—¿Cuántos años tiene?
—24, señor.
—Al menos tienes un hijo, en cambio yo, tengo un hijo de 33, 30, 29, 27 que tienen vidas desastrosas, pero el que más me preocupa es el mayor porque quiere hacerse la vasectomía para no tener hijos.
—Señor, si no fuera por aquel error, yo jamás habría tenido un hijo. —me mira con sorpresa —No me malentienda. Amo a mi hija, pero en este mundo lleno de basura humana es mejor que las personas como yo no tengan hijos o las personas que se creen mejor que nosotros como el idiota de mi ex jefe.
El silencio es monótono. Continúo jugando con las hojas en blanco, hago mi firma mientras continúo pensando.
—Creo que tienes razón. A veces traemos al mundo hijos, sin saber que podemos dañar sus vidas sin que nos demos cuenta.
—Así es.
—En fin. Fue un placer conocerla señorita… —le di mi nombre —Espero volver a verla señorita Lea Villanueva.
Pude ver como se fue con su hijo en el auto.
“sabía que era de familia rica.”
Al siguiente día volví corriendo porque mi amiga me había conseguido un puesto como camarera en un restaurante, no era lo que esperaba pero al menos me serviría para regresar a mi departamento y pagar una parte del alquiler.
Dejé a mi hija con la señora Martha, solo hasta terminar mi labor aquí y ganar algo de dinero por el trabajo. Me dieron las indicaciones de todo lo que consistía, era fácil asi que no tendría problema alguno.
“Será pan comido”
Atendí a todos los clientes, reconocí uno que otro por ser clientes de mi ex jefe pero como es de esperar, ellos ni siquiera se dieron cuenta de quien era y es porque no les importa ni un poco sus empleados y menos los empleados de otros.
—Excelente trabajo —dijo mi jefe temporal —Kenia tuvo razón al recomendarte, eres eficiente casi en todo.
—¿Casi?
—Te falta un cliente más. —Señala con su pluma hacia la entrada del restaurante y veo un auto estacionarse. —Recibiremos un cliente exclusivo, siempre hay problemas con él porque no sabemos lo que quiere. Si logras atenderlo y dejarlo contento, te conseguiré un empleo temporal —Le sonrío y aseguro que cambiaré ese casi en todo —Ya veremos.
Con más razón estaba dispuesta a hacerlo.
—Bienvenidos al restaurante Royal. —como lo hice con todos, les di mi mejor sonrisa —Aquí tienen las cartas del menú.
—Aun no pediremos. —dijo el hombre haciéndolas a un lado —Puedes retirarte.
Mantengo mi sonrisa intacta, pero tragándome mi rabia porque fue muy engreído y soberbio. Me di la vuelta y cuando mi jefe me ve nota mi disgusto así que forma una sonrisa con sus dedos índices.
—Sonríe
—Si —fuerzo una sonrisa
Esperamos cinco minutos y comenzamos a aburrirnos porque seguían sin pedir y ya se acercaba mi hora de largarme. Todos los meseros estaban en descanso menos yo.
“Porque lo tomé su orden… soy una tonta porque me estoy quejando por algo que me puede dar un empleo por días más”
Pataleo mientras me apoyo contra la pared.
—Lea —mi jefe me toca con su dedo índice el brazo —Ya llegó.
Me arreglo el cabello y mi vestimenta negra antes de salir. me acerco a ellos acomodando el boton que se me habia destrabado.
—Bienve…—las palabras se me atascan en la garganta al verlo otra vez.
“¡Que demonios es esto!”
Es el imbécil de mi ex jefe quien ni se ha dado cuenta de mi presencia. Volteo a ver a mi jefe y él me indica que sonría y siga rápido.
Inhalo profundo y digo mi línea corta.
—La especialidad de la casa. —Habla antes de que lo haga yo. Mantiene su vista en su cliente —Retirate.
Ni siquiera vio las cartas del menú y como siempre es una m****a con los empleados, mantengo mi sonrisa y me alejo de ellos pero me detuve empuñando mis manos. La sangre me hierve haciendo que quiera lanzarle las cartes en la cabeza.
—¡Lea!…
Mi jefe me hace reaccionar al llamarme sigilisamente. Me indica que me acerque y lo hago, me pregunta lo que pidió.
—La especialidad de la casa.
