—¿Q–Qué demonios crees que haces?Pongo mis manos sobre su pecho y le doy un ligero empujón para quitármelo de encima.Me mira como si fuera un aperitivo, me toma con firmeza de la cintura nuevamente hasta encajar sus dedos en mi piel con rudeza. Nerviosa intento quitármelo de encima, pero me doy cuenta de que posee más fuerza que yo.“Es un hombre después de todo, claro que tendrá más fuerza que yo”—No sabía que te causaba tanto nerviosismo.—Y yo que fueras un maldito psicótico. Ya suéltame.Mi piel se eriza cuando escucho que dicen su nombre por lo que tuve que golpear su costilla con mi codo para que me soltara. Se inclina de dolor un poco y me mira furioso por golpearlo.Me alejo lo suficiente cuando están mas cerca.—Creímos que no vendrías.—Solo tuve un… contratiempo pequeño. —me mira molesto mientras masajea su costado derecho —Entremos.Cortante y realmente molesto me ordena que entre con él así que me vi obligada a hacerlo porque me susurró al oído nuestro trato.Siguiéndo
Al verlo desaparecer al tomar una llamada, tomé a mi hija del brazo y le pregunté que desde cuando se llevaba tan bien con Abel y ella me responde con un tono neutro que me descolocó que solo estaba actuando y eso me desconcertó porque nunca me había hablado de esa forma y jamás había actuado como si fuera una profesional, aquí hay algo más.—Violet, dime la verdad.—Mamá, perdón, pero creo que estas exagerando.—¿Exagerando yo? Escúchame… no puedes confiar ciegamente en él.—Ya lo sé mamá, no soy como tú.Aquellas palabras tan frías me helaron la sangre, jamás en mi vida ella me había hablado de esa forma, nunca me había faltado el respeto como lo hace ahora mismo. Si, tiene razón, soy una estúpida y no lo negaré, soy una estúpida por dar toda mi vida a ese hombre para que ella tuviera un techo y comida, soy la que se mató día y noche por culpa de los abusos de Abel Vlarios para que no me echara y que me hija se quedara sin vestir o sin comida.—Vete a tu habitación y estas castigada
—Mamá estará bien. No tienes que preocuparte por ella.—Lo prometes papá, ¿de verdad?.—Si. —besa su cabeza —¿Qué te parece si vamos por una tasa de leche a la cocina?Mueve su cabeza en afirmación. Me mira y me dice que no tardará así que le sonrío en respuesta.Ella se aferraba a su mano al salir de la habitación haciendo que sintiera un nudo en mi garganta porque no me daba cuenta de lo mucho que la habia afectado todo esto a Violet. Vuelvo a ver al medico y puedo ver que esta asombrado y no entiendo cuál es la sorpresa.—¿Esta bien?—¿Ah? …—murmura saliendo de su asombro —Si, si. Lo estoy. —me mira fijamente —¿En verdad es la esposa del hijo mayor del señor sebastian?—¿Tan extraño es que lo sea?—No es por usted señorita, digo, señora Vlarios. —voltea y se asegura que no haya nadie afuera. —Solo que todos los miembros de esta familia e incluso los que trabajamos para ellos, sabemos que él odiaba la idea del matrimonio y mucho menos la idea de lidiar con hijos. Él odia a los niños
De camino a casa sentí que él me miraba por ciertos segundo y cuando lo descubrí haciéndolo me di cuenta que habia culpabilidad en su mirada.—Gracias por esto.—Es lo menos que puedo hacer después años de causarte sufrimiento.“No entiendo, porque le afecta ahora lo que me hizo”—Fue mi culpa, no tuya.—Ambos sabemos que no es así, te hice trabajar sin descanso hasta tarde, incluso te quitaba tus días libres hasta provocarte… esto. Así que no me agradezcas.—Abel…El auto se detiene y él salió de inmediato. me ayudó a llegar a la habitación y luego se marchó. Pasaron las horas y no lo volví a ver, ni siquiera vino a dormir en la habitación. No se porque lo hice, pero, lo esperé y al ver que no llegaría me fui a la habitación de Violet y me acosté a su lado dándome cuenta de que ella tenia lagrimas en sus ojos.—Mamí… —murmura dormida —Perdon.Con amor la rodeo con mis brazos y atraigo hacia a mi. Beso su frente y cierro mis ojos esperando que el sueño me gane. Como podría enfadarme c
