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Capitulo 03: Un compromiso necesario.

— ¿Mi decisión? ¿De qué…?

Savannah hizo una pausa al darse cuenta que ese hombre se estaba confundiendo de asuntos y creía que ella estaba ahí para hablar sobre el contrato de amantes que le propuso horas antes. 

— Hoy estoy de muy buen humor a pesar de que cierta persona me ha dado un buen golpe esta mañana~ — Comentó animado el CEO Phillips.  

Savannah se asustó en ese instante. 

¡Por supuesto que él hablaba de ella! 

— ¡Lo siento muchísimo, señor Phillips! — Exclamó ella preocupada mientras se acercaba nerviosa al escritorio. — Yo… De verdad lo siento, jamás volverá a suceder, no sabía que usted era mi jefe de lo contrario…

— "Nunca hubieras dormido conmigo" ¿No es así? — Preguntó él burlista. — Sin embargo, sucedió y mi oferta sigue en pie únicamente hoy, ¿Qué decide, señorita Stewart? No me gusta andar rogándole a ninguna mujer. 

— ¿Eh? Yo… — Savannah exhaló con pesar, para seguidamente sentarse en una de las sillas frente al escritorio de ese hombre. — No puedo… — Susurró ella nerviosa. — Agradezco la propuesta jefe, pero realmente no puedo hacerlo…  

"¿Cómo podría hacer algo así? Si bien he escuchado que mi jefe está soltero, también sé que es un mujeriego empedernido" 

Pensó Savannah frunciendo el ceño. 

— Mmm, lo suponía. — Comentó él con aburrimiento, para después levantarse de su silla y acercarse a Savannah. 

Alexander apoyó sus manos en los descansa brazos de la silla donde estaba sentada la hermosa mujer rubia. 

La mirada gris de él se clavó en ella. 

— Así que… ¿No piensa aceptar? 

Ella asintió desviando avergonzada su mirada de la de ese CEO. 

— No lo haré… — Contestó Savannah.  

— Me enteré esta mañana que su padre, sufrió un accidente de transito, él está grave y tuvo una operación bastante cara de emergencia. 

Savannah reaccionó enfurecida en ese instante, sabía por dónde iba ese hombre con esas palabras. 

— Usted no tienen mucho dinero, su familia está ahogada en deudas e inclusive tienen hipotecada la casa; el seguro no va a cubrir todo el tratamiento post operación y los ahorros de sus padres pff~ — Él sonrió burlista en ese instante. — Bueno, no creo que hagan nada con esa miserable cantidad. 

Savannah no pudo evitar sentirse humillada. 

¡Ella era de escasos recursos! Lo sabía. 

Pero ella trabajaba duro y dignamente por salir adelante y ayudar a sus padres. 

¡No como una amante vendida a un playboy multimillonario! 

— ¿No le gustaría ver a su padre recuperarse y a su madre feliz y sin deudas? — Preguntó él habiéndose inclinado hacia ella y susurrar esas palabras al oído de la joven.  — Son señores ya mayores, el exceso de estrés es perjudicial para la salud de ellos~ 

— ¡Entiendo! — Exclamó Savannah decaída. — No se por que usted está tan interesado en mí, pero si realmente puede ayudarme… Si va a resolver todos mis problemas… Lo haré. Seré su amante el tiempo que usted así lo quiera. 

Una semi sonrisa se mostró en ese hombre. 

— Sabia repuesta~ sin embargo, no tiene que ser mi amante por tiempo indefinido, un mes será suficiente. — Él apoyó su mano en la mejilla de Savannah, en ese instante ella le vió fijamente creyendo que sería besada. — Ahora concéntrese en su trabajo que no me gusta mezclar los temas laborales con personales. — Comentó él volviendo a enderezarse y alejándose de ella. 

Savannah sintió su corazón latir desenfrenado por los nervios. 

— ¿Ah? Sí…yo… Lo haré… — Dijo ella tartamudeando. — Yo, quería decirle…que a partir de ahora seré su secretaria, supliendo a la señorita Susan que está enferma. 

Alexander se sorprendió por un pequeño instante, para después asentir seriamente. 

— ¿Es así? Oh, eso lo hará más interesante, Savannah. 

