-Ahora es usted el que dice estupideces – Se descaró por primera vez Débora - Deje de llamarme chiquita, no soy chiquita, tengo un nombre y se lo dije ayer, no como usted que aún no me dijo el suyo.-Bien, perdón por mi mala educación – afirmó él con ironía – me presentaré, me llamo Daniel Savater. ¿Conforme? - Habló mientras la acompañaba a la mesa, retiró una silla y la hizo sentar educadamente. - Ves cómo puedo ser un auténtico caballero cuando quiero chiquita…, ay perdón – Se burló nuevamente mientras se sentaba delante - Ahora que ya nos hemos presentado correctamente intentemos hablar razonadamente, de acuerdo. ¿Quieres un poco de vino?-No – contestó Débora. – No puedo tomar alcohol, aún no tengo la edad.Haciendo caso omiso de su negativa le sirvió al tiempo que le decía que tomar un poco de vino cenando era el menor de sus problemas, a fin de cuentas, después de probar el whisky barato del Menfis ya tenía el estómago preparado para cualquier cosa.-Usted nunca escucha verda
La muchacha ya más tranquila bufó, al parecer debería repetir nuevamente todo, así que se armó de paciencia y valor pues le dolía mucho hablar de ese hecho desgraciado que fue el inicio de su caída. Dispuesta a terminar con la conversación de una buena vez decidió explicarle su historia, confiaba que si Daniel quedaba satisfecho cumpliría su palabra y la dejaría marchar... Despacito relató lo mismo que ya le había explicado a Mike, Daniel la interrumpía constantemente con infinidad de preguntas intentando descubrir alguna contradicción, algún matiz al que poder agarrarse para afianzar su teoría del chantaje…-¿Reconocerías a los que asesinaron a tus padres? – Preguntó sin saber demasiado porqué.-Por supuesto… nunca olvidaré sus caras… Sólo dejaron con vida a los jóvenes, con los hombres no sé lo que hicieron, pero a las mujeres nos trataron como a mercancía, estuvimos un par de días recorriendo locales de la frontera nos bajaban y los dueños de esos sitios escogían las chicas que que
Empezó por una pregunta sencillita, el tiempo que llevaba allí…-No recuerdo muy bien, no podía salir a la calle, por lo que para mí todos los días eran iguales. Creo que no hacía ni un par de meses que estaba allí, pero sólo trabajaba de camarera, se lo juro... – Aseguró vehementemente Débora-¿Y como es eso...?-Pues… Juárez me dejó a cargo de Monna, una de las chicas para que me enseñara, ella advirtió que yo no tenía demasiada idea de nada y hube de confesarle que nunca había tenido relaciones, supongo que se lo contó a Juárez porque a partir de entonces me pusieron a servir mesas y limpiar. --¿Y entónces...? – Se impacientó Daniel-Hace unos días, desde que Mandy se fue, Doris empezó a burlarse de mí diciendo que ya me tocaba ocupar su lugar, escuché escondida una conversación entre Juárez y ella: preparaban mi primera vez, iba a ser una especie fiesta privada o algo así, con clientes ricos donde me iban a subastar… - se interrumpió unos segundos para coger fuerzas antes de pros
-Esta bien, - reconoció el Daniel cerrando los ojos para pensar con claridad. Su explicación parecía creíble..., pero no podía apartar de su mente las dudas. Estaba seguro que había algo más en su historia, no podía dejarse embaucar, estaban en juego demasiadas cosas, su prestigio, las empresas, la estabilidad de su hijo...¡Su madre! ¡Dios!… Apenas cuatro días antes le había confesado sus intenciones de optar a la alcaldía de Houston. Tener un hijo putero y corruptor de menores no era el mejor reclamo electoral. No podía confiarse, su madre no se lo merecía. Abrió los ojos para mirarla fijamente e insistió en sus indagaciones –Tú no me habías visto nunca, yo estuve dos meses alejado de la zona. Hacía tiempo que no había ido por el Menfis, por lo tanto, ¿no sabías quién era?-Era la primera vez que lo veía – Reconoció Débora-Entonces, si no me habías visto nunca, ¿como supiste quien era yo? – Insistió Danny, era vital asegurarse que el encuentro había sido fortuito, y encontró en esa
