Muevo mis dedos ansiosa, mi respiración es lenta y asfixiante, me sofoca porque podía imaginar lo que iba a pasar a cuando entrara.—Victoria muévete que no tengo todo el día para estar esperándote.Me sorprende mucho como él maneja la situación y también de que recuerde que debe usar mi segundo nombre como su esposa en este lugar.Me apresuro antes de que me deje atrás y lo sigo a su lado, detiene sus pasos y me mira fijamente con una expresión interrogante, espero que me diga algo, pero no lo hace y continua su andanza y nuevamente me posiciono a su lado. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que nos estaban observando, a ambos.Reconocí a una de las chicas con las que me llevaba más o menos, y otra que hablaba a mis espaldas de mí y cuando me vio me sonrió y asintió como si fuera una bienvenida. Confundida totalmente entro al ascensor.—Es extraño.—¿Qué cosa?—La forma en que todos me miraban.—No es algo de sorprenderse, después de todo pareces un agente secreto de los estados u
Ni si quiera sabia de lo que estaba hablando, ¿él… disculparse conmigo?, ja, si, como no, aunque… bueno… en realidad si lo hizo esa tarde en el baño.—Dime que si te devolvieron el mismo puesto porque sería injusto que no lo hiciera, incluso hicimos huelga por la injusticia que se te hizo.—¿Huelga?—Si, todas nos unimos cuando nos dimos cuenta de que te despidieron por simple capricho del presidente, todas somos testigos de lo mucho que te esforzabas todos los días para que al final te echaran de aquí y sin un centavo.Lo sabía, era demasiado bueno para que naciera de su avaro corazón el querer disculparse conmigo sinceramente, se disculpó porque las chicas iniciaron un huelga.“Que más se puede esperar de alguien como él”Ella me cuenta todo con sumo detalle y es que para todas no es algo nuevo que él quería echarme desde hace tiempo para meter a una secretaria linda y disponible a sus antojos y gustos para tener una diversión extra en la oficina.Claudia me toma de la mano y me lle
—¿Q–Qué demonios crees que haces?Pongo mis manos sobre su pecho y le doy un ligero empujón para quitármelo de encima.Me mira como si fuera un aperitivo, me toma con firmeza de la cintura nuevamente hasta encajar sus dedos en mi piel con rudeza. Nerviosa intento quitármelo de encima, pero me doy cuenta de que posee más fuerza que yo.“Es un hombre después de todo, claro que tendrá más fuerza que yo”—No sabía que te causaba tanto nerviosismo.—Y yo que fueras un maldito psicótico. Ya suéltame.Mi piel se eriza cuando escucho que dicen su nombre por lo que tuve que golpear su costilla con mi codo para que me soltara. Se inclina de dolor un poco y me mira furioso por golpearlo.Me alejo lo suficiente cuando están mas cerca.—Creímos que no vendrías.—Solo tuve un… contratiempo pequeño. —me mira molesto mientras masajea su costado derecho —Entremos.Cortante y realmente molesto me ordena que entre con él así que me vi obligada a hacerlo porque me susurró al oído nuestro trato.Siguiéndo
Al verlo desaparecer al tomar una llamada, tomé a mi hija del brazo y le pregunté que desde cuando se llevaba tan bien con Abel y ella me responde con un tono neutro que me descolocó que solo estaba actuando y eso me desconcertó porque nunca me había hablado de esa forma y jamás había actuado como si fuera una profesional, aquí hay algo más.—Violet, dime la verdad.—Mamá, perdón, pero creo que estas exagerando.—¿Exagerando yo? Escúchame… no puedes confiar ciegamente en él.—Ya lo sé mamá, no soy como tú.Aquellas palabras tan frías me helaron la sangre, jamás en mi vida ella me había hablado de esa forma, nunca me había faltado el respeto como lo hace ahora mismo. Si, tiene razón, soy una estúpida y no lo negaré, soy una estúpida por dar toda mi vida a ese hombre para que ella tuviera un techo y comida, soy la que se mató día y noche por culpa de los abusos de Abel Vlarios para que no me echara y que me hija se quedara sin vestir o sin comida.—Vete a tu habitación y estas castigada
