–Prométeme que estaremos aquí mañana, prometiéndonos una vida juntos. –Puedo venir después de la ceremonia de mi hermana. –Hestia, prométeme que sí estaremos juntos sin importar nada.–Lo prometo Asher, estaremos juntos. Desperté de un salto, la luz del sol apenas y tocaba las hojas de aquella pradera. Miré a mi lado estaba Asher, dormía como un ángel. Quité sus cabellos de su cara, me di cuenta de que ya podía moverme, mi parálisis quizás había sido por miedo. Lo miré y recordé el sueño, quizás era una visión más hacia esto. –Nunca debí hacerte esa promesa. Ahora aquí estamos, sin saber quién eres y quizás esperas a una Hestia diferente. –dije mirando el cielo y suspirando.–No espero a la misma Hestia, pero si eres aquella guerrera y confiada de sí, quizás sigas siendo mi Hestia. –él se estaba sentando y luego se levantó. –No quiero que seas aquella niña que me prometió estar para siempre. Al final, quizás ya no se pueda. Soy un demonio ahora. –él se veía decepcionado en lo que
Al despertar al día siguiente de haber llegado, sentía algo raro en aquel lugar, lo conocía de siempre, pero algo no me cuadraba. Estaba pensando en mi vida en la tierra... Mis amigos, mi abuela... -Carajos, mi abuela... Ahora sí me matará. -dije levantándome de la cama majestuosa en la que había dormido. Corrí hasta salir al pasillo, donde vi a muchos vestidos de blanco caminando para una dirección. Los seguí para darme cuenta de que entraban a un templo. Diremos que es algo de misa. No los seguí y me limité a buscar a Asher, con él vine y con él me iré. Pase por la habitación en la que supuestamente debería estar, pero me lleve la trágica noticia de que no estaba allí. Corrí por todo aquel lugar hasta llegar afuera, al lado de una catarata que estaba en el límite del lugar. Me emocioné al ver tanta perfección, me limité a seguir cuando escuché voces en una cueva cerca de allí. -Sabes que no eres bienvenido demonio. -pude ver a un tipo alto, vestido de blanco, piel trigueña, cabell
-No puedes irte así Levis... -mi madre no aceptaba que su primer hijo fuese un ángel de la guarda cuando ella era un celestial. -Madre, tienes a Artemisa y Hestia será una gran celestial, y lo sabes porque lo sientes. -dije tirando mis cosas dentro de la maleta. -Prometo visitarte pronto madre. Mi madre se dignó a no pelear más conmigo y tomó mi rostro y beso mi frente. Mi trabajo había sido aceptado por ella, sería el ángel guardián de los humanos, volvería en unos años y estaríamos juntos de nuevo. Me fui, recuerdo tener a Artemisa sostenida en una de mis piernas para no irme. La tomé y la subí a mi regazo. Artemisa con tan solo 8 años, casi la misma edad que yo tenía cuando ella nació, yo tenía 10. La acaricié y le di un beso en la frente. -Prométeme que te mantendrás a salvo y ayudarás a tu hermana siempre. -No sé si cumpliría aquella promesa, pero estaba seguro de que volvería para cuidarlas. ------- Me despedí de todos en Amalfinas, y emprendí mi viaje a la nueva persona a l
Luego de horas y horas de hablar y contarle la historia tan trágica de aquel día en el que mi hermana me lanzó lejos. Él seguía sin creer todo lo que había contado. Pero al enseñarle el libro de mi madre, entendió lo que yo no había entendido. Mi madre había utilizado palabras ocultas para revelar secretos de Amalfinas, bueno no del lugar, sino los líderes del lugar. -Nuestra madre era muy inteligente, no me sorprende que relate la historia así. No puedo creer que murió por ese lugar. -dijo él negando con la cabeza. -Nadie puede creerlo, parece que ella era la última persona correcta que había allí. -Dime algo... -dijo él prestando toda la atención en mí. -Como haces eso de compartir los pensamientos. E incluso leerlos. -dijo. -Bueno, luego de lo de mi hermana, vine a la tierra. Empecé a tener eso desde los 15. Y era molesto, porque escuchaba todos los pensamientos, ahora puedo cerrarlo y abrirme cuando quiera. La noche pasaba, y una chica se nos acerca lentamente. Cabellera larg
