"Estoy un poco nerviosa"

Pensó Savannah Stewart, sosteniendo su bolso de mano, mientras lucía un sencillo traje color caramelo.

La hermosa mujer rubia esperaba a ese CEO que aún no bajaba de su avión privado.

Ella posaba sus ojos verdes limón en la puerta abierta del avión, hasta que finalmente vió a ese atractivo CEO salir y comenzar a bajar las escaleras acompañado de su guardaespaldas.

El sol radiante de inicios de año iluminaba con intensidad la isla de Hawái y el refrescante viento se hacía presente en el aeropuerto balanceando lentamente la cabellera rubia y suelta de esa mujer.

Finalmente, el CEO Phillips bajó las escaleras y quedó frente a ella, su secretaria sustituta temporal… Y a la vez… Amante secreta.

— Buen día jefe. — Sonrió Savannah saludando educadamente a ese hombre. — Espero que haya tenido un viaje agradable, venga conmigo por favor. Nos espera el auto que nos llevará directo al hotel.

Alexander no dijo nada al respecto, actuó con total seriedad y subió al vehículo junto a Savannah, que durante el trayecto le explicaba su agenda del día.

El evento empresarial al que el CEO Phillips había asistido y mismo que se extendería por una semana, se llevaría a cabo en un lujoso hotel que fue totalmente reservado para la presencia de tantos personajes importantes de negocios.

Una semana entera en la que Savannah estaría pendiente de su jefe.

Por supuesto que ella estaba nerviosa.

Temía cometer un error.

…..

— Esta es la suite en la que se va a hospedar, señor Phillips. — Decía Savannah presentándole a ese CEO la habitación. — La conseguí de acuerdo a los gustos que usted tiene, según me informó la secretaría Susan; si hay algo que no le agrade o algo que necesite, no dude en llamar a mi número, vendré de inmediato.

Alexander, quien había caminado un poco por la lujosa suite, detuvo sus pasos y volvió a ver seriamente hacia su secretaria.

— Entiendo, ya puedes irte. — dijo él fríamente.

— Sí, nada más recordarle, el evento inaugural es en el jardín sur y yo vendré a las cinco de la tarde a guiarlo. — Informó ella antes de salir.

…..

Una vez Savannah salió, caminaba rápidamente dirigiéndose al ascensor.

"Así que él realmente no mezcla asuntos personales con laborales, creí que podría querer sobrepasarse conmigo, debe estar cansando por el viaje…"

"El contrato no dio su inicio el día que firme exactamente, si no hace dos días atrás"

"Imagino que él va a llamarme en alguna ocasión… Para… Hacer eso y… aquello"

"Si no, no tendría sentido ser una… Amante"

"Aunque no es como si lo estuviera deseando, por mí, mejor que él siga así de frío y distante"

Sin darse cuenta, Savannah se había ruborizado recordando la noche de su cumpleaños en la que durmió por despecho con su apuesto jefe.

…..

Una hora más tarde, ella había ido por su jefe, el cual al salir de la suite, causó que Savannah se quedará atónita.

"¡Wow! ¡Está guapísimo!"

Pensó ella ruborizada, viendo a su jefe perfectamente vestido, el cual lucía más elegante que en otras ocasiones.

"Parecía que este evento no le importaba tanto, ¿Me habré equivocado?"

Pensó Savannah.

Él veía su teléfono celular, el cual guardó segundos después.

La bella mirada gris de Alexander recorrió a Savannah de la cabeza a los pies y viceversa.

Ella lo notó y se sintió avergonzada.

"¿Estoy vestida de una manera rara? Simplemente no es tan hermoso…"

"¿Me va a pedir que me vaya a cambiar?"

Pensó ella por unos segundos sintiendo pena, más el apuesto hombre de cabello castaño no se refirió a Savannah o como lucía.

— Vámonos, hay alguien con quien tengo que encontrarme.

Tras decir esas palabras en tono frío, él comenzó a caminar adelantándose a Savannah.

Una vez habían llegado al precioso jardín sur del hotel.