El gerente suelta un suspiro frustrado porque dice que siempre dice lo mismo y termina echándole la comida a los meseros que lo atienden.
—¿Cuál es la especialidad de la casa?
El gerente me explica con detalle el menú especial pero omite los ingredientes y me di cuenta de que entre los ingredientes seguramente se encontraba la nuez y pimienta. El las odia por alguna razón. Le dije que no agregaran la nuez y pimiento, se sorprende y lo piensa, pero le digo que la probará si lo hace.
Al estar lista, la serví, solo que la de Abel no tenia nuez y pimienta, estos fueron reemplazados con otros ingredientes que claramente no pueden saber los empleados, si supe lo de la nuez y pimienta es porque antes era mi trabajo saber que sus comidas no lo tuvieran.
—La especialidad de la casa, señores.
El la prueba y puedo ver que frunce el ceño con disgusto.
—Esto es sabe extraño.
—Eso es porque retiramos la nuez y pimienta de los ingredientes, señor Vlarios.
Su boca deja de moverse, levanta su cabeza y sus ojos se abren en grande cuando me ven.
“¡Mierda, lo llame como antes!”
Tira el tenedor a un lado del plato.
—No lo quiero.
—No se preocupe señor, no esta envenenado si es lo que piensa, ambos platillos fueron preparados por los mejores chef de la ciudad.
—Dije que no lo quiero. —ahí estaba ese loco engreído que odio con las patas —Llévatelo y desaparece de mi vista.
—Es una pena que tal platillo sea despreciado por la basura.
—¿Qué?...
—¿Qué?...
Ambos nos vemos las caras sin creer que había dicho eso.
“¡Carajo, creí que lo había dicho en mi cabeza!”
—Me retiro.
Al darles la espalda, cierro mis ojos y muerdo mi labio inferior alterada e intento huir, pero me grita que me detenga. Cierro mis ojos y maldigo por dentro.
“Enserio que no puedes controlarte la lengua Lea, ¡Bravo, bien hecho!”
Giro sobre mis talones y le muestro mi falsa sonrisa.
—Si, señor.
—Repite lo que dijiste. —me reta.
—Señor…
Levanta su mano para que guarde silencio.
—La única basura que hace asqueroso este lugar, es tu falsa sonrisa —parpadeo a punto de borrar mi sonrisa —No. me equivoco, es tu presencia.
Entre cierro mis ojos mientras mi sonrisa se agranda. Suelto un enorme suspiro y me rio conmigo misma. No lo toleré. Me acerqué a él, enarca una ceja por ello. Levanté mis manos dejando caer el platillo en su cabeza.
—Ups —finjo sorpresa —Perdón, lo confundí con la basura. —sus ojos se inyectan de ira —Uy señor… como usted consideró el platillo una basura no tuve más opción que arrojarla sobre la basura.
Estaba cubierto de comida y al escuchar a mi jefe llamarme molesto fui hacia a él y le dije que no necesitaba pagarme con el dinero de basuras como esas y me largué.
—¡Dios, que estúpida soy, lo único que debías hacer era controlarte y claro, no pudiste hacerlo inepta!.
Desde que salí del restaurante no hice mas que reprenderme a mi misma, estaba como en la mañana, si ni un centavo. Fui por mi hija y con lo único que tenia la llevé al parque y disfrutar de un lado, estaba en quiebra a punto de ser una mendiga y todo por mi m*****a lengua de serpiente.
—Que haré...
No era satisfactorio mi helado, y menos con el disgusto que hace amargo su sabor, observo a mi hija mientras ella alimentaba los patos en el atardecer. Bajo mi vista y observo mis manos sostener el herlado. todo el dia me maté para nada. Observo todo a mi alrededor y me percato que alguien me señaló. Venia bien vestido y mi mente gritó el nombre de mi exjefe.
El helado quema mis neuronas, cierro mis ojos y me tomo la cabeza, al abrirlos veo que venia hacia nosotras.
“¿La cárcel? ¿Acaso ese bastardo me denuncio después de todo?”
Tomé a mi hija de la mano y apresuré mis pasos al recordar la amenaza de él. Mi hija es lo más importante en mi vida y jamás dejaría que me alejaran de ella.
—¡Señora deténgase!
—¡¡Ni muerta!!
Corro para salir del parque y me aseguro de que no me puedan alcanzar. “¡Si!” al volver mi vista al frente me tropiezo cayendo sobre el pecho de alguien más.
