Samara RogersEstoy en una tienda de ropa exclusiva en la ciudad de Swansea, aquí he venido a esconderme de mi familia, la que no deja de molestarme para que me case con un hombre rico, y eso no me molesta, pero si voy a taparme de dinero, al menos que sea uno joven y guapo, no un viejo enfermo, grosero y feo.Encuentro un vestido precioso que me encanta, es negro con detalles dorados y sé que se me verá espectacular en algún casino de Las Vegas, que es donde pretendo escapar para encontrarme el hombre ideal, ese que me dará una vida de lujos, poder y sin tener que sufrir por acostarme con él.Pago en efectivo, para que no me rastreen y salgo feliz con mi compra, miro a todos lados con una sonrisa, el día está hermoso y perfecto para un helado. Camino un par de cuadras a una heladería discreta, pero no llego a ella porque alguien me coloca un paño con un olor extraño y pierdo el conocimiento.La inconsciencia poco a poco me va dejando, intento moverme, pero estoy atada de pies y manos
Jake Huxley¡Dios, siento que voy a volverme loco!¿Cómo es posible que la mujer frente a mí sea idéntica a mi Lily, pero sus besos no?Es que lo poco que la he tocado, lo cerca que he estado de su cuerpo, el beso necesitado que le di y debí terminarlo porque ella no sabe a Lily. No se siente como Lily. Y sin embargo, la veo a ella en su esplendor.La suelto y me aparto de ella de inmediato como si me quemara, aunque le he preguntado quién es, no responde y lo peor de todo es que sé que no me dirá nada si tiene miedo. Cierro el grifo y cojo dos toallas, una para cubrirla a ella y la otra para colocarme en la cintura.Salgo de allí como alma en pena, cojo mi ropa y camino a la cama de la habitación, en donde me siento para pensar mejor las cosas. Will tenía razón, lo mejor es dejarla en paz esta noche, pero ya mañana me dirá todo lo que tengo que saber.La veo salir del baño con ese aire inocente que me molesta más, por lo que me pongo de pie y me largo a mi cuarto, porque de otra mane
Jake HuxleyEl dolor en mi cuerpo me despierta, no me puedo mover y la cabeza me palpita horriblemente, abro los ojos con cierta dificultad, tengo la boca seca y pronto me doy cuenta de que estoy en una terrible posición.Es como si me hubiesen dejado caer en la cama y así me dormí, porque aún cargo la ropa de anoche, además de que recuerdo perfectamente a Will pelear conmigo anoche porque no es manera de tratar a una dama.¡Pero ella no es una dama!Es una víbora cruel, asesina, interesada. Me siento en la cama, miro a todos lados y luego me pongo de pie para meterme a la ducha, necesito quitarme un poco de lo que tengo encima. Al salir la puerta se abre de golpe y veo que es Will, frunzo el ceño porque no ha tocado, pero me extiende su teléfono y me susurra.—¡Contéstale a tu madre, por amor de todos los santos! Mira que yo no puedo con ella —ruedo los ojos, tomo el teléfono y le respondo.—¿Madre? ¿Por qué insistes tanto en hablar conmigo? ¿Acaso se te rompió una uña y no sabes con
Samara RogersHe pensado en esto desde que oí a los hombres que me secuestraron en el avión, aún así tengo miedo, pero tengo que pelear para quedarme con este puesto tan ventajoso.Me suelto de su agarre mostrando molestia, tomo la libreta, escribo rápidamente mi respuesta y se la entrego. Jake me la arrebata de la mano, lee furioso al inicio y de pronto veo cómo su expresión va cambiando a la sorpresa. Me mira con los ojos muy abiertos y retrocede para apartarse de mí, dejando la libreta a un lado.—Esto no puede ser, es mentira… —yo tomo asiento con todo el papel de víctima que puedo, con mis manos unidas en mi regazo, mirando al suelo y llorando como toda una mártir—. ¿Cómo que perdiste la memoria?Lo dejo pensar unos segundos y luego tomo la libreta, escribo un poco más calmada, Jake se sienta frente a mí observándome atentamente hasta que termino y le entrego la libreta, él la toma y comienza a leer en voz alta.—“Me desperté en el hospital de Swansea un día, me dijeron mi nombre
