Luego de algunos días, la pareja estableció un ritmo. Jeremy siempre era el primero en despertar, y si Coco no lo urgía para salir, la despertaba a ella para hacer el amor. Jennifer nunca se negaba, ni decía estar cansada, ni tener dolor de cabeza, ni le pedía que la dejara dormir. Era la esposa perfecta.Sólo le incordiaba un poco cuando elegía mal la ropa. Era capaz de hacerle cambiar todo el atuendo que ya había elegido sólo por un detalle, pero él se dejaba guiar. Había notado que lo miraban diferente desde que ella le elegía la ropa, y era para bien.Luego de que él se iba a trabajar, si no tenía clases, Jennifer se encargaba de las cosas de la casa, de Coco, iba a visitar a su madre, o simplemente, dormía otro poco. El personal de servicio se había ido reduciendo con los días, y los que quedaban, hacían lo posible por conservar su empleo.Cuando al fin una decoradora tuvo tiempo para visitarla, Jennifer se emocionó. Por fin iba a dejar atrás esta casa que parecía el vómito de un
Tan bonita, tan sensual, tan hermosa mi chicaSeducido por tu mente, por tu encanto y tu sonrisaTe convertí en mi sueño, en mi realidad, mi mejor amigaDepositaria de mis secretos, conocedora de mis cuitas…Jeremy observó desde una de las ventanas de su recién decorada casa a Jennifer, que llegaba de uno de los extremos del jardín examinando junto al jardinero los diferentes parterres de flores. Tenía jardín también, pensó, y se dio la vuelta para mirar los nuevos muebles y el decorado de la sala.La casa parecía otra, ella le había cambiado sólo el decorado, pero a veces no reconocía nada en ella, y no porque le disgustara o la sintiera ajena; cada día que pasaba era más suya, más de los dos. Por dentro y por fuera, la casa había cambiado mucho. Los colores, los muebles, la armonía que se respiraba… incluso el personal parecía otro, eficiente y solícito. No había siquiera que llamarlos, parecían adivinar que los necesitaban, y allí estaban.Su ropa siempre estaba limpia, ya no se ar
Tragó saliva pensando en eso; sentía que estaba dando y dando, y, en cambio, él se guardaba todo. En la cama la relación era insuperable; en la sala, eran un modelo de marido y mujer, pero a la hora de la verdad, él era distante, excluyéndola de su vida. Hoy había sido el aniversario de muerte de sus padres, y no le había dicho nada, ni siquiera a modo de información. Había ido a visitarlos dejándola a ella por fuera. Tenía otro hermano, aunque adoptivo, y no se lo había dicho; que fuera famoso o no, tal como él decía, no era relevante, pero no podía evitar sentirse aislada por haberlo ocultado.A pesar de estar casados, a pesar de ser su esposa, de lo bien que se llevaban, ella seguía siendo una extraña para él.Salió de la bañera para aclararse el jabón en la ducha sin mirarlo directamente a los ojos. Sentía que los ojos le picaban. En momentos como este, se le olvidaba que esta relación era pura conveniencia, nada de sentimientos.Lamentablemente, ella sí se estaba involucrando, ca
Conoces cada detalle de míYa nada te puedo esconderDescubres mi alma para tiSólo estoy a tu mercedJeremy subió a su habitación casi a la una de la madrugada. De no ser porque Aidan empezó a bostezar, se habrían quedado hablando largo rato, pero estaba cansado, pues había volado desde Europa la noche anterior para estar aquí hoy temprano, y no había descansado en todo el día.En silencio, se sacó la ropa y se metió en la cama sintiéndola muy grande y muy fría. A un extremo estaba Jennifer, dormida y de cara hacia el otro lado. Se acercó a ella y la abrazó, sintiendo, inevitablemente, que la frialdad que había traído en su corazón se disipaba lentamente al calor de su cuerpo. Ella despertó, y al sentir las manos de él por su cuerpo, murmuró:—Hazlo rápido, mi marido está abajo —Jeremy se quedó completamente quieto sobre ella, pero pasados unos segundos, la apretó tan fuerte que ella empezó a protestar entre risas—. Ah, que eres tú. Lo siento—. Lanzó un chillido cuando él se le puso