—Al fin te encontré.
—¿Usted, es enserio? —me alejo rápido de él, pero me toma de la mano para impedirme huir —¡Suélteme!—¡Oye idiota suelta a mi mama!La mira molesta por entrometerse. Mi hija lo mordió haciéndolo gritar y maldecirla. Llena de coraje le di una patada en sus testículos.—¡Esto es por lo de antes imbécil!—¡¡Ahí está!!Volteo a ver por donde venia corriendo y vi a los mismos sujetos de hace un rato en el parque.—¡Carajo!Salí corriendo despavorida junto con mi hija hasta que pude huir de ellos. “qué diablos fue eso” me detuve cerca de mi casa y tomo bocanadas de aire porque siento que me muero por tanto correr “si lo sé, no soy atlética”—Mami, ¿estas bien?Le sonrío porque gracias a ella pude huir, la abrazo y la beso sin parar. Pero ella me llama nuevamente señalando hacia el edificio.—Ahí no!!… Mis cosas… vi como estaban sacando todas nuestras cosas a la calle. Empuño mis manos conteniendo mi rabia. Sentí tanta impotencia al ver cómo sacaban mis cosas del edificio que me impidió mo
—¿Sabe qué? —le doy una falsa sonrisa —Necesita un psiquiatra porque ni en sus mejores sueños seré su esposa o que mi hija lo llamará papá. Payaso. —murmuro cabreada.No me iba a quedar aquí a escuchar estupideces como estas así que iba a ir por mi hija para largarme, pero él me toma del brazo molesto. Le exijo que me suelte de inmediato a menos que no quiera tener herederos en el futuro y el se mira sus partes entendiendo mi amenaza.—No. Me vas a escuchar, si o sí.—¡No! Escúcheme usted a mí. ¡Púdrase! No me va enredar en sus problemas con las víboras que tiene por familia y menos a mi hija.Su mirada penetrante y hostil no me atemoriza si es lo que quiere lograr conmigo. Desde que me echó, soy inmune a cualquier intento de intimidación de Abel Vlarios.Le doy una patada sus testículos por el coraje que tengo por su culpa. No lo entiendo. Ya me echó de mi trabajo, que demonios quiere de mi ahora, es ridículo decirle a su familia que soy su maldita esposa y que mi hija es suya.“¡Ja!
Su expresión es de sorpresa.—Por poco y te mueres hablar como una lora sin parar. Además, ¿Quién dijo que sería falso?.—¡Qué! —grité desconcertada —¡Y encima tiene que ser real! —muevo mi dedo índice en negativa —El matrimonio no va conmigo y menos con un ególatra que mete su verga en la primera mujer que le abre las piernas.—Debe serlo o de lo contrario no me servirá y sabes que lo que no me sirve lo desecho.—Por experiencia propia, claro que lo sé.Rueda sus ojos al sentir mi forma sarcástica de responderle además que lo dije por mi.—Mira, solo diremos que, no querías que supiera que era el padre de la niña porque me conoces perfectamente y sabes que la idea de un hijo no estaba en mis planes y que no cambiaria mi estilo de vida solo por un error de una noche.—Aja, y mágicamente se dio cuenta de la existencia de su “hija” y por eso se casa con su madre, por obligación —frunzo el ceño —Si al menos usara la cabeza se detendría a pensar bien que es un estúpido plan que nadie va a
Un escalofrío me recorre por lo que me esta insinuando y claro que no es de placer. Suelto una risita divertida haciendo que sonrisa seductora se borre.—No sé que clase de broma es esta, pero es de mal gusto, en serio. —mantengo la calma. Elevo una ceja esperando que se me quite de encima pero no lo hace. —Puede quitarse, por favor.—¿Por qué? —masculla —¿Acaso tienes miedo de que pase algo?—No, solo que odio el ajo, el culantro… y el aliento que sale de su boca apesta a ajo con culantro, es asqueroso.Palidece alejándose de inmediato y molesto dice que no era necesario decirlo de esa forma tan despectiva, “estuvo cerca”. Su tono de voz al hablarme había cambiado, es neutral como siempre. Me observa de reojo, saca su celular de la bolsa de su pantalón y llama a alguien “creo que es su abogado”.—El abogado traerá los documentos para firmar el acta de matrimonio, tendrá todas las condiciones acordadas, podemos cambiar las fechas y así todos pensaran que ya llevamos un tiempo casados
