mi oficina, aunque no tengo pacientes por la mañana, prefiero estar aquí que en casa, porque siento que no saldré más de la cama. Dejo escapar un suspiro cuando mi teléfono suena y veo que es Jacob, seguramente por una respuesta de mi parte y ni siquiera sé qué le voy a decir.—Jacob…“Charlotte, por favor… no me sigas ignorando, si quieres terminar definitivamente sólo dímelo, pero me no dejes así… que es peor.—Jacob, en
Charlotte HuxleyEl universo debe odiarme mucho para obligarme a regresar a Londres, uno de mis pacientes se ha descompensado y está internado en un hospital de aquí, por lo que no me queda más remedio que volver a asentarme unos días hasta que la crisis de Alice pase.Ella me provoca muchísimo dolor, es una pobre muchacha que ha sufrido maltrato por sus compañeros de escuela desde hace años, además de que su familia no es la mejor y eso la tiene sumida en una depresión tan profunda que, cuando sus padres decidieron marcharse de Italia para establecerse aquí, la pobre ha intentado quitarse la vida ya dos veces… y parece que esta vez estuvo a punto de la tercera.Entro al hospital donde el olor a medicamentos y desinfectante me golpea tan fuerte que me mareo un poco, respiro poco a poco para acostumbrarme y sigo la ruta al cuarto de Alice. Cuando entro, la veo mirando a la ventana, con las piernas pegadas a su pecho y sus brazos cruzados sosteniéndolas. Se me hace la visión más desolad
Charlotte HuxleyAgradezco que hoy todos amanecen tarde, supongo que estamos demasiado cansados, los últimos días han sido agotadores. Al menos yo estoy demasiado rendida, no sólo por lo ocurrido con mi madre, sino por los síntomas de mi embarazo que se han magnificado por la presión que siento sobre mí.Jacob le ha dicho a Lily que le darán el alta hoy, que vendrá aquí a la casa para ayudar con los niños y yo no sé cómo tomármelo. Estar bajo el mismo techo se me hace demasiado terrible y, aunque quise irme, Lily no me lo permitirá porque me dejó claro que sola no estaré más.A Jackson se le ocurre un desayuno-picnic en la sala, con Lily sólo decimos que sí para que tengan su momento de normalidad. Mi hija me toma de la mano y me dice con esa dulzura característica de ella.—Mami, voy contigo —me agacho para decirle en el mismo tono.—Con tu tía Lily iremos a prepararles el desayuno, quédate con tus primos porque quiero que sea un desayuno sorpresa.—¿Sorpresa? ¡Sí, mami! —sonrío por
Jacob LloydMe miro al espejo, sonrío como idiota y tanto Will como Jake me dan golpecitos en la espalda nada delicados. Me ha tocado esperar más de un año para conseguir proponerle matrimonio a mi mujer y llevarla al altar, nuestra pequeña Charisse ya tiene cinco años, por lo que será la encargada de esparcir los pétalos por el pasillo por el cual caminará mi mujer.—Sólo espero que no se arrepienta —les digo con las manos pasando por mi pantalón nuevamente, porque no dejan de sudarme.—Más nervioso debería estar yo, que te voy a cantar —me dice Jake.—¡Tú te ofreciste solo! —nos reímos los tres, pero nos callamos cuando mi madre aparece y nos dice con una sonrisa.—La novia está afuera.—¡Mierda! —susurro y miro asustado a Jake—. ¡¡Me voy a casar!!—¡Y más vale que no te arrepientas o te parto la cara! —me dice mostrándome su puño y me río nervioso.—¡Nunca! Esa mujer es mía, sólo mía y de nadie más… ¡Mía!Se ríen de mí, en el pasillo me encuentro a mis padres que me abrazan orgullo