Ella asintió y se retiró rápidamente de la oficina. 

"Todavía no me acostumbro a escuchar a ese hombre llamando mi nombre" 

Pensó ella avergonzada. 

Una vez la secretaria rubia salió de la oficina y ese CEO había vuelto a su silla, apoyó su mano en su barbilla en un gesto pensativo. 

"Savannah Stewart, quien lo diría, se parece un poco a ella…"  

Pensó Alexander con una mirada seria y… 

Llena de dolor. 

••••••••••

La noche de ese mismo día, Alexander Phillips se reunió con sus padres en la mansión de ellos. 

— Dijeron que tenían algo importante que decirme, ¿No es así? — Preguntó Alexander quien cortaba el filete en su plato y llevaba un trozo de la exquisita carne a su boca. 

Su padre, Alfonso Phillips, un hombre mayor de 61 años, posó sus ojos grises claros con seriedad en su único hijo. 

— Sí, tanto tu madre como yo, creemos que ya es hora de que te comprometas y sientes cabeza, suficiente de rumores sobre lo mujeriego que eres. — Decía el señor un poco molesto. 

— Tenemos algunas candidatas en mente. — Comentó Jessica Phillips, mujer de cabello castaño y ojos cafés, viendo con dulzura a su hijo. — Pero entre todas ellas, la que mas nos gusta para ti y también será útil para la empresa es Olivia Bailey. 

— ¿Útil para la empresa? — Preguntó Alexander quien sostenía ahora, su copa de vino en la mano. — ¿Cómo lo sería? 

— Has querido extenderla y hacerla crecer aún más, ¿No es si? — Preguntó Alfonso Phillips. — Un matrimonio con los Bailey nos daría esa posibilidad al unir las empresas. 

Alexander se quedó pensativo por unos segundos. 

— Está bien, tienen razón, debería casarme y usar a los Bailey para nuestros propósitos. Haré que esa mujer acepte felizmente el compromiso. — Sonrió Alexander a sus padres. 

— ¡Lo sabía! — Exclamó Alfonso contento. — Después de todo eres mi talentoso hijo, sé que no vas a defraudar a la familia. 

"Así que mi objetivo es esa mujer, Olivia Bailey, bueno, sabía que terminaría casándome de esta manera algún día" 

Pensó Alexander con una expresión de total desinterés, continuando así, con su cena.  

••••••••••

En ese mismo momento, pero en el hospital. 

— ¡Cariño! ¿Cómo lo has hecho? Me acaban de informar los del hospital, que todo ha sido completamente pagado, la operación, el tratamiento de tu padre, todo… después recibí una llamada, la hipoteca también fue cancelada… ¿Dime qué no has hecho nada peligroso mi niña? — Preguntó la madre de Savannah apenas vio a su hija que llegaba del trabajo.  

Savannah sonrió luciendo un rostro notablemente agotado.

— No mamá, no hice nada peligroso, logré hacer esta tarde un préstamos y… Cubrieron todo, ahora, debo pagar mensualmente pero con mi salario podré, creo que pronto me ascenderán. 

Por supuesto, ella mentía. 

Savannah notó el tono de preocupación en la voz de su madre, por lo que no tuvo más opciones que mentirle.

— ¿Es así, mi niña? Oh, me alegro tanto~ muchas gracias hija mía, no se que haría sin ti. — Agradeció la mujer mayor abrazando a Savannah. — Tu padre sigue en cuidados intensivos, pero los médicos dijeron que si pasa de hoy, entonces irá recuperándose mejor. 

— Papá… ¿Terminó muy afectado? — Preguntó ella yendo con su madre a sentarse a unas sillas en la sala de espera. 

— Es muy poco probable que tu padre vuelva a caminar… eso dijeron los médicos, pero al menos sigue vivo, él seguirá con nosotras… Lo sé.  

El brillo en los ojos de su madre, fue notado por Savannah, ese que mostraba su felicidad.  

Una sensación de satisfacción invadió a la joven rubia, que a pesar de que sentía que había hecho un trato con el diablo, sus padres ya no tendrían que sufrir.  

Todo iba a mejorar. 

Aunque significaría entregarse como juguete de su jefe. 

"¿Valdrá la pena, no es así?"

Pensó ella. 

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