En verdad me puedo dar cuenta que él estaba haciendo un enorme esfuerzo por no explotar y yo…. estoy que no me la creo; mi hija, mi niña dulce y hermosa habia cambiado en cuestión de horas, no es la misma.—Papá… —ella le da una mirada llena de maldad que me espantó —No quiero dejarte solo.La mira con miedo y luego me mira a mí, pero yo hice de la vista gorda, de reojo pude ver que la toma de la mano y ella le sonríe pero era una sonrisa falsa y escalofriante que hasta a mi me dio miedo.Entramos y claro que todas las miradas se posaron sobre nosotros tres, él egocéntrico y maldito Abel Vlarios llega en compañía de una niña y una mujer. Nadie jamás lo había visto como el moderno padre de familia.Me toma de la cintura y me apega a su cuerpo.—Sabes lo que tienes que hacer y decir. —susurra en mi oído, lo codeo para que me suelte —Entiendes.—Eres mi esposo, no mi jefe.Puedo darme cuenta de que todos me estaban viendo y me incomoda. Trato de verme serena y de no separarme de él porqu
ABELLa tomé de la cintura para salir de la habitación, pero ella me mira como si fuera una gata arisca advirtiéndome que no la toque porque me sacaría los ojos, ruedo mis ojos y la sigo detrás, me doy cuenta de que ella y su hija son muy unidas, se protegen la una a la otra.“¿Acaso perdí mi encanto con las mujeres?,Entiendo que la niña sea así porque ciertamente no me agradan los niños, por esa razón planeo hacerme la vasectomía, pero ella, no lo entiendo, me rechaza, siempre lo hizo y lo odiaba, ninguna mujer me rechaza, soy un encanto y todas caen a mis pies por ello.No es a la primera que trato cruelmente, siempre lo hago con la mayoría y siempre cuando cambio mi actitud caen nuevamente, pero esta mujer es como si yo fuera una plaga que debe exterminar lo más pronto posible.—Entonces quieres este matrimonio por la residencia de la familia o por toda la fortuna. —llama mi atención —¿No crees que es absurdo esto que haces solo por una casa??“Ella no sabe nada”—No es solo una c
LEAEs irónico, solo llevamos 12 horas casados y ya esto comienza a apestar.—Entonces dices que debo dejar que me traten como servidumbre o…—No lo harán.Discutir no es algo que quiera y menos frente a mi hija, así que deje la conversación hasta ahí, si de algo sé es que pelear con él seria algo de nunca acabar.“Y que pensabas, el hecho de que están casados no significa que el te vea como su esposa y señora”Fue una estupidez de mi parte haber dicho eso y es algo que no volveré a repetir.Me tomé un baño para después preparar a mi hija, aunque fuera por última vez, debía dejarla en la guardería porque debía preparar todo lo que nos queda y guardarlo en alguna parte hasta que la casa en los suburbios esté disponible para nosotras.—¿Qué es eso? —cuestiona cuando salgo de la habitación —No… no, definitivamente no vas a salir así.Me miro de arriba abajo.—¿Por qué no?—Mi esposa no debe verse como una mujer corriente y sin clase.—Yo no soy su esposa en realidad, el hecho de que un p
Observo que revisa el uniforme y es cuando me detuve a pensar que antes había escuchado que en esas escuelas existe el bullyng según el estatus social.—Violet. —llamo su atención —Sé que no lo hice antes, pero… ¿estás de acuerdo con esto?—Mami, él te hizo mucho daño antes, claro que lo estoy.—No. Yo no quiero que te involucres en esto hija, lo que pasó entre nosotros no es tu problema, ¿entiendes?—Lo sé mami, pero no le voy a perdonar que te lastimara.A pesar de que su nacimiento no fue algo planeado, ella se convirtió en la esencia de mi existencia, por ella fue que valió la pena tanta tortura a manos de Abel. Después de dejarla sola en su cuarto, en el pasillo lo vi esperándome, mueve su cabeza para que lo siga adentro de una habitación.Claro que me di cuenta de inmediato que era la habitación que compartiríamos, lógicamente estamos casados, por ende, debemos dormir juntos.—Debemos bajar a cenar, una empleada se encargará de Violet así que tendrás tiempo de cambiarte.Aún seg