Savannah estaba impresionada con la decoración basada en la naturaleza de la zona que hicieron.

Uno de los servidores de la fiesta, pasó con una bandeja y copas de champagne en ella, él le ofreció a ella y al CEO Phillips, Alexander se negó y ella aceptó.

— ¡Aquí estabas, Alexander! — Exclamó a distancia, un hombre mayor quién se acercaba contento, con una bella y joven mujer que lo acompañaba siendo escoltada del brazo.

— Es el CEO Bailey, jefe. Es un—

— Lo sé. — Sonrió Alexander respondiendo disimuladamente a Savannah.

Seguidamente él volvió a ver a ese hombre mayor que se acercaba con su hija única; Olivia Bailey.

Tras los saludos correspondientes.

— Ella es mi hija, Olivia, mi mayor orgullo y tesoro en el mundo; te hablé por teléfono de ella, quería que la conozcas personalmente y que mejor que en este evento. — Decía animado el señor Cristian Bailey de unos cincuenta y un años, posando sus ojos celestes en el CEO Phillips.

— Sí, lo recuerdo señor Bailey. — Sonrió Alexander a ese hombre mayor, para seguidamente ver a esa joven. — Es un gusto finalmente conocerla, señorita Olivia, oh, ¿Está bien que la llame por su nombre? — Preguntó él CEO Phillips viéndola con dulzura.

La hermosa Olivia, cuyo cabello lacio y largo llegaba hasta por debajo de su trasero y cuyos hermosos ojos grandes y azules la hacían resaltar y ver aún más bella; traía puesto un precioso y fino vestido de cóctel, color crema.

Ella desprendía una aura de elegancia, con una simple mirada que se le diera cualquiera sabría que no pertenecía a una familia corriente.

Una mujer afortunada que creció en una familia de élite, siendo tratada como una princesa y una… Que obtenía siempre TODO lo que quisiera.

— Por supuesto; si me permite el atrevimiento, yo también quiero llamarle, Alexander, su nombre me gusta mucho~ — Sonrió ella ofreciendo su mano.

Alexander la tomó e invitó a Olivia que le acompañara, la cual aceptó al instante.

Savannah veía en silencio y sorprendida a ese hombre y su rápido cambio de personalidad a una "dulce y angelical" que por supuesto, ella no se creía.

"¿Acaso… él está cortejando a esa mujer?"

Pensó Savannah confundida.

"¿Seré una amante que ni siquiera puede acercarse a otros en un mes y él sí puede ligar a una mujer descaradamente frente a mí?"

"¡Desgraciado jefe! ¡Qué injusto!"

"No leí nada de eso en el contrato que…"

¡Savannah se dio cuenta en ese instante de su error!

Ella ni siquiera había leído todo el contrato y se arrepintió en ese momento.

"¡Me jugó sucio!"

Pensó ella sintiéndose indignada.

"¡Él pudo advertirme que revisara mejor para hacer cambios a tiempo! Pero nooo…"

"Con razón se reía tanto cuando me fui ese día de la oficina de prisa"

"¡Es un aprovechado!"

Pensó la hermosa rubia avergonzada por su descuido.

Savannah se tomó el resto de su champagne, sin ánimos de seguir pensando en ello y se fue en busca del baño.

Ella se dirigió al interior del hotel y pasó por una zona menos transitada, fue cuando le pareció escuchar el grito de una mujer que se acercaba.

Savannah se escondió tras un pilar del hotel.

— ¡¿Esa es tu decisión definitiva?! — preguntó exaltada la voz femenina. — ¡Vas a arrepentirte!

¡PLAF!

Se escuchó el sonido de un golpe y fue entonces que Savannah se asomó de reojo, viendo a una elegante pareja discutir.

La mujer de cabello castaño corto se molestó y cuando Savannah creyó que era oportuno, salió dirigiéndose disimuladamente al baño.

Sin embargo, el hombre rubio que estaba ahí aún de pie, se acercó a Savannah apoyando su mano en el hombro de ella.

— ¿Savannah Stewart? ¿Realmente eres tú? — preguntó él sorprendido.