Cada vez estaba más convencido de la necesidad de mantenerla a su lado, dos motivos de peso se lo exigían: el primero protegerse y proteger a su familia, y, en segundo lugar, ante la improbable posibilidad de que la historia de la joven fuera verdad le remordería la conciencia haberla abandonado a su suerte. No era ningún estúpido y sabía con toda certeza que por mucho que dijera lo contrario, una joven sin papeles y evidentemente con pocos estudios no tenía muchas posibilidades de trabajar en su país en otra cosa que no fuera el negocio del sexo. Se jugaba un dólar que pronto volvería a caer en las manos de algún indeseable y tarde o temprano regresaría a lo mismo.Interiormente la muchacha le recordaba a su hermana, era incluso más joven que ella, una hermana que lo había tenido todo en la vida y que vivía estupendamente en un lujoso apartamento mientras estudiaba en una de las mejores universidades del país. El si iba con prostitutas…, si no las hubiera las necesitaría… pocas logr
Débora obvio ese último comentario tan íntimo de Daniel sobre la fortuna de su familia, de hecho, a ella le importaba muy poco su nivel de ingresos pues lo único que deseaba era apartarse de su lado y olvidar como se conocieron. Así que se concentró en ese punto: alejarse de él. Su mente trabajaba a destajo buscando motivos válidos para negarse, lo primero que se le ocurrió fue alegar su reputación y la falta de preparación.Daniel, negociador implacable, encontraba pronto respuestas para todo: por la reputación, si ella no decía nada, nadie sabría. Por la preparación no debía preocuparse pues una maestra daba clases al niño cada día. No buscaba nadie preparado ni de clase: únicamente necesitaba una chica joven como ella para que estuviera al pendiente su hijo, se ocupara de darle las comidas, aseo y además lo entretuviera y jugara con él… Como si fuera una madre o una hermana mayor…El estaba todo el día fuera y sólo lo veía por las noches, no quería que su hijo se pasase todo el tiem
Si… - respondió rotundamente Daniel – Voy a casarme con ella.Como era previsible, el café que Mike intentaba llevarse a la boca terminó derramado por encima de su camisa.-¡Maldición! – Se quejó intentando secar su camisa – Mira a lo que llevan tus estúpidas bromas. Ahora voy a tener que cambiarme en el baño pues ya he dejado la habitación y tengo mi maleta en la recepción.-Pues vas a tener que regresar a ella – respondió tranquilamente Dan – Nos quedamos hasta mañana, acabo de informar al hotel.-¿Y el avión?-También nos recogerá mañana.-Sabes que a mi familia no les gusta que este demasiado tiempo separado de ellos. ¿No habíamos terminado ya? – preguntó enojado Mike-Cómprales un regalo más caro – Repuso Daniel, pero al observar que su amigo le lanzaba una dura mirada de reprobación por ese comentario tan grosero se disculpó enseguida. –Y lo de la boda no es ninguna broma, y te necesito como testigo. –Añadió para zanjar el tema.-Creo que te estás volviendo completamente loco. Y
-No hombre… - interrumpió Dan - claro que no. Sabes que ni soy un depravado ni mucho menos un corruptor de menores, la invité a sentarse conmigo cuando me sirvió la bebida, y luego prácticamente no le di otra opción.-¿Demasiada casualidad no? – Dudó Miguel.-No sé. A ver, recapitulemos, ayúdame a ver si tú también lo ves como yo: A los dos nos ha explicado que se hizo amiga de Mandy la chica con la que yo estaba siempre, esta le contó que yo la trataría bien y que era generoso, así que cuando me vio sumo dos y dos …. – Iba explicando Dan. – Aprovechó mi invitación , y eso es verdad, no vino directa a por mí, eso sí creo recordarlo, aunque vagamente, no estaba en mi mejor momento. ¡Tú sabes! Salí esa noche porque se cumplían los tres años de la traición de Rebeca ya había bebido antes de salir de casa y en el Menfis prácticamente me bebí una botella entera de whisky. Débora me recordó, y de eso si estoy seguro de que se acercó a mi una de las chicas, una rubia llamada Doris a la que