Cada vez estaba más convencido de la necesidad de mantenerla a su lado, dos motivos de peso se lo exigían: el primero protegerse y proteger a su familia, y, en segundo lugar, ante la improbable posibilidad de que la historia de la joven fuera verdad le remordería la conciencia haberla abandonado a su suerte. No era ningún estúpido y sabía con toda certeza que por mucho que dijera lo contrario, una joven sin papeles y evidentemente con pocos estudios no tenía muchas posibilidades de trabajar en su país en otra cosa que no fuera el negocio del sexo. Se jugaba un dólar que pronto volvería a caer en las manos de algún indeseable y tarde o temprano regresaría a lo mismo.Interiormente la muchacha le recordaba a su hermana, era incluso más joven que ella, una hermana que lo había tenido todo en la vida y que vivía estupendamente en un lujoso apartamento mientras estudiaba en una de las mejores universidades del país. El si iba con prostitutas…, si no las hubiera las necesitaría… pocas logr
Débora obvio ese último comentario tan íntimo de Daniel sobre la fortuna de su familia, de hecho, a ella le importaba muy poco su nivel de ingresos pues lo único que deseaba era apartarse de su lado y olvidar como se conocieron. Así que se concentró en ese punto: alejarse de él. Su mente trabajaba a destajo buscando motivos válidos para negarse, lo primero que se le ocurrió fue alegar su reputación y la falta de preparación.Daniel, negociador implacable, encontraba pronto respuestas para todo: por la reputación, si ella no decía nada, nadie sabría. Por la preparación no debía preocuparse pues una maestra daba clases al niño cada día. No buscaba nadie preparado ni de clase: únicamente necesitaba una chica joven como ella para que estuviera al pendiente su hijo, se ocupara de darle las comidas, aseo y además lo entretuviera y jugara con él… Como si fuera una madre o una hermana mayor…El estaba todo el día fuera y sólo lo veía por las noches, no quería que su hijo se pasase todo el tiem
Si… - respondió rotundamente Daniel – Voy a casarme con ella.Como era previsible, el café que Mike intentaba llevarse a la boca terminó derramado por encima de su camisa.-¡Maldición! – Se quejó intentando secar su camisa – Mira a lo que llevan tus estúpidas bromas. Ahora voy a tener que cambiarme en el baño pues ya he dejado la habitación y tengo mi maleta en la recepción.-Pues vas a tener que regresar a ella – respondió tranquilamente Dan – Nos quedamos hasta mañana, acabo de informar al hotel.-¿Y el avión?-También nos recogerá mañana.-Sabes que a mi familia no les gusta que este demasiado tiempo separado de ellos. ¿No habíamos terminado ya? – preguntó enojado Mike-Cómprales un regalo más caro – Repuso Daniel, pero al observar que su amigo le lanzaba una dura mirada de reprobación por ese comentario tan grosero se disculpó enseguida. –Y lo de la boda no es ninguna broma, y te necesito como testigo. –Añadió para zanjar el tema.-Creo que te estás volviendo completamente loco. Y
-No hombre… - interrumpió Dan - claro que no. Sabes que ni soy un depravado ni mucho menos un corruptor de menores, la invité a sentarse conmigo cuando me sirvió la bebida, y luego prácticamente no le di otra opción.-¿Demasiada casualidad no? – Dudó Miguel.-No sé. A ver, recapitulemos, ayúdame a ver si tú también lo ves como yo: A los dos nos ha explicado que se hizo amiga de Mandy la chica con la que yo estaba siempre, esta le contó que yo la trataría bien y que era generoso, así que cuando me vio sumo dos y dos …. – Iba explicando Dan. – Aprovechó mi invitación , y eso es verdad, no vino directa a por mí, eso sí creo recordarlo, aunque vagamente, no estaba en mi mejor momento. ¡Tú sabes! Salí esa noche porque se cumplían los tres años de la traición de Rebeca ya había bebido antes de salir de casa y en el Menfis prácticamente me bebí una botella entera de whisky. Débora me recordó, y de eso si estoy seguro de que se acercó a mi una de las chicas, una rubia llamada Doris a la que
