Aliados

—¿Sabe qué? —le doy una falsa sonrisa —Necesita un psiquiatra porque ni en sus mejores sueños seré su esposa o que mi hija lo llamará papá. Payaso. —murmuro cabreada.

No me iba a quedar aquí a escuchar estupideces como estas así que iba a ir por mi hija para largarme, pero él me toma del brazo molesto. Le exijo que me suelte de inmediato a menos que no quiera tener herederos en el futuro y el se mira sus partes entendiendo mi amenaza.

—No. Me vas a escuchar, si o sí.

—¡No! Escúcheme usted a mí. ¡Púdrase! No me va enredar en sus problemas con las víboras que tiene por familia y menos a mi hija.

Su mirada penetrante y hostil no me atemoriza si es lo que quiere lograr conmigo. Desde que me echó, soy inmune a cualquier intento de intimidación de Abel Vlarios.

Le doy una patada sus testículos por el coraje que tengo por su culpa. No lo entiendo. Ya me echó de mi trabajo, que demonios quiere de mi ahora, es ridículo decirle a su familia que soy su m*****a esposa y que mi hija es suya.

“¡Ja!, ni en mis peores pesadillas dejaría que este engendro del mal meta su miembro en mi vagina”

—¡Esto es por lo de antes imbécil!

—Maldita… loca!! —me mira con rabia —Tú…

—Aquí el único loco es usted por ser tan baboso que creyó que diría que si solo por ser rico y apuesto para las mujeres. —para mi no lo es —Me voy.

—Te vas a quedar si es que quieres cambiar el estilo de vida de tu hija. —dijo molesto —La razón de haberte despedido fue porque tenia otros planes para ti.

—Ay por favor, a quien quiere engañar con esa estúpida mentira, ¿cree que nací ayer?

—Si. —abro mi boca sin creer lo imbécil que es —Te aseguro que si me escuchas te agradará la idea.

—¿Si no lo hago que?

—Me aseguraré de que nunca te olvides de mi de una forma que no podrias siquiera imaginarlo.

Lo observo atónita, confundida y luego me rio en su cara ya que es la excusa más estúpida que pudo haberme dicho para haberme sacado de mi puesto.

—Aja —me cruzo de brazos —Y yo fui sumisa todo el tiempo con usted porque lo amaba en secreto.

—¿Qué dices? —eleva una ceja viéndolo sonreír.

—Es sarcasmo. —hago una mueca de fastidio y se enfada. —Lo que quiero decir es que es una estupidez lo que sale de su boca.

—No. —sentencia —Mira, sé muy bien que la estas pasando mal y que no tienes ni un centavo.

—¿Y todo gracias a quien no tengo donde caerme muerta?

Rueda sus ojos como si no fuera para tanto.

—Lo compensaré enserio, pero a cambio, quiero que hagas algo por mi.

—¿Otra vez? —recalco mis palabras haciendo que suelte un suspiro frustrado. Yo, desde hace años yo hacía todo por él pero ya se acabó —¿Qué cree? Me vale madre lo que quiera o lo que salga de su boca.

Me di la vuelta y fui por mi hija, la cargué en mis brazos dispuesta a irme y no escuchar toda la basura que me va a decir porque eso es lo que es ya que nunca tiene palabra de hombre, bueno así ha sido conmigo.

—Pagaré los estudios de tu hija hasta la universidad. —detengo mis pasos de golpe —Y les daré una casa en los suburbios.

Volteo a verlo. Entrecierro mis ojos viéndolo de forma interrogativa.

—Ok!… ¿y mi trabajo?

—No puedo darte un empleo en la empresa y sabes muy bien la razón.

“Tiene razón. Después de lo que pasó entre nosotros, seria extraño para ambos y sería muy humillante para mi”

—Pero puedo recomendarte para un puesto mas elevado con un amigo, paga bien. Piénsalo, no tendrías que pensar en los gastos mas que para la casa. Pero sería hasta que terminara nuestro acuerdo.

Lo observo de pies a cabeza pensando en lo que me estaba ofreciendo, en mi estado actual eso me vendría como caído del cielo, como un milagro. mi hija tendría su vida resuelta en sus estudios y yo no me tendría que preocupar por eso, pero… ¿Por qué esta tan desesperado?.

—Sus estudios en la mejor escuela y universidad del país. —habló poniendo mis condiciones. —Y todo pagado, absolutamente todo.

—De acuerdo.

“Eso fue fácil”

—La casa, un auto y también una paga semanal por ayudarte en esto. Y tambien fidecomiso al mes hasta mi muerte.

—¡Qué! —me gritó desconcertado —No. Confórmate con lo que te ofrecí. —dijo en negación. —Es mas de lo que te imaginas los gastos de un niño estudiando y los impuestos de la propiedad.

—Ok, —sonríe pensando que acepté —No hay trato, Byee!.

Cuando le di espalda me toma del hombro pidiéndome que no me vaya, sonrío porque en verdad esta desesperado. Volteo a verlo y finjo estar neutral.

—Bien, un pago semanal y un fidecomiso al mes, pero, empezará hasta que nuestro acuerdo termine. —es mejor que nada ¿no? —¿Algo más que quiera la señorita?

—Si, —levanto un poco mi cabeza sintiéndome superior a él —El pago semanal debe ser el doble de lo que me daba cuando trabajé para usted como su secretaria.

—Oye no!!… —dijo frutrado —Estaba siendo Irónico.

—Pero yo no. —afirmo con seguridad —¿Entonces?

—Bien. —acepta de mala gana —Pero deberás aceptar lo que yo diga, todo y firmaremos un…

—Un momento —lo detengo antes de que continue —A ver… los contratos son una m****a para usted así que… ni siquiera…

—Solo será temporal el matrimonio.

—Si claro, así dice siempre con todo…

“Espera…¿acaba de decir matrimonio?”

giro sobre mis talones rápidamente

—¿Qué?

 —¿Matrimonio?

—¿Es enserio que debo repetirte todo? —inquirió a punto de perder la paciencia.

—No, un momento. —lo detengo en seco —Podemos decir que fue algo de una noche o cualquier otra basura de mentira, pero ni loca un matrimonio falso y mucho menos con alguien como usted, prefiero un tiro en mi cabeza a que piensen que estoy casada con un energúmeno sin corazón y alma que se divierte humillando a todos y le fascina pasar por encima de todos sin pensar más que en sí mismo y que todo el tiempo en el trabajo me tenía esclavizada 24/7, no. Jamás, jamás.

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