¡Él tenía razón! Savannah Stewart se percató que estaba en los baños de hombres y comenzó a llorar aún más sintiéndose avergonzada. — ¡No! ¡Lo que me faltaba! — Gritó ella cubriendo con una mano su boca y dirigiéndose a la salida con sus pasos desequilibrados. Alexander alzó una ceja viendo como ella le pasaba de lado. En ese momento Savannah se fue hacia un lado por apoyar mal su pie debido a la sandalia de tacón alto. — ¡AH, NO! — Gritó ella asustada. Justo entonces, el hombre de cabello castaño la sostuvo por la mitad. Ella se sorprendió y volvió a verlo, las miradas de ambos quedaron a muy poca distancia. — No pareces estar nada bi— Antes de que Alexander terminara su frase, Savannah convirtió la distancia en nada, aferrándose a ese extraño, ella terminó besándolo. En el momento que los labios de ambos se separaron, Savannah sonrió. — ¡Al diablo mi ex novio! Hoy me voy a divertir contigo, guapo~ — Tras decir esa frase, ella rodeó con sus brazos al atractivo hombre des
— ¿Mi decisión? ¿De qué…?Savannah hizo una pausa al darse cuenta que ese hombre se estaba confundiendo de asuntos y creía que ella estaba ahí para hablar sobre el contrato de amantes que le propuso horas antes. — Hoy estoy de muy buen humor a pesar de que cierta persona me ha dado un buen golpe esta mañana~ — Comentó animado el CEO Phillips. Savannah se asustó en ese instante. ¡Por supuesto que él hablaba de ella! — ¡Lo siento muchísimo, señor Phillips! — Exclamó ella preocupada mientras se acercaba nerviosa al escritorio. — Yo… De verdad lo siento, jamás volverá a suceder, no sabía que usted era mi jefe de lo contrario…— "Nunca hubieras dormido conmigo" ¿No es así? — Preguntó él burlista. — Sin embargo, sucedió y mi oferta sigue en pie únicamente hoy, ¿Qué decide, señorita Stewart? No me gusta andar rogándole a ninguna mujer. — ¿Eh? Yo… — Savannah exhaló con pesar, para seguidamente sentarse en una de las sillas frente al escritorio de ese hombre. — No puedo… — Susurró ella n
••••••••••Al día siguiente, en la oficina de la empresa del CEO Phillips. — No puedo salir a verme con otro, ni tener una relación romántica con nadie más durante el mes de contrato. — Comentó Savannah mientras leía una de las cláusulas. Alexander quien estaba sentado en su silla trás el escritorio asintió lentamente. — Tal como lo estipula. — La relación debe mantenerse secreta aún después de finalizado el contrato de amante por treinta días, nadie más puede saber que estuve involucrada contigo… Ja~ no es como si quisiera presumirlo, ¿Era necesaria esta cláusula? — Preguntó ella riendo. — Lo es. — Sonrió él altivo. — Oh, debo acudir a ti inmediatamente y sin excepción a tus llamados o el contrato queda cancelado y sufriré las consecuencias de ello… ¡Oye! ¿No te estás sobrepasando con esta? ¿Qué pasa si estoy enferma, o cuando comience mi periodo? ¿Piensas que acuda a ti, aún así? — No seas ignorante, continúa leyendo, eso queda a mi decisión. Savannah vio a su jefe y frunc
"Estoy un poco nerviosa" Pensó Savannah Stewart, sosteniendo su bolso de mano, mientras lucía un sencillo traje color caramelo. La hermosa mujer rubia esperaba a ese CEO que aún no bajaba de su avión privado. Ella posaba sus ojos verdes limón en la puerta abierta del avión, hasta que finalmente vió a ese atractivo CEO salir y comenzar a bajar las escaleras acompañado de su guardaespaldas. El sol radiante de inicios de año iluminaba con intensidad la isla de Hawái y el refrescante viento se hacía presente en el aeropuerto balanceando lentamente la cabellera rubia y suelta de esa mujer. Finalmente, el CEO Phillips bajó las escaleras y quedó frente a ella, su secretaria sustituta temporal… Y a la vez… Amante secreta. — Buen día jefe. — Sonrió Savannah saludando educadamente a ese hombre. — Espero que haya tenido un viaje agradable, venga conmigo por favor. Nos espera el auto que nos llevará directo al hotel. Alexander no dijo nada al respecto, actuó con total seriedad y subió al ve
