••••••••••<< No se ni por dónde empezar. Sé que te he lastimado demasiado… Fuí cobarde y no pude hablarlo apropiadamente. Quizás si desde el principio te hubiera dicho el tipo de trato que recibía por todos tus allegados en Londres, hubieras hecho algo al respecto… Aunque sea mínimo. Estar en Inglaterra fue una pesadilla para mí y es la verdad… Soporté por que no sabía que más hacer con dos mellizos que dependían de mí y sin nadie más que tú para ayudarme. Eres el mejor amigo que jamás hubiera podido encontrar y ahora me duele mucho perderte, sin embargo, mi decisión de venir a Los Angeles y alejarme de ti, fue la correcta. Tal como en ese entonces, ahora sigo pensando lo mismo… No es nada sano para nosotros seguir viéndonos. Me amas y siento que no merezco todo ese amor que tienes por mí. Mereces algo mucho mejor y sí… Tienes razón…Mi corazón nunca ha dejado de amarlo a él y sí, sé que no me merece… pero estos sentimientos no son algo que pueda controlar. Ni algo que quie
— Sí, ¿Qué esperas que diga? — Preguntaba Savannah forcejeando y logrando liberarse del agarre de Alexander. — Me alegra saber que vas a devolverlos… Pienso que es bueno que te hayas decidido a dejar a esa loca mujer, aunque no se si sea por que ella quedó embarazada y no quieres que manche tu imagen o por que— — No hables tonterías. — La interrumpió él. — Sabes que lo tenía pensado desde que comencé a salir contigo de nuevo. — Nunca "salimos" en realidad siempre fui solo una "amante" aunque yo de ingenua te veía como mi "novio" — Decía ella frunciendo el ceño. — Ja, déjame decirte que eres una mala novia, si es así a como me veías y a la primera te fuiste corriendo del restaurante— — ¡Eso fue tu culpa! Si no te hubieras comportado como todo un maldito en nuestra cena me hubiese quedado. — No fue mi culpa, tú— — ¡Es lo malo contigo Alexander! — Alzó la voz ella interrumpiendo. — ¡WHAAA! — Escucharon los dos el llanto de uno de sus hijos. De inmediato, tanto Alexander como Sav
— Will… ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó Savannah acercándose a ese hombre, hasta que Alexander la detuvo de la mano. Ella volvió a ver hacia ese hombre de cabello castaño, más él no la veía a ella, si no a William. — Alex, suelta mi mano. — Pidió ella en tono pacífico, para seguidamente ver a William. — Quería hablar contigo. Pero pensé que no tendría tiempo de hacerlo y te envié esa carta. "¿Carta? ¿Le envía cartas a él?"Pensó Alexander sintiéndose molesto. — Nunca pensé que fueras capaz de algo así de bajo, Savannah… ¿No crees que yo merecía más que ese rechazo? — Will… Este no es el lugar para tener una discusión de eso. — Decía Savannah incómoda, queriendo que él se detenga y deje de hablar del tema. Sin embargo, eso no sucedió. — ¡Dices que amas y siempre amarás a ese maldito a tu lado! ¡Pero él es lo peor que ha podido sucederte! Ni siquiera quier
***************••••••••••***************>>> Savannah Stewart: Eran casi las ocho y media de la noche cuando llegué a la mansión de Alexander. Una vez bajé del taxi e ingresé, la ama de llaves, doña Nichole, me estaba esperando. — Señorita Stewart, venga conmigo por favor. — ¿Sucedió algo? — Pregunté confundida. — Sí. Todo el personal que trabajaba para la señora Bailey debe irse mañana de la mansión. — ¿Eh? ¿Alexander los ha echado? — Pregunté sin entender que sucedió. — No. La señora les envío una carta de despido hace solo unos minutos atrás, tendrán su paga completa y una recomendación así que ninguno debería estar molesto. — Contaba la mujer madura, mientras subía las escaleras. "Si esa mujer… Despidió a todos… ¿Significa que ya no los necesita aquí?"Tras ese pensamiento detuve mis pasos. Todo comenzaba a volverse tan real que me generaba nerviosismo. — ¿Qué hay de los empleados de Alexander? — Pregunté solo para confirmar mis sospechas. — ¿Ellos? Siguen todos en sus
•••••••••• Un mes y quince días más tarde. Londres, Inglaterra. 