Lily SmithSalgo de la cafetería haciendo todos los gestos de agradecimiento que puedo, porque el común de la gente no suele entenderme. Para mí, conseguir mi primer trabajo… es algo indescriptible. Siempre he creído que todo me cuesta más sólo por mi problema, pero tal parece que eso a algunas personas no les importa.Con una enorme sonrisa camino por la calle, que está algo solitaria, me hundo un poco en mi abrigo porque el frío otoñal comienza a darme ligeramente en el rostro, pero a pesar de eso, sigo siendo feliz.«Mi primer trabajo», pienso desbordante de alegría, quisiera tanto gritarlo a los cuatro vientos…Paso por la panadería y se me antojan unos deliciosos bollos para la cena con mi abuelo, la única persona que tengo en el mundo. Con algo de dificultad hago mi pedido, los recibo y abrazo el pan recién horneado como a las esperanzas que siento en este momento, respiro profundo y trazo el camino hasta la parada del autobús.Sin embargo, al pasar por un callejón, alguien tira
Me quedo con la boca abierta, no puedo evitar la sorpresa ante esa verdad y cuando la miro de nuevo, ella me extiende la libreta del doctor con una enorme sonrisa que, a pesar de la situación tan oscura que ha vivido, me hace sentir… diferente.Tomo la libreta y noto la hermosa caligrafía, comienzo a leer en voz alta y sonrío.—«Muchas gracias por haberme salvado, espero que ese hombre no te hiciera daño. Lamento no poder recompensarte, porque no tengo dinero, pero soy una excelente dibujante y puedo hacer un cuadro para ti, mi nombre es Lily y este es mi número…» —levanto la mirada para fijarme en ella, mantiene aquella sonrisa iluminadora y mi ser se vuelve un hielo al sol.«No es necesario, Lily. Mi nombre es Jake Huxley y fue un placer ayudarte. Si me permites, saldré un momento para hablar con el doctor —ella asiente y se aleja con el médico—. Dígame una cosa, ¿sólo es muda? Porque siempre creí que la falta de habla se asocia a la sordera.—Ella no nació así y no siempre se da es
Lily SmithJamás me besaron y para ser honesta, nunca creí que alguna vez alguien lo hiciera. Mis manos van a su cuello, sus brazos me rodean aún con fuerza y nuestras bocas se mantienen unidas como si esto fuese lo más normal. Cualquiera que nos vea pensará que somos novios, cuando en realidad somos dos desconocidos.Mi corazón de nuevo se descontrola, siento que este hombre me va a provocar una afección cardiaca, pero es algo que con gusto viviría si él se queda a mi lado.Está mal.Sentir esto tan intenso, y tan rápido, por alguien que a penas conozco hace menos de veinticuatro horas, pero no puedo tampoco evitarlo.No sé si es el sentirme protegida en su compañía, saber que nada me pasará, porque me ha salvado ya tres veces y, aunque resbalar en la entrada de mi casa no es algo tan terrible como el asalto o el casi choque, eso me hace sentir en las nubes.Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos y él me dice con esa voz que me hace temblar.—Te podría decir que lo siento, pero
Lily SmithCuando el señor Huxley está contándome una anécdota del golf, llega al comedor una pareja joven, la mujer es muy parecida a Jake, sólo que sus ojos son marrones. El hombre es muy guapo, pero no tanto como Jake, por supuesto y sigo sin poder creer que me pidiera ser su novia.¡Estoy flotando!—¡Hermanito! —dice ella corriendo hacia Jake y abrazándolo con fuerza.—¿Cómo estuvo tu luna de miel?—¡Perfecta! —veo que se fija en mí y su mirada es de curiosidad—. ¿Y ella? ¡Oh, por Dios! ¡¿Tienes novia?! —se acerca a mí, me pongo de pie y a saludo con la mano.—Te presento a mi novia, Lily Smith.—¿De los Smith de Glasgow? —me sonrío por su pregunta, ella quiere saber si soy de alta cuna y no tiene idea de que mis padres me adoptaron a los dos años. Niego con educación y ella insiste—. ¡Oh, entonces los Smith de Oxford!—Lily, ella no es de una familia importante —su hermana se asombra, pero no me mira con desdén como su madre—. Lily, ella es mi hermanita Charlotte y él es su espos