No soy perfecta, es raro para ser un ángel, más raro aún porque mi madre era una de los celestiales; tengo la gran carga de volverme una celestial y mi hermana mayor, puede iniciar ese proceso pronto, pero no es algo que yo desee o anhele ser. Mi hermana mayor Artemisa ha luchado por no dejar que la oscuridad la lleve. La oscuridad nos busca a la edad de los 17 y 18 años, allí se decide si seremos ángeles o demonios. Es algo absurdo, solo de pensarlo.

Pero mi hermana acababa de cumplir 18 años. Yo apenas tenía 10 y no entendía nada. Estábamos en la ceremonia de elección. Se organiza una ceremonia para saber a qué lugar pertenecemos.

-Bien, estoy nerviosa. Pero confiada de que la oscuridad no me llevará -dice Artemisa mientras arreglaba su vestido blanco para la ceremonia.

-¿Hermana? ¿Si te lleva? ¿Te acordarás de mí? -dije caminando hacia ella nerviosa. -No quiero que te alejes como mamá hizo. -Dije tomando su mano y ella se arrodilla, tomándome de ambas manos.

-A ver Hestia, si me lleva, recuerda que el amor lo puede todo. ¿Sí? -dijo besando mi frente sin dudarlo. -La oscuridad no me llevará porque tengo mucho amor, de tu parte y de Fabián... -se levantó buscando una foto de nosotros 3 y poniéndola en aquella mesita que se encontraba al lado de su cama.

Empiezo a caminar en busca de un asiento para la ceremonia, me encontré varios maestros que preguntaban del paradero de mi hermana, sonriendo siempre decía "Arreglándose para la ceremonia.". Decidí ir al cementerio celestial para dejarle unas flores a mi madre. Cuando me encontraba por entrar, veo a Fabián besando a una chica que no era mi hermana. Quedé en shock, y pensé en no decir nada, salir corriendo de allí era mi mejor opción. Cuando alguien tocó mis hombros, pude sentirla, pude sentir como a ella se le rompía el corazón en pedazos, pude ver como su aura se llenaba de decepción y maldad.

-¡No! ¡Artemisa! -dije mientras corría a abrazarla, pero era tarde, Artemisa había sido tomada por el odio, decepción y desamor...

-¡Hestia! ¡Aléjate! -Su mirada era diferente, pero sentía su amor por mí, sentía como ella aún en el fondo tenía amor hacia mí. -No quiero hacerte daño, solo vete. -dijo mientras su vestido blanco en los aires se volvía negro.

Vivíamos en un paraíso en el cielo, pero al verla allí, no era un paraíso, ella hizo que se volviera oscuro, sombrío, era como estar bajo las sábanas en mi cama con una tormenta y relámpagos.

-¡¡Artemisa!! Yo puedo explicar lo que pasa... -Fabián corrió a ella para arrodillarse...

-Eres un traidor, confié en ti Fabián... Hoy era un día especial, hoy no podía enojarme, pero ojalá quede en tu conciencia, no haré nada porque amo a mi hermana. -un dolor atravesó su cuerpo mientras hablaba, pude sentir que su corazón no latía. Ella había dejado de amar ahora sí.

-¡¡¡¡¡Hermana!!!!! -dije corriendo a ella con los brazos abiertos, pero así mismo sentí un latigazo de oscuridad de parte de ella... Me lanzó tan lejos que caí del paraíso flotante, logré alcanzar una de las lianas que guindan de ese borde. Me empecé a preocupar porque salir del paraíso sin usar el portal, puede hacerte olvidar todo antes de llegar a la tierra. Asher y Alisher, mis mejores amigos, estiraron sus manos para alcanzarlas, pero fue demasiado tarde porque la liana se rompió, sentía como caía y caía. Solo escuché su susurro...

-Perdóname, perdóname... Pero eres mucho amor para mí... -dijo ella mientras yo caía en un precipicio sin fin.