¿Será que Óscar también recibirá una sorpresita? ¿Qué opinan?
Óscar la estrechó entre la calidez de sus brazos. — ¿Todo bien? —cuestionó mirándola con preocupación. Sam ladeó los labios. —Creo que nos emocionamos. —Sonrió acariciando su vientre. —Ven siéntate. —Óscar la guio hasta uno de los sillones. —¿Te sientes mejor? —cuestionó. Sam asintió. —Estoy bien, solo tengo sed —comentó. —¿Me sirves un poco de agua? —Por supuesto —mencionó y corrió para llevarle lo que requería—. Deseaba tanto que tuvieras tu agencia de viajes, tal y como la tenías —comentó con ternura—, no esperaba que me sorprendieras tú a mí —bromeó sin dejar de verla preocupado. La mirada de Sam brilló al escucharlo, volvió a mirar a su alrededor y suspiró. —¿Cómo lo hiciste? —indagó, acomodándose en el sillón para calmar su dolor de cintura—, se supone que no podemos dar motivos para que ese… vos sabes a lo que me refiero —expresó sobando su vientre—. Sorprenderte yo ¿cómo? —indagó con curiosidad? —Soy muy cuidadoso con lo que hago —refirió—. La agencia está a nom
Samantha suspiró profundo, luego pasó su mano por la cabeza de su niño, acariciando los pequeños rizos castaños que asomaban, entonces el bebé abrió sus párpados mirando a su madre, quien sonrió con gran emoción; Óscar Francisco, pestañeó un par de veces, y así Sam, pudo notar que tal vez tendría el color de ojos de su esposo, sonrió, enseguida se inclinó para besarlo en la frente, notando que el bebé se parecía mucho a su padre. Óscar se acercó y apreció su ojito abierto, sonrió con emotividad y miró a Sam.—Es mi imaginación o su color de ojos es parecido al mío —cuestionó presionando sus labios con ilusión. — ¿O estoy alucinando? —cuestionó.Sam observó al bebé con infinita ternura, centró su atención al instante que parpadeaba. —Por fin nos conocemos, así que vos sos el que me pateaba con tanta fuerza, y convertiste en un marrano a tu papá, creo que tendrás sus mismos ojos de miel —expresó sonriendo, y suspirando, tomando uno de los deditos de su hijo entre los suyos, mirándolo
Óscar tomó su móvil y marcó a Gabo, esperando que les respondiera.—Espero que la pantalla no me aumente de peso —bromeó, mientras contestaban.Sam negó con la cabeza, y se hizo a un lado para que Óscar acostara a Norita a su lado. —Buenas tardes —saludó Carlos Gabriel por la pantalla de su móvil—, veo que te sigues alimentando muy bien —bromeó con Óscar. Óscar carcajeó.—El comal le dijo a la olla —respondió. —¿Ya te viste en un espejo? —cuestionó—, de ser talla cero ahora eres talla cerdo. —Carcajeo muerto de risa.Gabo rodó los ojos y no pudo evitar soltar una carcajada al escucharlo. —¿Me llamaste para burlarte de mí? —cuestionó. —¡Yo! —exclamó—. Fuiste quien me ofendió —gruñó—, pero les llamó para presentarles al nuevo integrante de la familia —expresó—, además que Norita desea hablar con su tía Pau —indicó.—¿Ya nació? —indagó sorprendido y enseguida con un grito llamó a Pau y Angelito—, están en la cocina —le dijo a Óscar. Pau y Gabito se acercaron al escucharlo.—¿Qué ocu
Norita abrió sus labios en una gran O. —¿Un ojo de venado? —cuestionó parpadeando, y miró con atención el objeto. —¿Le habrá dolido al animalito cuando se lo sacaron? —indagó con pesar. La abuela carcajeó.—Es de mentiritas —explicó—, no te preocupes y acarició su rostro—, te traje otro rosario. —Se lo entregó—, es para que tengas tu colección de muchos colores —dijo mirándola con cariño.Norita sonrió al escucharla, y se quedó más tranquila con la explicación de la abuela. —Gracias por venir —expresó Samantha sonriendo a los visitantes—, no se queden ahí, y pasen a conocer a nuestro mini Oscarito. La familia ingresó y colocaron los obsequios sobre uno de los sillones, enseguida fueron a conocer al pequeño, se quedaron por unos minutos admirando.—Es hermoso tu hermanito —dijo Alondra a Norita—. Tener un hermano es una bendición muy grande —expresó—. Ambos se tendrán para toda la vida. Óscar sonrió.—Estamos felices, sé que se amaran mucho y contarán el uno con el otro por siempr