Lily SmithHaberme sentido vigilada ayer no fue del todo de mi agrado, por eso cuando me encontré de cara con el guardaespaldas de Mitch, no dudé en hacer que llamara a mi amigo para que le dijera que lo había descubierto. Salimos de la tienda sin que yo pudiera comprar lo que buscaba y eso me tenía más molesta.Al llegar a casa, él y mi abuelo estaban escondidos en la cocina, aun sabiendo que allí era mucho más peligroso porque es donde están los cuchillos y sartenes. Cuando los enfrenté, mi abuelo le tuvo que traducir a Mitch, a quien le está costando aprender lenguaje de señas.—Dice que, si vas a poner a tu gorila a seguirla, que al menos tenga la decencia de llevar sus compras —mi abuelo se rio y Mitch abrió y cerró la boca varias veces, sin decir nada hasta que se aclaró la garganta.—¡Pero si ahora no cargas nada!—Dice que eso es porque se dio cuenta de ser observada antes de tener tiempo para comprar.—¿Y qué querías comprar? —me preguntó él acercándose a mí y le mostré una f
Jake HuxleyWill me mira divertido, está sentado frente a mí en la reunión con los inversionistas franceses y la verdad es que yo sólo quiero largarme, porque está totalmente aburrida, si el hombre que expone hasta parece una mala copia de la jefa de Mike Wazouski.Veo a mi amigo escribir algo en su teléfono y lo deja discretamente en la mesa, me llega una notificación a mi teléfono leo frunciendo el ceño.Recibido de Will: “Finge que es una mala noticia y lárgate, yo me quedo”Enviado a Will: “¡¡Gracias!!”Me pongo de pie, todos se me quedan viendo y pongo mi mejor cara de preocupación.—Lo siento señores, pero debo marcharme, tengo una emergencia que solucionar.—¡Oh, que lamentable! ¿La postergamos y le exponemos otro día…?—¡¡NO!! —grito tan efusivamente que todos saltan, me aclaro la garganta y les digo más calmado—. No es necesario, Will se quedará, él no sólo es mi asistente, sino que también la persona que sigue después de mí. Lo que él decida es como si yo lo quisiera así, pu
Samara RogersMe despierto con la misma sonrisa de siempre, me desperezo y salgo de la cama con las ganas de salir a caminar al jardín, porque al menos ahora puedo hacerlo. Luego de una buena ducha y de sentirme una reina, espero mi desayuno, el que llega con el diario. No quiero perderme las noticias del mundo, porque una cosa es que esté encerrada y otra es que esté aislada.La mujer se va porque no quiero que me vigilen si como o no. Cierra la puerta y yo le paso seguro, me siento nuevamente, tomo el diario y me dirijo a la sección que más me interesa, que es la de chismes.Y la primera noticia que me espera es la de Jake…—¡Maldito! —grito enojada, me tapo la boca y me pongo de pie furiosa, me meto en el baño y leo la noticia—. “Se le vio con una morena desconocida, con quien bailó por cerca de media hora, hasta que luego salieron del local con rumbo desconocido…”Pero esa no es la peor parte, sino que de fondo lo que veo no me irrita, no me molesta, sino que me decepciona y eso e
Lily SmithAdaptarme al trabajo de la oficina no fue para nada difícil, excepto por los malestares, el sueño y aquel cansancio que me traen bastante abrumada. Quiero hacer tantas cosas, pero mi cuerpo no me lo permite y por más que me digo que sólo estoy embarazada como millones de mujeres, sencillamente no puedo ir en contra de lo que siento.—¿Hoy es la cita con la doctora? —me pregunta Mitch asomando la cabeza por la puerta de la amplia oficina que me ha dejado, aunque no se nota con tantos archivos y cosas que Mitch ha mandado buscar desde Londres. Asiento y él sonríe, se acerca y tira de mí para que salga de en medio de todos esos papeles.«Te aseguro que ella hará lo que sea mejor para el bebé así que, si nos recomienda un buen neurólogo, lo tomaremos y buscaremos todas las alternativas para saber si tu problema tiene solución o no. Ahora, vamos a comer y luego te preparas para irnos a la consulta.Me detengo para hacerle la señal de la hora, pero Mitch me arrastra afuera y me l