Él sintió la mano de ella acariciarle el pecho, reconfortarlo. Tragó saliva y siguió.—Con nuestro dinero, hicimos borrar nuestros historiales de la policía —siguió—. Trazamos un plan. Teníamos que dar con la cabeza de la red de asesinos y asaltantes que mataron a mamá y a papá, pero resultó ser mucho más complicado de lo que pensamos en un principio; cuando dábamos con un pez gordo, nos dábamos cuenta de que había otro más gordo aún, hasta que entendimos que había alguien muy arriba, muy encumbrado, que estaba detrás de todo.—Y por eso te casaste conmigo, para descubrir quién es el que domina las calles, porque es alguien de la alta sociedad y quieres atraparlo en su propio terreno—. Jeremy guardó silencio.—Y porque ahora estamos seguros de que no fue un simple asalto —dijo luego—. Los asesinaron bajo la orden de alguien.— ¿Tus padres guardaban algún secreto? ¿Tenían dinero oculto? ¿Información? —lo sintió sonreír.Salió de la cama, y en la oscuridad, Jennifer lo vio ponerse una b
Que todo se vaya al vacío, que se pierdaQue se vayan los amigos, los planes, el planetaQue nada quede en las calles, que se nuble el solPero no te vayas tú, que se quede tu amor.Tan sólo una semana después estuvieron en el viejo continente. Al principio, Jennifer prácticamente permaneció sola durante el día, tiempo que aprovechaba para pasear por París, y a chequear las tiendas a las que luego iría con Jeremy y su abultada billetera. No se sentía molesta por tener que esperarlo hasta la noche; habría podido estar aún más sola en casa, sin la posibilidad de tenerlo, aunque fuera por la noche, y aquí, además, se estaba regalando la vista con los hermosos paisajes de París.Suspiró recostándose en el barandal de un pequeño parque. Inevitablemente, desde aquí también se podía ver la torre Eiffel; y la ciudad, en pleno verano, hervía de gente y turistas, como era normal.Y no podía evitar sentirse contenta.Anoche había hablado mucho con Jeremy. Cada vez, él le abría más su corazón, ca
Después de que le dijera que era probable que los Blackwell hubiesen estado vinculados con negocios turbios, Jennifer siempre se había sentido nerviosa cuando la llamaba, o le escribía, pero luego de que Jeremy le contara su historia, lo que sentía era cierto disgusto. Sin pensarlo mucho, le envió una nota de voz diciéndole que no le sería posible en la siguiente semana, ya que estaba de viaje con su marido.“Te enviaré algo al correo entonces”, escribió él. “Míralo en cuanto puedas”.¿Qué cosa?, se preguntó con cierto hastío. No entendía por qué su tío estaba tan empeñado en hacer ver a Jeremy como el malo del paseo. ¿Ya estaba casada con él, qué pretendía?“Es de vida o muerte”, agregó Raymond al ver que ella no le contestaba, y casi blanqueando sus ojos, Jennifer guardó su teléfono.Efectivamente, unos minutos después le llegó un correo con muchos archivos adjuntos, pero Jennifer apenas si le prestó atención. Estaba muy ocupada en la fiesta, con deseos de pasarlo bien, de divertirs
Si tan sólo me hablara de amorSi tan sólo me dijera la palabra adecuadaPero guarda silencio y permanece en la sombraNo me lleva consigo, no me dice nadaJennifer sintió su piel fría y sudorosa. Sin añadir una palabra más, había cortado la llamada de su tío y estaba recostada a un mueble de la sala tratando de introducir aire en sus pulmones.No podía, sentía que se estaba ahogando, y seguido a esto, sintió unas ganas horribles de vomitar.Corrió al baño, pero, como no había comido nada, no hubo nada que pudiera salir, lo que la hizo sentir peor. Se sentó en el suelo respirando hondo una y otra vez.Según la acusación de su tío Raymond, Jeremy había inducido a su padre a la quiebra, había provocado indirectamente su muerte, y era tan horrible sólo pensarlo, que se estaba poniendo enferma.Se echó a llorar. Necesitaba una respuesta ya, una razón, algo que le dijera que nada de esto era cierto. No tenía ningún motivo para dudar de la palabra de su tío. Él nunca le había mentido, y has