Me encontraba desde la noche anterior leyendo el libro que mi hermano sacó de él con magia. Cada página se tornaba con mucha dificultad para leer por sus contextos explícitos, las guerras, las traiciones, los nombres de personas que no volverían a pisar aquel lugar, hasta que…La Familia Clives.Al leer eso a mitad de una página en blanco, sabía que lo que seguía era la historia de nosotros. Lo sabía, este era un libro que relataba todo cuando acontece, más que nada, es un libro mágico, no debe estar en el lugar exacto o en manos de alguien para saber qué está pasando en sus tierras. Al tomar la esquina de la página, respiré profundo para pasar, cuando una brisa abre las ventanas de par en par. Me pongo de pie, dejando el libro en la cama, caminé hasta las ventanas para mirar y cerrar las ventanas. Me da por salir a tomar agua, cuando veo a Asher plácidamente dormido. Lo miré una última vez para regresar a la habitación y ver nuevamente el libro. Me siento en la cama y lo tomo en mis
Sentada con Alisher en la mesa de la cabaña, luego de un par de semanas sin que Asher reaccionara. Alisher había estado estas semanas en busca de razones para lo que estaba sucediendo. Pero no obtuvo una respuesta que la convenciera, unos decían que era la humanidad dañando el universo y otros diciendo que era el infierno queriendo reclamar el poder. Más que nada, hay sujetos en el infierno que no están dispuestos a dejar a algunos tomar el trono celestial. Algunas aceptan qué estar en el infierno es su realidad y por eso dan lo mejor de ellos. Estas semanas con Alisher he recordado muchas cosas, en principal nuestras primeras enseñanzas en Amalfinas. Miraba a Asher para saber que respiraba. –¿Él estará bien? –dije angustiada, esperando que la respuesta de Alisher fuera consoladora. –No lo sé. He conocido ángeles que quieren usar el poder demoníaco. Y mueren en el intento, no había visto un caso de un demonio… –sus palabras hicieron que me preocupara más. Quizás Asher no sobrevivirí
Habían pasado solo horas de lo sucedido anteriormente, íbamos en un auto en carretera abierta a un lugar de mayor seguridad, había estado yendo de lugares en lugares que había olvidado a mi abuela y amigos por completo. Le mandé un mensaje a mi abuela con la esperanza que no me rellenara con regaños cuando volviera, busqué el contacto de Daniel y Jenna, y les dejé un mensaje para que supieran que estaba bien. Miré por la ventana y suspiré, Asher pasó su mano en mi muslo y le sonreí. Luego de un par de kilómetros, se detuvo en una gasolinera para comprar cosas para comer y llenar el tanque, él se bajó y me regaló una sonrisa. El sonido de mi celular hizo que no lo terminara de ver llegar hasta la tienda, cuando vi que mi abuela había mandado una foto, al igual que Daniel y Jenna. Me pareció extraño que los 3 respondieran con fotos, cuando vi la de mi abuela, mi corazón latió con fuerza, ella se encontraba con una mordaza y sus manos atadas a lo que parecía un tronco en una montaña con
Abrí mis ojos para darme cuenta de que estaba mirando el cielo de una noche muy estrellada, me maravillé al ver semejante maravilla. Cuando sentí una mano junto a la mía, miré a mi lado y estaba Asher, volteé a mirarlo y verlo sonreír con algo de dificultad, me acerqué para darle un beso, él me sonrió con una sonrisa más completa. Luego lo beso nuevamente, pero no me separo de sus labios, él se ríe junto a mí. Y es cuando me acuerdo, que me quedé dormida en la mitad de un cerro antes de ir a salvar a mis seres queridos, brinqué del susto y me di cuenta de que realmente estaba sucediendo. Ayudo a Asher a levantarse, el cual ya estaba mejor que cuando llegamos. –¿Puedes con ello? –dije preocupada. –Claro que sí. No voy a fallarte luego que me dieras aire. –dijo. Plantó un beso en mi frente y continuamos nuestra subida al cerro, Alisher, no había vuelto a dejar rastro de ella. Miré a mis alrededores y no había nada. Sin duda, nos había abandonado. Miré mis manos temblorosas al estar s