Lo que resultó como una farsa, terminó siendo real, me río como una loca a mitad de la calle sin creer que esto esté pasando. Pero no logró comprender cómo es posible esto.

Solo había una explicación para esto y esa explicación solo podría dármela mi madre. Me fui a casa y al llegar todos se dan cuenta de mi estado de ánimo. De mi desconcierto, pero no saben la razón de mi comportamiento. Por muchos años lo odie con todas mis fuerzas por haber abandonado a mi madre. Lo odie por haberla abandonado cuando ella más lo necesitó.

Caminé como un zombie, cada paso que daba era arrastrado mientras buscaba a mi madre. Logro encontrarla entrando a la habitación de Lucas pero en mi camino se interpone el hombre que ni siquiera sabe que en verdad existo y que cree que no soy biológicamente su hija.

—Violet, estás muy pálida. Ven siéntate… —rechacé con odio que me tocara. No quiero tenerlo cerca —¿Qué te pasa hija?

Una sonrisa llena de odio adorna mi rostro porque me llama así. Empuñó mis manos su