11: 00 am. ••••••••••— Solo tienes que elegir entre una de ellas, todas son señoritas dignas de ser la señora Robinson. — Decía la madre de William, doña Margaret Robinson. Los ojos azules claros de William veían los perfiles de cada una de las recatadas mujeres de distinguidas familias europeas en la tableta digital que sostenía en sus manos. Él pasaba con su dedo página por página de cada perfil. Ninguna llamaba su atención. Todas tenían algo que le recordaba a esa mujer que le había roto el corazón. No quería nada que le trajera esas memorias del pasado. Intentó con todas sus fuerzas olvidarla al volver a Inglaterra. Salió a fiestas y eventos importantes de sus compañías y negocios de sus amigos. Nada funcionó. Aún cuando se acostó con una que otra mujer, ese vacío en su corazón lastimado seguía sin dejarle descansar por las noches apropiadamente. Inclusive intentó con terapia y terminó tomando medicamento
10: 00 pm. Los hermosos ojos de un tono verde limón se posaron en el reloj de pared en la sala. "Él… Todavía no ha venido y… tampoco ha llamado" La mujer de cabello rubio ondulado se levantó de su asiento y se acercó a la mesa cuyas velas habían estado encendidas desde hace una media hora.Savannah Stewart las apagó y comenzó a guardar la cena que con tanto esmero había preparado esa noche especial de su cumpleaños número 27. "Prometió que estaría a las nueve a más tardar en mi apartamento" "Él prometió que vendría a celebrar conmigo, mi cumpleaños, hoy que también es navidad…" Una expresión cabizbaja se mostró en el rostro de esa mujer de familia humilde, quien no esperaba estar sola ese 25 de diciembre en su cumpleaños. "Para fin de año tenemos que ir a casa de mis padres, quedamos en que hablaríamos de nuestros planes de compromiso" "¿Dónde se habrá metido Ayden?" Pensó Savannah preocupada por su amado novio, con el que llevaba 5 largos años de relación. "Imposible qu
¡Él tenía razón! Savannah Stewart se percató que estaba en los baños de hombres y comenzó a llorar aún más sintiéndose avergonzada. — ¡No! ¡Lo que me faltaba! — Gritó ella cubriendo con una mano su boca y dirigiéndose a la salida con sus pasos desequilibrados. Alexander alzó una ceja viendo como ella le pasaba de lado. En ese momento Savannah se fue hacia un lado por apoyar mal su pie debido a la sandalia de tacón alto. — ¡AH, NO! — Gritó ella asustada. Justo entonces, el hombre de cabello castaño la sostuvo por la mitad. Ella se sorprendió y volvió a verlo, las miradas de ambos quedaron a muy poca distancia. — No pareces estar nada bi— Antes de que Alexander terminara su frase, Savannah convirtió la distancia en nada, aferrándose a ese extraño, ella terminó besándolo. En el momento que los labios de ambos se separaron, Savannah sonrió. — ¡Al diablo mi ex novio! Hoy me voy a divertir contigo, guapo~ — Tras decir esa frase, ella rodeó con sus brazos al atractivo hombre des
— ¿Mi decisión? ¿De qué…?Savannah hizo una pausa al darse cuenta que ese hombre se estaba confundiendo de asuntos y creía que ella estaba ahí para hablar sobre el contrato de amantes que le propuso horas antes. — Hoy estoy de muy buen humor a pesar de que cierta persona me ha dado un buen golpe esta mañana~ — Comentó animado el CEO Phillips. Savannah se asustó en ese instante. ¡Por supuesto que él hablaba de ella! — ¡Lo siento muchísimo, señor Phillips! — Exclamó ella preocupada mientras se acercaba nerviosa al escritorio. — Yo… De verdad lo siento, jamás volverá a suceder, no sabía que usted era mi jefe de lo contrario…— "Nunca hubieras dormido conmigo" ¿No es así? — Preguntó él burlista. — Sin embargo, sucedió y mi oferta sigue en pie únicamente hoy, ¿Qué decide, señorita Stewart? No me gusta andar rogándole a ninguna mujer. — ¿Eh? Yo… — Savannah exhaló con pesar, para seguidamente sentarse en una de las sillas frente al escritorio de ese hombre. — No puedo… — Susurró ella n