Capítulo 89
—Es increíble… —Amanda MacMillan sonrió llevando su sexta copa a la boca mientras su otra pierna, se subió para cruzarse, haciendo que su vestido se abriera un poco.

André tomó una calada del puro, que la mujer le había regalado unas horas antes, incluso cuando su padre todavía estaba comiendo con ellos, en una cena normal de negocios.

Sin embargo, ahora eran ellos dos en el mismo restaurante, tomando una botella que la misma loca había insistido en abrir.

La verdad es que André ya se sentía cansado de responder de forma monótona, desde hace media hora estaba esperando ese supuesto negocio extra que la mujer prometió asomar, después de que su padre se retiró, y aquí ella ahora solo hablaba estupideces, que a la larga lo estaban sacando de la paciencia.

Pero nada, la situación se había alargado más y más, y aunque ni siquiera sabía de lo que estaba hablando, y que lo tenían sin cuidado, podía notar que, evidentemente, ella se estaba retorciendo en esa silla como si fuera una gata en
Maria Pulido

Este capítulo es dedicado a Mai Patiño, gracias por tu apoyo

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