—Mamá estará bien. No tienes que preocuparte por ella.—Lo prometes papá, ¿de verdad?.—Si. —besa su cabeza —¿Qué te parece si vamos por una tasa de leche a la cocina?Mueve su cabeza en afirmación. Me mira y me dice que no tardará así que le sonrío en respuesta.Ella se aferraba a su mano al salir de la habitación haciendo que sintiera un nudo en mi garganta porque no me daba cuenta de lo mucho que la habia afectado todo esto a Violet. Vuelvo a ver al medico y puedo ver que esta asombrado y no entiendo cuál es la sorpresa.—¿Esta bien?—¿Ah? …—murmura saliendo de su asombro —Si, si. Lo estoy. —me mira fijamente —¿En verdad es la esposa del hijo mayor del señor sebastian?—¿Tan extraño es que lo sea?—No es por usted señorita, digo, señora Vlarios. —voltea y se asegura que no haya nadie afuera. —Solo que todos los miembros de esta familia e incluso los que trabajamos para ellos, sabemos que él odiaba la idea del matrimonio y mucho menos la idea de lidiar con hijos. Él odia a los niños
De camino a casa sentí que él me miraba por ciertos segundo y cuando lo descubrí haciéndolo me di cuenta que habia culpabilidad en su mirada.—Gracias por esto.—Es lo menos que puedo hacer después años de causarte sufrimiento.“No entiendo, porque le afecta ahora lo que me hizo”—Fue mi culpa, no tuya.—Ambos sabemos que no es así, te hice trabajar sin descanso hasta tarde, incluso te quitaba tus días libres hasta provocarte… esto. Así que no me agradezcas.—Abel…El auto se detiene y él salió de inmediato. me ayudó a llegar a la habitación y luego se marchó. Pasaron las horas y no lo volví a ver, ni siquiera vino a dormir en la habitación. No se porque lo hice, pero, lo esperé y al ver que no llegaría me fui a la habitación de Violet y me acosté a su lado dándome cuenta de que ella tenia lagrimas en sus ojos.—Mamí… —murmura dormida —Perdon.Con amor la rodeo con mis brazos y atraigo hacia a mi. Beso su frente y cierro mis ojos esperando que el sueño me gane. Como podría enfadarme c
Mi corazón me golpea con una fuerza descomunal el pecho. La confesión me tomó por sorpresa, dejándome sin palabras. Mimente se llenó de preguntas, pero ninguna de ellas encontró salida. ¿Cómo podía ser que el hombre que creía que me odiaba, en realidad amaba sonrisa?Pero en mi corazón, sentía una calidez que no había sentido en mucho tiempo. Me sentí feliz al escuchar que alguien amaba mi sonrisa. —Durante 9 años… te observaba y veía tu sonrisa cuando estabas con los demás. Era hermosa y perfecta —acaricia mis labios con su pulgar —Pero cuando me sonreías a mi cuando te pedía algo, podía ver que era falsa, una sonrisa forzada y lo odiaba, queria que también me sonrieras de la misma forma que lo hacias con los demás.“Pude sentir el olor a tequila en su aliento.—Estas ebrio…—¿Y? —cuestiona —No dicen que los niños y los ebrios dicen la verdad. —tenia esa sonrisa traviesa que me ponía nerviosa y con los pelos de punta —Cuando te conocí pensaba: es linda. Por eso los primeros días int
—¡Que dijiste! —frunce el ceño molesta por mi respuesta —¡Como te atreves!…— Querida, déjame darte la noticia personalmente. Solo es una gastritis y viviré por muchos, muchos años con Abel, aunque las perras se revuelquen en sus guaridas.—¡Como te atreves!...El hermano de Abel aparece y nos mira fijamente y ella comienza a decirle que la ofendí.—¿Perdón?, pero no comprendo, ¿Cómo te ofendi?. Lo único que dije es que mi enfermedad es solo una gastritis y que viviré por muchos, muchos años con Abel, aunque las perras se revuelquen en sus guaridas. —hago un gesto de sorpresa. —Ups, perdón, no sabia eso.Siento que desfallezco, pero él me sujeta con firmeza.—Por eso estas gorda. —escupe con rabia y claro que me afectó —Ya me imagino como te pondrás si tienes otro.Me solté de su agarre cabreada, cerca de su cara le sonrío haciéndola enfadar pero aun falta la cereza al pastel.—Si, tienes razón, pero él prefirió a esta gorda y no a un cuerpo “perfecto” y es eso lo que te duele, ¿no? —