Mi corazón me golpea con una fuerza descomunal el pecho. La confesión me tomó por sorpresa, dejándome sin palabras. Mimente se llenó de preguntas, pero ninguna de ellas encontró salida. ¿Cómo podía ser que el hombre que creía que me odiaba, en realidad amaba sonrisa?Pero en mi corazón, sentía una calidez que no había sentido en mucho tiempo. Me sentí feliz al escuchar que alguien amaba mi sonrisa. —Durante 9 años… te observaba y veía tu sonrisa cuando estabas con los demás. Era hermosa y perfecta —acaricia mis labios con su pulgar —Pero cuando me sonreías a mi cuando te pedía algo, podía ver que era falsa, una sonrisa forzada y lo odiaba, queria que también me sonrieras de la misma forma que lo hacias con los demás.“Pude sentir el olor a tequila en su aliento.—Estas ebrio…—¿Y? —cuestiona —No dicen que los niños y los ebrios dicen la verdad. —tenia esa sonrisa traviesa que me ponía nerviosa y con los pelos de punta —Cuando te conocí pensaba: es linda. Por eso los primeros días int
—¡Que dijiste! —frunce el ceño molesta por mi respuesta —¡Como te atreves!…— Querida, déjame darte la noticia personalmente. Solo es una gastritis y viviré por muchos, muchos años con Abel, aunque las perras se revuelquen en sus guaridas.—¡Como te atreves!...El hermano de Abel aparece y nos mira fijamente y ella comienza a decirle que la ofendí.—¿Perdón?, pero no comprendo, ¿Cómo te ofendi?. Lo único que dije es que mi enfermedad es solo una gastritis y que viviré por muchos, muchos años con Abel, aunque las perras se revuelquen en sus guaridas. —hago un gesto de sorpresa. —Ups, perdón, no sabia eso.Siento que desfallezco, pero él me sujeta con firmeza.—Por eso estas gorda. —escupe con rabia y claro que me afectó —Ya me imagino como te pondrás si tienes otro.Me solté de su agarre cabreada, cerca de su cara le sonrío haciéndola enfadar pero aun falta la cereza al pastel.—Si, tienes razón, pero él prefirió a esta gorda y no a un cuerpo “perfecto” y es eso lo que te duele, ¿no? —
Siendo sincera… no pude dormir, aun no creía que en verdad había pasado lo nuestro. Nos llegó la tarde y él claro que durmió todo el tiempo, ni siquiera se percató de que solo estaba fingiendo dormir para que no me viera a la cara.Si. En el sexo soy de esta forma porque muchas preguntas abundan mi cabeza y más después de mi primera vez en la que terminé embarazada. Pero como lo dijo él, esto era diferente, estamos casados, legalmente ¿cierto? Y falta medio año para que el “contrato termine” pero cuando llegue el tiempo… supongo que es decisión de cada uno si queremos que esto termine, pero… ayer hablamos y bueno, digo que eso no va pasar, creo.Fue la mejor mañana que pude tener en toda mi vida y fue raro ya que parecía como si en verdad fuéramos marido y mujer y que no ha sido la primera vez que lo hacemos. La pasión y el deseo que habia entre nosotros aun los siento en mi piel y me hace reír ya que jamás pensé que Abel y yo podríamos llegar a esto o que él...“El siempre me quiso”
Apenas comenzamos a entendernos en esta relación que al principio comenzó como una farsa, y claro que eso me hizo ver que no todo infierno es tan malo como se ve, al principio claro. Porque jamás pensé que Abel al que todos conocemos por ser un hombre de sangre fría y sobre todo arrogante, pudiera tener sentimientos parecidos al amor y menos por alguien tan común como yo y lo digo porque no soy una modelo hermosa con una gran reputación, o una mujer proveniente de una familia multimillonaria.Simplemente fui su empleada por varios años a la que hizo de su vida laboral un maldito infierno, ahora estoy aquí dentro de su familia, los Vlarios que al principio fingía ser su esposa mas ahora…. “aunque la verdad no sé que es lo que soy ahora”Legalmente soy su esposa, pero él jamás lo vio así y eso me lo dejó en claro el primer día en que pisé esta casa así que no puedo decir en palabras lo que somos.—Estoy lista mamá. —observo a mi hija con su uniforme impecable —¿Te pasa algo mamí?—No. —