-Lo tengo todo previsto – alardeó Daniel - Ahora le he dejado un poco de libertad, pero una vez que terminemos de hablar vamos a ir a buscarla y la dejaré bajo tu tutela. Espero que cumplas tu cometido como guardián y no la dejes comunicarse con nadie. Durante la comida la presionaré tanto que no le quedará más remedio que aceptar esta boda.-No sé Daniel, pero creo que deberías sopesar otras alternativas, el matrimonio son palabras mayores – Razonó Mike, ya en un último intento desesperado para obligar a su jefe y amigo a entrar en razón.-Eso para ti hermano, porque eres un sentimental – se burló o más bien dicho lo intentó sin lograrlo Dan. La verdad es que la situación no estaba para burlas, pero que se le podía hacer, a lo hecho pecho y no había marcha atrás. Así que prosiguió – De todas formas, tampoco iba a casarme nunca más. Así que: ¿que más da casarme por un tiempo? Cuando haya pasado el peligro nos divorciamos, le doy con un poco de dinero y encima le hago un favor, podrá i
-¿Qué es lo que no le harías a tu hijo, a ver? – preguntó Mike cansinamente sabiendo lo que iba a contestarle, la historia repetida hasta la saciedad de su hermano Jorge, pero sabía que a su amigo le hacía bien hablarlo y ¿quién sabe?, a lo mejor llegaba el día en que lo convencía, él no iba a cejar en su empeño de lograrlo.-Pues ya lo sabes hombre, no pienso ser como mi padre que se casó viudo y con un hijo. Luego me tuvo a mí y a mi hermana…-Y fue muy feliz con tu madre. – Interrumpió Mike - Hasta rejuveneció al ser padre de nuevo. Os adoraba a ti y a Lisbeth. Tu fuiste siempre su mano derecha y ella la niña de sus ojos… ¿Dónde estarían ahora el rancho Doble D y los pozos de petróleo? – el mismo respondió a esa pregunta – ¡Yo te lo diré: Jorge los hubiera perdido en una timba de póker!, Y sin rancho no hay Savater’s Oil. Sabes perfectamente que Jorge hubiera acabado con todo en caso de seguir vivo y haber sido el único heredero. ¡Y aún hay más! ¿Dónde estaría ahora la corporación
-¡Vayamos a buscarla, ya habrá tenido tiempo suficiente para lo que sea que haya hecho y hablado con quién sea…! – Se impacientó Dan, harto de esa conversación que había caído en punto muerto.Se levantaron, firmaron la cuenta y salieron del restaurante. Daniel necesitaba revisar el contrato de compra del semental y realizar algunas llamadas de negocios, así que cuando la encontraron curioseando en una tienda de juguetes le pidió que se quedara el resto de la mañana con Mike, tal como habían convenido los dos amigos. Al verse nuevamente solos, Mike se encogió de hombros, al parecer su jefe y amigo le estaba tomando gusto a eso de dejarlo de niñera, pues ni modo, se lo tomó con filosofía y decidió poner su mejor cara. Eso sí, rogó para que no trascendiera, si Marcia se enteraba que había acompañado de compras a una desconocida y cuando ella se lo pedía siempre le ponía excusas dormiría en el sofá una buena temporadita. Así que para hacerse perdonar le pidió a Débora que lo ayudara a
-¿Mi puta? – se extrañó - Que bobada estás diciendo, si quisiera que fueras eso te habría dejado en el Menfis y hubiera pagado por ti las veces que me viniera en gana. Estás completamente fuera de ti. – Respondió enojado, pero luego vio que a través de su actitud no conseguiría tranquilizarla y apaciguó un poco el tono prosiguiendo: -¿Qué te hace pensar que quiero que seas eso?Débora contestó con otra pregunta: - ¿Esos vestidos que han traído no son para una persona que ha de cuidar de un niño pequeño?, Véalos usted mismo…, - Gritó Débora mientras salía de su habitación alzando un minivestido rojo con un solo tirante que tiró de cualquier manera sobre el mullido sofá. –Y mucho menos esos zapatos de tacón. Juárez obligaba a sus mujeres a usar zapatos iguales en el Menfis…- siguió gritando mientras señalaba tres pares de zapatos esparcidos encima de la alfombra: unas sandalias negras tipo romanas de plataforma altísima, unos pepe toes plateados con un finísimo tacón de aguja y el últ