— ¿Disculpe? — Preguntó Savannah con una expresión confusa, posando sus ojos verdes limón en ese alto hombre rubio. Él de inmediato apartó su mano del hombro de ella. — ¿No me recuerdas? — Preguntó el atractivo rubio, clavando su mirada azul marino en esa bella mujer vestida de celeste. Savannah quien se encontraba ahora frente a frente con ese hombre en medio pasillo vacío, negó rápidamente con su cabeza. — No, yo no estoy segura, ¿Quién eres? — Soy yo, Will, bueno… William Robinson, nos conocimos en la universidad, teníamos algunas clases compartidas y— — ¡Oh! ¡Sí! ¡William el chico de Inglaterra! — Exclamó Savannah sonriendo. — Wow, has cambiado mucho, te ves… Cómo un hombre distinto, más maduro e importante, luces tan elegante. William se sintió un poco avergonzado desviando su mirada de la de esa mujer. — Gra- Gracias, tú también te ves preciosa y distin
— ¡Oh Dios mío! ¡¿Cómo se le ocurre?! — Gritó Savannah a su jefe. — ¡Mire lo que ha hecho! Mi vestido blanco a quedado completamente arruinado… Espero que quitarle esa mancha no me cueste mucho dinero, oh mi pobre vestido~ — Decía ella con un aspecto lloroso. El CEO Phillips se le quedó viendo fijamente. — Usted comenzó a ofenderme. — Recalcó él altivo dejando la botella sobre la mesa. — ¿Cómo puede hablar de mí y ponerme la misma "etiqueta" que a su novio infiel? "¡Ja! ¡Tremendo ego el que se carga! ¿Él realmente se cree un angelito?" Pensó ella sonriendo. — Como sea señor Phillips~ — Dijo Savannah comenzando a quitarse el vestido. — Tendremos que dejar la cena para después, tómelo como una "disculpa" si quiere. Una vez el vestido cayó al suelo, ella quedó en ropa interior y Alexander recorrió con su mirada el cuerpo de la hermosa rubia. Una sonrisa juguetona se mostró en
En su mano izquierda llevaba sus sandalias de tacones, en su mano derecha la copa vacía del cóctel que se había tomado. Savannah caminaba en la arena, sus pies eran cubiertos únicamente por sus pantimedias oscuras.En la playa esa noche, ella observaba las cercanas luces y las personas que estaban por los alrededores a un extremo, mientras que al otro, veía el océano y escuchaba las olas romper en la costa. A su lado, siguiente sus pasos iba caminando lentamente el apuesto hombre Ingles, William Robinson. — ¿Así que fue tu novia o prometida? — Preguntó Savannah de pronto. — ¿Quién? — La mujer con la que estabas teniendo una discusión, la de cabello bastante corto y castaño. — ¿Ella? Sí, fue mi prometida. Ella también es de Inglaterra, nuestros padres nos presentaron, nos enamoramos y comenzamos a salir, fue algo muy bonito, poco complicado y se dió de manera natural. — Cont
1: 00 am. — Jajaja~ ¡Se lo creyó todo! — Reía Savannah mientras caminaba rumbo a su habitación en el hotel siendo acompañada por su amigo, William. — Realmente te agradezco lo que has hecho por mí, Isabella se creyó todo sobre que eres mi novia y pronta prometida~ — Decía él con una expresión risueña. Ambos se detuvieron frente a la puerta de la habitación de ella.— Tengo que entrar, debo preparar todo para mañana, mi jefe es un hombre bastante estricto, fue divertido ayudarte Will. — Confesó ella mientras abría la puerta con su tarjeta. Justo cuando Savannah iba a ingresar, él la detuvo apoyando su mano suavemente en el hombro de la hermosa mujer rubia. Ella se volvió hacia atrás dirigiendo su mirada verde limón en ese apuesto y alto ingles. — ¿Sucede algo? — Preguntó Savannah confundida. Él negó rápidamente con su cabeza. — ¿No hay nada que qu