Yesi inhaló profundo, sacó un espejo de su bolso y retocó su maquillaje, caminó hacia la habitación de Sam y tocó, al escuchar la voz de su sobrino indicando que pasara, lo hizo. —¿Cómo están? —cuestionó con una cálida sonrisa—, te ves muy bien —mencionó a Sam y la saludó con un beso en la mejilla. Samantha correspondió el gesto, y la invitó a tomar asiento en un sofá, mientras ella hacía lo mismo. —Gracias por venir, ya me aburrí de estar acostada —informó sonriendo. Yesi sonrió al escucharla y sintió como Óscar la abrazó por la espalda. —Puedes creer que ya se aburrió, yo estaría de lo más cómodo disfrutando de que me atiendan como me merezco. —Guiñó un ojo. —Por eso es que tienen el tanquecito completamente llenó. —Palmeó su abdomen y sonrió. Óscar rodó los ojos. —Ya vas a empezar, también tú —gruñó. —Pues ya deja de comer —bromeó y se acercó al cunero para ver al bebé—. Está divino —dijo con emoción. Sam sonrió al escucharlos. —Óscar se convirtió en mi marrano favorit
Sam inhaló profundo y mordió sus labios. —Es una propuesta tentadora, no lo voy a negar —expresó aclarándose la voz—, pero eso es imposible, si alguien nos escucha, se va a despertar. ¿Te quieres arriesgar? —cuestionó. —Solo si prometes no despertar a nuestro hijo, con tus jadeos —murmuró acercándose a besarla, la tomó por su rostro y unió sus labios a los de ella, hurgando con urgencia su boca, sintiendo como su cuerpo despertaba.Sam cerró sus ojos y correspondió aquella caricia, sus labios se abrieron para dar paso a la lengua de él, mientras que sus manos acariciaban el firme abdomen de su esposo. —Está funcionando el entrenamiento —susurró. Óscar sonrió con orgullo.—Para mí no es complicado volver a la disciplina con la que me cuido, ahora que ya no estamos embarazados —mencionó y acercó sus labios a su cuello, dirigiendo su mano a su zona femenina—, me muero por fundirme en ti —jadeó bajito.—Óscar —murmuró ella cerrando sus ojos al instante que sintió los labios de él en s
Sam sintió su cuerpo temblar, presionó sus ojos creyendo que era una alucinación, entonces sus ojos observaron a Fidel, pero con la misma mirada lasciva de su padrastro, se quedó paralizada. —Fran...co —balbuceó.Aquel sujeto observó a los ojos a la joven, y luego su mirada se enfocó en el portarretrato de los bebés. —Creo que llegué en el momento exacto —murmuró caminando lentamente hacia ella como una fiera al acecho—. He esperado tanto tiempo por conocer a mis hijos. El cuerpo de Sam, se erizó al escucharlo, su corazón daba pálpitos acelerados, mientras sentía sus oídos zumbar.«No puede ser él» mencionó en su mente.—Déjame en paz —suplicó Sam, con la voz entrecortada—, no sos el padre de mis hijos, sos un loco —gruñó.De pronto la mirada de Flavio ensombreció, la mujer que tenía frente a él se transformó en Verónica, la madre de Samantha, su melodiosa voz, volvió a ser eco en su memoria:«El bebé que estoy esperando no es tuyo, esta niña es hija del gran amor de mi vida: Franc
Óscar lo miró a los ojos sin parpadear. La idea de dejar a Sam, lo perturbó; sin embargo, sabía que dar la vida por la persona que amaba, lo valía, de la misma forma que lo hizo Nora. Inhaló profundo, preparándose para lo que viniera.—Te amo, mi estrella —mencionó liberando algunas lágrimas.Sam se estremeció al escucharlo, su respiración se entrecortó, observó a su esposo con la mirada llena de temor.—También te amo —expresó.Franco carcajeó burlándose.—Qué patéticos —susurró—, pero el momento de decirse adiós, llegó. —Miró a Sam, y luego a Óscar.—¡No! —Sollozó Sam—, no lo hagas, yo me voy con vos a donde quieras, pero dejalos libres —suplicó.Francisco se removía en su silla, intentando zafarse para proteger a su hija que permanecía inmóvil sin poder reaccionar.—¡Déjalos a ellos en paz! —gruñó—. Mátame a mí, el problema es entre vos y yo —recordó, mirándolo a los ojos.—Claro que vas a pagar, con lágrimas de sangre —respondió Franco, entonces volvió a apuntar a Óscar, y ensegui